Redacción El País
Cada vez más hogares buscan formas de bajar el consumo eléctrico y al mismo tiempo cuidar sus electrodomésticos. La lavadora, uno de los aparatos más usados y también uno de los que más impacto tiene en la factura de luz, suele ser el centro de estas preocupaciones.
Aunque la mayoría de los modelos actuales ofrece una amplia variedad de programas, no todos resultan convenientes. Uno de los más populares es el “lavado rápido”, elegido por la promesa de reducir el tiempo del ciclo. Sin embargo, especialistas en mantenimiento advierten que esta opción, lejos de ser práctica, puede aumentar el gasto y generar daños en la máquina.
En este tipo de programas, el motor trabaja a mayor velocidad para compensar la reducción de tiempo, lo que incrementa el consumo de electricidad. Además, para lograr un lavado en menos minutos, el sistema utiliza más agua de la necesaria, contradiciendo así la idea de eficiencia.
Además, al acortar el contacto con el agua, el detergente no se disuelve por completo. Esto favorece la acumulación de residuos de jabón y suciedad en los filtros y en la bomba de drenaje, lo que con el tiempo puede ocasionar obstrucciones y daños costosos de reparar.
Para un equilibrio entre limpieza, ahorro y cuidado del aparato, los especialistas sugieren usar el modo ECO, disponible en la mayoría de las lavadoras modernas. Este programa ajusta de manera automática la cantidad de agua y reduce la temperatura, logrando un funcionamiento más eficiente y sostenible.
En base a información de El Tiempo/GDA