Consumimos más sal de la que pensamos: dónde se esconde este ingrediente y cómo cuidarnos

En el marco de la Semana Mundial de Sensibilización sobre la Sal, expertos compartieron cinco pasos para no pasar el límite de cinco gramos recomendado por la OMS.

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Supermercado
Mujer mira la etiqueta de un producto en el supermercado.
Foto: Freepik.

Cuando pensamos en la sal que consumimos, nuestra mente nos lleva a las pocas o muchas veces que agarramos el salero. Pero la sal está todo el tiempo, en todas partes, aunque no la veamos: en el pan, el queso y el fiambre del desayuno, en el aderezo que usamos al mediodía, en los snacks y las galletas de la tarde (muchas veces, incluso, aunque sean dulces) y en las hamburguesas, las milanesas, las nuggets, las croquetas, las empanadas o las pizzas que compremos pre-cocidas para la noche.

Según la Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular (CHSCV), el consumo de sal en Uruguay está casi un 70% por encima del límite sugerido por la Organización Mundial de la Salud (OMS). De hecho, cerca de un 40% de la población adulta en el país es hipertensa, pero solo un tercio lo sabe y se trata correctamente, de acuerdo con la Sociedad Uruguaya de Cardiología.

Sal, comida, alimentación
Persona pone sal en el plato de comida.
Foto: Freepik.

La OMS recomienda consumir menos de cinco gramos de sal por día, proveniente de todas las fuentes. En el marco de la Semana Mundial de Sensibilización sobre la Sal —que empezó el lunes 12 de mayo y sigue hasta el domingo 18—, la CHSCV compartió cinco pasos para no pasar los cinco gramos:

  1. Mirar las etiquetas y evitar productos con el sello ‘Exceso de sodio’.
  2. Pasar al ‘Modo menos sodio’ en casa: reducir el consumo de panchos, embutidos, pizzas y snacks ultraprocesados, entre otros.
  3. Basar la alimentación en alimentos naturales, frescos o mínimamente procesados, y usar más hierbas, especias y condimentos para sumar sabor sin necesidad de sal.
  4. Disminuir la sal al cocinar: pequeñas cantidades son suficientes para realzar el sabor.
  5. Al comer afuera, elegir opciones con menos sal o sin ella: pedir limón, chimichurri, pimienta o perejil como condimentos alternativos.

El principal efecto en la salud asociado con las dietas altas en sodio —de acuerdo a la OMS— es el aumento de la presión arterial, que incrementa el riesgo de enfermedades no transmisibles como: enfermedades cardiovasculares (ECV), cáncer gástrico, obesidad, osteoporosis, enfermedad renal y enfermedad de Ménière (anomalía en el oído interno que causa mareos fuertes, silbido en el oído, pérdida de audición y una sensación de que el oído está lleno o congestionado).

SODIO Y ESTADÍSTICAS

Uruguay avanza entre los mejores del mundo

La OMS elaboró un tablero de puntuación para el sodio donde pueden supervisarse los progresos de cada país en la adopción de compromisos nacionales y políticas destinadas a reducir la ingesta de sodio. Uruguay está con color verde oscuro, lo que —según indica la entidad— significa que adoptó múltiples medidas obligatorias y todas las recomendaciones de la OMS para combatir las enfermedades no transmisibles.

Los países que comparten la misma puntuación con Uruguay —que es la más alta— son la minoría: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Czechia, Lituania, Malasia, México, Arabia Saudita y España. Las peores puntuaciones pueden verse, sobre todo, en Centroamérica y África.

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