Los dientes también envejecen: cómo el tiempo afecta la sonrisa y qué hacer para retrasar el envejecimiento

O Globo - GDA
En promedio, el envejecimiento dental empieza a notarse a partir de los 40 años, pero este proceso puede acelerarse o retrasarse según los hábitos y los cuidados con la salud bucal.

"Con el envejecimiento, los dientes sufren cambios en color, forma, resistencia e incluso posición. También puede haber pérdida de volumen y proporción en la sonrisa y, en algunos casos, pequeñas fracturas", explica Luana Dutra, odontóloga.

Uno de los signos del paso del tiempo es la calidad de la saliva. Con la edad, la boca se reseca más. Por eso, beber agua, comer frutas y mantener una buena hidratación es fundamental.

El cuerpo tiene muchas glándulas dentro de la cavidad oral que mantienen los dientes hidratados. Por lo tanto, al beber poca agua, aumenta el riesgo de fracturas dentales, manchas y cambios en la coloración.

Con el tiempo, los dientes se desgastan, especialmente en los bordes. Esto ocurre por la fricción natural al masticar, una mala oclusión (cuando los dientes superiores e inferiores no encajan correctamente) o incluso por bruxismo.

El desgaste puede hacer que pierdas entre 0,2 mm y 1 mm de longitud dental cada década después de los 20 años.

Según Luana Dutra, hoy es posible revertir este problema con técnicas como el contorneo estético, las carillas dentales y rehabilitaciones que devuelven forma y función con un mínimo desgaste de los dientes naturales.

Los dientes se oscurecen porque el esmalte se vuelve más delgado, mientras que la dentina (uno de los principales tejidos dentales, ubicado debajo del esmalte) se va pigmentando.

Además, con el tiempo, el esmalte también tiende a mancharse por bebidas como vino, té y alimentos ácidos como vinagre, limón, refrescos o salsa de soja.

En estos casos, se puede realizar una limpieza periódica y pulido del esmalte. También existe la opción del blanqueamiento dental profesional.

"Las personas también pueden optar por una rehabilitación estética con carillas o lentes de contacto dental. Estos últimos suelen recomendarse cuando, además del color, hay desgaste o cambios en la forma de los dientes", explica la odontóloga.

Foto: Freepik.

Con los años, es común que los dientes se muevan, especialmente los frontales. Esto se debe a la pérdida ósea natural, la presión de la lengua, hábitos como morder objetos duros (bolígrafos, uñas o hielo) o la ausencia de piezas dentales. La tendencia es que se desplacen hacia el centro del rostro, según Elisa Fatorelli, también odontóloga: "Es como si tuviéramos una línea imaginaria que dividiera nuestro rostro en lado izquierdo y derecho. Los dientes tienden a moverse hacia el centro. Suelo decir que envejecen caminando".

Para evitarlo o mejorarlo, se puede corregir la mordida cuando sea necesario, usar retenedores ortodónticos o ajustes con alineadores invisibles cuando los dientes comienzan a moverse.

Dutra también advierte que es común descuidar las encías. A partir de los 40 años, comienza el proceso de retracción gingival, cuando la encía se reduce, dejando los dientes más expuestos y, en algunos casos, dejando al descubierto la raíz. En algunos casos, hay una regresión de aproximadamente 2 mm por década.

La encía es un tejido elástico que contiene colágeno, el cual el cuerpo pierde con el tiempo. "Perdemos colágeno y hay una pérdida ósea fisiológica. A veces, la encía no sigue el ritmo de la pérdida ósea y comienza a aflojarse. Cuando está flácida, la encía envejece", dice Fatorelli. En esta condición, la persona puede experimentar sensibilidad dental.

Sin embargo, hay formas de retrasar este proceso: "Es importante recalcar que las visitas regulares al dentista (cada seis meses) son esenciales para la salud de las encías. Además, usar cepillos con cerdas suaves y tratar problemas como bruxismo y mala oclusión también ayuda", recomienda Dutra.

Los labios también envejecen, lo que se nota por signos como resequedad, pérdida de volumen, arrugas alrededor de la boca y caída en las comisuras. Entre las causas están la exposición solar sin protección, el tabaquismo y la deshidratación.

"Usar bálsamos labiales con protección solar, beber agua regularmente, evitar fumar y el exceso de sol", recomienda Dutra.

Para mejorarlo, es posible realizarse microagujamiento con activos hidratantes para labios, skinboosters, relleno con ácido hialurónico y rehabilitación del soporte dental con reposición de dientes perdidos.

Foto: Freepik.

El envejecimiento es un proceso natural, pero buenos hábitos ayudan a retrasarlo, como cepillarse los dientes al menos tres veces al día, usar hilo dental y beber mínimo litro y medio de agua diariamente. Sin embargo, para Elisa Fatorelli, hay otros aspectos importantes: "No hay una fórmula mágica, pero mantener una buena higiene bucal, hidratación adecuada, alimentación saludable y visitas semestrales al dentista puede promover un envejecimiento dental más saludable", recomienda la especialista.

Dutra añade a la lista evitar el exceso de alimentos pigmentados (como café y vino tinto), no fumar y realizarse procedimientos como blanqueamientos, entre otros.

Lamentablemente, como señala Elisa Fatorelli, los dientes no se regeneran. Lo máximo que puede hacerse es una rehabilitación dental, buscando mejorar, en lo posible, la estética y funcionalidad.

"Dependiendo del estado de los dientes, será necesaria una rehabilitación. Pero no es un procedimiento accesible para todos, ya que es costoso. Por eso, es fundamental cuidar los dientes con atención y siempre con seguimiento odontológico", concluye.

Elisa también advierte sobre los riesgos de las falsas promesas y de realizarse procedimientos profesionales por cuenta propia. Por ejemplo, en un blanqueamiento dental, una persona sin conocimientos técnicos podría comprar un gel inadecuado y usarlo incorrectamente, lo que podría dañar la estructura del diente. La experta enfatiza:

"Una persona con una dieta rica en frutas, verduras, agua y hábitos saludables tiende a tener una microbiota oral (conjunto de microorganismos de la boca) más equilibrada. Esto significa bacterias más saludables, capaces de vivir en mayor armonía, lo que retrasa el envejecimiento y mejora la salud bucal", finaliza.