Entre abejas y cigüeñas, un libro sobre fertilidad, donación y nuevas formas de ser familia

La psicóloga Belén Piñeyrúa acompañó durante años a mujeres y parejas que transitan procesos de reproducción humana asistida. Pero fue su historia como madre -un camino de diez años atravesado por la infertilidad y tratamientos- lo que la llevó a escribir Entre abejas y cigüeñas, un libro tan necesario como reparador.

“No hay un libro que hable de las familias por donación y que a la vez tenga información clara, historias reales y la palabra de profesionales especializados. No existía y me pareció que tenía que hacerlo”, dice Piñeyrúa, aún emocionada por las repercusiones desde su presentación.

El resultado es una obra profundamente humana, que reúne 30 historias reales de familias que gestaron a sus hijos a través de procesos de reproducción humana asistida como la donación de gametos o embriones. También incluye su propia historia (mamá de Felipe, María y Matilde) y entrevistas a referentes que aportan información clave sobre los múltiples aspectos que atraviesan estos procesos: desde el duelo genético y los tabúes sociales hasta los aspectos médicos, éticos y legales. “El libro es un puente, une experiencias, une miedos, une búsquedas. Une a quienes ya tienen a sus hijos con quienes aún están en ese camino”, señala.

Piñeyrúa no solo escribió desde el saber técnico, sino también desde la vivencia. Por ejemplo lo que le ha pasado en numerosas oportunidades con su tercera hija. “Yo soy morocha de ojos marrones y ella es rubia de ojos celestes. La cantidad de comentarios desafortunados que recibí me hicieron entender que era ahí donde había que poner el foco: en cómo seguimos ligando la maternidad y la paternidad a la genética, al parecido, a la idea de que los hijos deben ‘ser’ como sus padres para ser reconocidos como propios”, cuenta.

La autora destaca que aún falta información clara y accesible sobre estas temáticas, y que muchas veces solo se accede a ella cuando alguien entra en ese universo. “Esto no se habla. Y si no se habla, no se entiende. Por eso sentí la necesidad de que las vivencias estuvieran acompañadas de datos concretos, explicados de forma sencilla, sin jerga médica. Que el libro fuera también una herramienta de psicoeducación”, añade.

Las 30 familias que compartieron su historia lo hicieron de forma anónima. “Como psicóloga decidí cuidar esas voces, no tanto por pedido de ellas -de hecho muchas publicaron luego que eran parte del libro- sino porque me pareció fundamental preservar la intimidad de esas infancias. Esto no solo les pertenece a los padres, también a los niños que nacen de estos procesos”, asegura.

El tono del libro, cálido y accesible, fue otra elección consciente. “Quise que se leyera con amor, con sencillez, sin solemnidad, como hablo con mis pacientes”, apunta. Ese vínculo, el de la consulta, también fue el motor para escribir. “Hay pacientes que me escriben para decirme que se sintieron reflejadas en tal historia, y yo les cuento a las protagonistas. Se arma algo hermoso, una red de empatía”, explica.

Belén Piñeyrúa

Originalmente, el libro iba a llamarse Cómo se lo cuento, porque el objetivo era ofrecer herramientas para hablar con los hijos sobre sus orígenes. Pero al recibir los testimonios, Belén sintió que la obra había crecido y que necesitaba un título que hablara de la diversidad de caminos hacia la maternidad y paternidad. “No todos los hijos llegan haciendo el amor en casa”, repasa.

Entonces recordó a una paciente de San José, una maestra y madre monoparental, que les explicó a sus alumnos su decisión de tener un hijo a través de una metáfora con abejas y flores. “La polinización, como símbolo de ayuda externa, de cooperación para la vida. Me pareció tan potente que lo elegí como título. Porque el libro va de eso: de nuevas formas de traer vida, de narrativas distintas a las de Disney o la familia nuclear tradicional”, reflexiona.

Entre abejas y cigüeñas puede adquirirse a través del Instagram @impronta_uru y en Mercado Libre; proximamente llegará a algunas librerías. Para Belén el libro es muy personal y sensible, disfruta de tener contacto con quien lo adquiere y conocer sus historias. “Este libro no pretende ser una guía definitiva, ni decir cómo hay que hacer las cosas. Es una invitación a ampliar la mirada sobre la familia, a hablar de lo que no se habla, a entender que el amor -y no la genética- es lo que hace a un hijo. Y que cada historia merece ser contada, y también respetada”, concluye.