La vitamina que reduce el cortisol, mejora el sueño y el estado de ánimo y que pocos asocian con estos dones

Aunque pocos lo saben, la vitamina C puede ser una aliada clave para mantener a raya el cortisol, mejorar el descanso y proteger el cuerpo del estrés crónico.

Frutas - Vitamina C. Foto: Unsplash

Cuando el cortisol —conocido como la hormona del estrés— se produce en exceso puede traer consecuencias negativas como fatiga crónica, insomnio, ansiedad e incluso un deterioro del sistema inmunológico. Lo que pocos saben es que una vitamina muy presente en nuestra alimentación diaria podría ayudar a mantener el cortisol en niveles saludables.

Se trata de la vitamina C, un nutriente que no solo fortalece las defensas, sino que también cumple un rol clave en la regulación del estrés.

Cómo actúa la vitamina C sobre el cortisol

La vitamina C tiene efectos antioxidantes que contrarrestan el impacto del estrés en el cuerpo. Diversas investigaciones científicas han demostrado que un consumo adecuado de esta vitamina puede contribuir a bajar los niveles de cortisol, especialmente luego de situaciones estresantes, tanto físicas como mentales.

Además, incide directamente en el funcionamiento de las glándulas suprarrenales, que son las encargadas de producir esta hormona. Al brindar un soporte nutricional a estas glándulas, la vitamina C favorece una respuesta más equilibrada frente a los factores estresantes del entorno.

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Foto: Flickr.

Más que defensas: beneficios adicionales de la vitamina C

Durante los episodios de estrés, el cuerpo produce una mayor cantidad de radicales libres, moléculas que pueden dañar células y tejidos. La vitamina C actúa como barrera frente a ese daño oxidativo, protegiendo especialmente al sistema inmunológico.

Por otro lado, algunas frutas ricas en vitamina C —como el kiwi, la frutilla o la naranja— también contienen serotonina o promueven su liberación, lo que puede favorecer un sueño más profundo y reparador. Dormir bien, a su vez, es fundamental para mantener a raya el cortisol, ya que esta hormona suele elevarse en personas con insomnio o descanso insuficiente.

Estado de ánimo y estrés: un círculo que se puede cortar

Otro punto a destacar es que la vitamina C participa en la producción de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina, los cuales están estrechamente vinculados con el estado de ánimo. Al mejorar esta química cerebral, se reduce la percepción del estrés y, como consecuencia, los niveles de cortisol también tienden a bajar.

Cómo incorporarla y qué tener en cuenta

La vitamina C puede consumirse tanto a través de suplementos como mediante alimentos naturales. Las frutas cítricas, el morrón, el brócoli y el tomate son excelentes fuentes. Sin embargo, es importante tener presente que por sí sola no hace milagros: para mantener el estrés bajo control es clave acompañarla con actividad física moderada, momentos de relajación —como meditación o yoga— y un descanso nocturno de calidad.

En resumen, la vitamina C es mucho más que un refuerzo para el sistema inmune: también puede convertirse en una aliada silenciosa en la lucha contra el estrés cotidiano. Una razón más para no olvidarla en la dieta diaria.

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