Cuál es la clave para envejecer mejor y retrasar la "década marginal", según médico especialista

Aunque la genética tiene un peso relativo, el experto enfatiza que para la mayoría de las personas no determina el futuro; entonces, ¿cómo mantener la autonomía?

Adultos mayores felices
Adultos mayores felices.
Foto: Freepik.

Redacción El País
El paso del tiempo es innegociable, pero el deterioro no tiene por qué asumirse como un destino fijo. Detrás de esta idea está el médico canadiense Peter Attia, una de las voces más influyentes en longevidad, quien insiste en que la verdadera preocupación no es cumplir años, sino cómo se llega a ellos. No se trata de sembrar temor, sino de advertir que la forma en que envejecemos se define mucho antes de que aparezcan los primeros signos de fragilidad.

En una entrevista con el programa 60 Minutes de CBS, Attia fue contundente: si una persona atraviesa su vida sin intervenir en su salud, podría perder cerca de la mitad de su capacidad física y cognitiva durante la última década.

Attia describe como década marginal al tramo final de la vida, cuando la autonomía suele deteriorarse abruptamente. Su objetivo, entonces, es ayudar a sus pacientes a construir una especie de “velocidad de escape” que retrase ese declive al menos quince años.

Para el especialista, el foco no está en sumar tiempo, sino en conservar lo que permite vivirlo con sentido: movilidad, claridad mental, relaciones humanas y entusiasmo por lo cotidiano. Envejecer bien significa mantener esas capacidades la mayor cantidad de años posible.

Adultos mayores frutillas
Adultos mayores sentados comiendo frutillas.
Foto: Freepik.

Estilo de vida: el verdadero motor del envejecimiento

Aunque la genética tiene un peso relativo, Attia enfatiza que para la mayoría de las personas no determina el futuro. Las decisiones diarias —cómo se come, cuánto se mueve el cuerpo o cómo se gestiona el estrés— influyen mucho más en la trayectoria del envejecimiento. Los genes no nos condenan. Lo que hacemos cada día define cómo envejecemos, sostiene.

Expertos coinciden en esa mirada. Actividad física regular, una dieta equilibrada y el control adecuado de enfermedades crónicas son cimientos para sostener la autonomía. Caminar, nadar, entrenar fuerza o realizar ejercicios de bajo impacto puede marcar la diferencia entre depender de otros o valerse por uno mismo.

Adulto mayor feliz, entrenando
Foto: Freepik.

En paralelo, mantener el cerebro activo es otra forma de proteger la independencia. Leer, estudiar, incorporar nuevos aprendizajes o preservar una red social sólida ayuda a fortalecer las conexiones neuronales. Dormir bien y manejar el estrés suma a ese proceso de preservación cognitiva.

Attia también reconoce que la última etapa requiere una mirada distinta. La medicina paliativa ofrece contención y calidad de vida cuando el cuerpo ya no responde igual. Acompañar implica escuchar, respetar decisiones y ofrecer calma, más allá de lo estrictamente médico.

El mensaje final del especialista resume toda su filosofía: el propósito no es alargar la existencia a cualquier costo, sino hacer que los años —los de ahora y los que vendrán— se vivan con la mayor calidad posible. Para Attia, vivir mucho importa, pero vivir bien lo cambia todo.

En base a El Tiempo/GDA

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