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El beso íntimo: una mirada sexológica, psicológica y microbiológica en el Día Internacional del Beso

Por qué besamos, cuál es la importancia de esta práctica para la vida en pareja, cómo impacta en la salud y polémicas que surgen en torno al beso.

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Pareja besándose
Pareja besándose al aire libre.
Foto: Freepik.

"No perdamos la capacidad del beso erótico, del chuponeo", dijo la médica sexóloga Vivian Dufau, y afirmó que el beso en la pareja es mucho más que un intercambio de bacterias: “Es una forma de comunicarse, expresar amor y sentir placer, y tiene que estar presente a lo largo de toda la vida”. Hoy, en el Día Internacional del Beso, veamos por qué es importante desde una perspectiva sexológica y psicológica, y qué cuidados debemos tener desde un punto de vista microbiológico.

¿Por qué nos besamos? Para Dufau, es sencillo: porque besar da placer. El desarrollo psicosexual inicia cuando nacemos y, según Sigmund Freud, padre del psicoanálisis, la primera fase de ese desarrollo es la oral, explicó la experta. “Hasta más o menos los seis meses de vida conocemos el mundo exclusivamente mediante la lactancia, ya sea con una mama o un biberón. Sentimos placer a través de las cosas que nos metemos en la boca”.

Con la boca besamos, pero también hablamos. Y parece haber un vínculo entre el beso y la palabra. El psicólogo Alejandro De Barbieri citó al psicoanalista italiano Massimo Recalcati, en su libro Retén el beso: “El beso es un momento de intimidad que une la palabra con el cuerpo. Al igual que no hay amor sin declaración de amor, no hay amor sin beso”.

Para Dufau, sin besos tampoco hay erotismo. “Me resulta difícil concebir un vínculo sexo erótico sin el beso. Hay parejas que no se consolidan porque no logran engranar ese beso; no logran encajar en la dinámica que cada uno tiene de besar”, expuso. Sin embargo, añadió que “son conductas que se aprenden” y es posible lograr que “las piezas encajen” a partir de “las enseñanzas del otro”. “También hay que saber enseñar, comunicar lo que nos gusta y lo que no”, puntualizó.

Pareja besándose
Pareja besándose al aire libre.
Foto: Freepik.

Besos para toda la vida.

El mayor problema no es ‘no saber besar’, sino dejar de hacerlo. En su experiencia clínica, De Barbieri lo nota: “A veces uno da un beso cortito, como por compromiso, y no uno cariñoso e íntimo, que es lo que hace que la pareja sea una unidad”. La rutina, el cansancio, el estrés y el celular y otras distracciones son algunas de las razones por las que ese “ritual de encuentro” desaparece, aseguró el psicólogo. Y agregó: “Con el tiempo la pareja va descansándose y no se da el espacio para retener el beso”.

Dufuau estuvo de acuerdo. “Al principio, el beso erótico, sexualizado y profundo, donde la lengua y la humedad de la saliva están presentes, se da de forma frecuente, pero, a medida que pasa el tiempo, a veces se deja para los encuentros sexuales y no para el día a día”, señaló. Incluso suele generar “rechazo” ver a “dos personas mayores chuponeando”, cuando, en realidad, “debe darse a lo largo de toda la vida”.

“Como espectadores está bueno potenciarlo y pensar qué bien que estos dos veteranos de 80 están en la plaza chuponeando”, expresó.

Pareja besándose
Pareja de adultos mayores besándose.
Foto: Freepik.

Puede suceder que una persona no quiera besar en la boca, y no habría problema siempre y cuando su pareja esté “en la misma sintonía”. Hay alternativas, como el beso en el cachete, el cuello u otras partes del cuerpo. El conflicto surge cuando el beso en la boca sí es importante para la otra persona, en tanto “uno de los criterios diagnóstico para una disfunción sexual es el malestar personal o interpersonal”, subrayó Dufau.

Otro aspecto clave es la salud bucal y el aliento. Se ve, sobre todo, en los encuentros sexuales matinales, comentó la sexóloga. “Hay personas que dicen: con el mañanero no puedo porque mi pareja viene con ese aliento a muerto. El otro responde: ay, no pasa nada. Pero sí, pasa. Se generan desacuerdos que tenemos que conciliar”. Al fin y al cabo, “dar besos con una boca pastosa y mal aliento será negativo para el vínculo”.

Pareja besándose.
Pareja besándose.
Foto: Freepik.

Besos, infancias y salud sexual.

Otro tema en torno al beso es que “a veces a los padres les da pudor besarse frente a sus hijos”, dijo De Barbieri. Al respecto, indicó que “es importante que los niños vean que papá y mamá se tratan con cariño, que se dicen te quiero y te extraño, que se dan un beso. Es una forma de educarlos en la expresión de las emociones, además de uno ser cariñoso con ellos”.

En los últimos años, el ex futbolista David Beckham desató una polémica en redes sociales en torno a los besos y los hijos. El inglés publicó fotos en la que besaba en la boca a su hija Harper y recibió críticas de miles de usuarios.

¿Es saludable besar a los hijos en la boca? Dufau entiende que no. “Es una zona erógena, una parte íntima del cuerpo, y los niños deben entender que los adultos no pueden darles besos ahí”, afirmó. Lo mismo pasa con el beso en los genitales o en la cola, por ejemplo, al cambiarles los pañales. Y añadió: “Hay otras maneras de expresar amor y otros lugares del cuerpo para besar. Solo se tocan las partes íntimas del niño en situaciones de higiene o de salud, nada más”.

Besos, virus y bacterias: ¿cuál es el riesgo?

Un beso íntimo de diez segundos transmite, en promedio, 80 millones de bacterias, según estudios científicos sobre el tema, indicaron la doctora Carolina Márquez y la bioquímica clínica Mercedes Castro, ambas profesoras de Microbiología Clínica de la Facultad de Química y de Ciencias de la UdelaR. Esto puede ser positivo en tanto “la mayoría de las especies de la microbiota oral tienen efectos beneficiosos”, como la digestión de nutrientes, la protección contra patógenos invasores y la regulación del sistema inmunológico local. Incluso puede haber un efecto anticaries; por ejemplo, gracias a la bacteria Streptococcus dentisani.

No obstante, hay enfermedades infecciosas causadas principalmente por agentes virales que pueden transmitirse a través del beso. Las expertas nombraron dos de las más populares: la mononucleosis infecciosa y el herpes labial.

La primera es causada comúnmente por el virus Epstein-Barr, aunque también puede ser por otros, como el citomegalovirus. Algunos signos y síntomas son fatiga, fiebre, dolor de garganta y de cabeza, dolores de cuerpo y ganglios inflamados en cuello y axilas. La segunda es causada por el Virus del Herpes Simple y se manifiesta en ampollas que provocan molestias y dolores.

También pueden transmitirse enfermedades infecciosas bacterianas como la faringitis estreptocócica causada por Streptococcus pyogenes.

Sin embargo, las expertas señalaron que “en general, el intercambio que se da a través del beso no representa un riesgo significativo, siempre y cuando las personas gocen de una buena salud general”. Es importante “tomar conciencia de que frente a cualquiera de estos síntomas debe evitarse el contacto directo con otra persona, incluido el beso”.

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