¿Por qué el trasplante preventivo y el trasplante vivo de riñón son mejores tratamientos que la diálisis?

Experto de Clínica Mayo explica por qué lo mejor para abordar la insuficiencia renal es realizar un trasplante preventivo de riñón y por qué es mejor si el órgano proviene de un donante vivo.

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Imagen: Freepik.

"El tratamiento de la insuficiencia renal en la mayor parte del mundo, incluyendo Estados Unidos, no se hace bien”. La afirmación proviene del doctor Mikel Prieto, cirujano especializado en trasplante de la Clínica Mayo. Para reforzar su idea, cuenta una anécdota: “Hace veintitantos años, un hombre de negocios muy prominente llevaba haciendo diálisis cinco años. Los nefrólogos que lo trataban le decían: ‘No te preocupes, te vamos a poner en la lista de trasplantes y te daremos el riñón de un cadáver’. La llamada no llegaba y él tenía a su esposa y a sus dos hermanas dispuestas a donarle un riñón, pero en aquella época en España era casi un tabú hacer trasplante de un donante vivo. Muy pocos centros lo hacían y decían que era muy peligroso, sobre todo para el donante. Alguien le habló de mí, me llamó y como yo iba a España, lo fui a visitar a su casa. Le dije: ‘En dos semanas te trasplantamos con un riñón de tu esposa o de una de tus hermanas’. Un mes después vino y a la semana siguiente lo trasplantamos. Los dos se fueron a su casa y han tenido una vida completamente normal, viajando y disfrutando todos estos años. Igual el señor se fue muy enojado porque decía que los médicos lo habían engañado durante cinco años”.

Si bien el relato refiere a algo que pasó hace más de un par de décadas, el cirujano español sostiene que aún hoy es difícil instalar la idea de que la insuficiencia renal se puede abordar mejor con un trasplante de donante vivo o incluso evitar con un trasplante preventivo (en Uruguay se llama trasplante renal anticipado).

Consulta médica
Mujer en consulta médica.
Foto: Freepik.

Definiciones

La insuficiencia renal ocurre cuando el riñón ya no está cumpliendo su función (limpieza de la sangre y eliminación de desechos).

“En estos casos, lo que hay que hacer es buscar un reemplazo del riñón, que puede ser una máquina, que es lo que llamamos diálisis, o un trasplante, que es darle el riñón de otra persona”, explicó Prieto en un encuentro con periodistas latinoamericanos del que participó El País.

La diálisis mantiene vivo al paciente, pero tiene sus contras. “Causa un deterioro importante porque es un método muy imperfecto de limpiar todas las impuridades que se crean en el cuerpo de la persona. Mientras el riñón –nativo o trasplantado– filtra la sangre 24 horas al día, siete días a la semana; la diálisis limpia la sangre cuatro horas, tres veces por semana”, señaló el cirujano.

Además, los pacientes viven más con un trasplante que con diálisis.

“Lo mejor para tratar esta enfermedad es realizar un trasplante de riñón preventivo, que quiere decir antes de que el paciente empiece con diálisis”, detalló Prieto, destacando el dato de que la enfermedad renal en la gran mayoría de los casos progresa muy despacio, lo cual permite que meses o incluso años antes de que se vaya a necesitar diálisis, el paciente sabe que el riñón le va a fallar, por lo cual se puede manejar la idea de realizar un trasplante.

“El trasplante se hace cuando la función renal está por debajo del 20%; cuando desciende por debajo del 10% ya es un poco tarde”, informó Prieto.

Indicó que el trasplante preventivo se hace poco. En los Estados Unidos, por ejemplo, entre el 10% y el 15% de quienes reciben un trasplante son pacientes que aún no están en diálisis.

Ahora bien, si esta es la mejor forma de tratar la enfermedad, ¿por qué no se recurre a ella con más frecuencia? Para el especialista existen muchos motivos.

“Uno de ellos es que se le dice al paciente: ‘Usted, cuando se le estropee el riñón, empiece diálisis y después de la diálisis, cuando esté estable, lo mandamos al programa de trasplante’. A mi juicio, esa no es la mejor manera de tratar este problema; lo mejor es hacer un trasplante preventivo, ese es el principal mensaje que quiero dar”, enfatizó.

Trasplante de riñón

Donantes

Uno de los objetivos que se plantea Prieto es que haya más donantes vivos porque, entre otras cosas, con los donantes fallecidos no se logra cubrir toda la demanda que existe y eso hace que crezcan las listas de espera y los pacientes pasen años sin encontrar una solución.

Para ser donante solo hace falta estar sano. “Es mejor si es una persona relativamente joven, como ser de 35 años. Una persona de 65 o 70 años es menos probable porque le vamos a hacer un montón de análisis y si tiene algún problema no lo vamos a aceptar”, añadió.

Explicó, además, que la donación, en la gran mayoría de los hospitales, se realiza por el método laparoscópico. “Es una cirugía de invasión mínima. A las seis semanas ha vuelto a su vida normal”, indicó.

En lo que respecta a la compatibilidad, el cirujano se refirió al trasplante cruzado. “Si el marido de una paciente no tiene un riñón compatible, no importa. Usamos ese riñón para otro paciente y buscamos uno compatible para su esposa”, explicó sobre un sistema que permite llegar a un match ideal, lo mismo en cuanto a la edad. “Si quiero trasplantar a un niño de 12 años y el donante es su abuelo de 60, no es buena idea usar este riñón. Se busca otro y se utiliza el del abuelo para otra persona”, acotó.

El especialista comentó que el trasplante vivo se hace incluso más en niños. “Es para que no deba esperar en diálisis y tenga una vida normal, pero la principal razón es que los riñones de donante vivo duran más tiempo. La media de vida de un riñón de cadáver es de entre 12 y 15 años, mientras que de un riñón de donante vivo es de entre 22 y 25 años”, apuntó.

Prieto aclaró que cualquier persona que recibe un trasplante tiene que tomar medicación (inmunosupresores) de por vida para prevenir el rechazo del órgano nuevo. “Son unas dos o tres pastillas que se toman una o dos veces por día. Básicamente disminuyen una parte pequeña del sistema inmune, que es la causa del rechazo del riñón”, explicó.

Añadió que en el último tiempo se está investigando lo que se denomina tolerancia, que es hacer algo para que la persona no rechace el riñón y no haga falta recurrir a la inmunodepresión. “Todavía está a nivel experimental, hay pocos casos exitosos”, advirtió.

Mikel Prieto

Promotor de la donación

El doctor Mikel Prieto y Clínica Mayo son pioneros en la donación de riñones en vida, la donación pareada y las cadenas de donantes.

En los Estados Unidos, el Registro Nacional de Riñones facilita la donación de riñones en vida y la cadena de donantes. Existen además los llamados good samaritan donors (donantes altruistas), que son aquellas personas que donan sus órganos para ayudar a personas que no conocen.

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Doctor Mikel Prieto, cirujano de Clínica Mayo.

La enfermedad

Prieto señaló que existen muchas causas para la insuficiencia renal, pero las más comunes son la diabetes, la hipertensión arterial, causas congénitas de gente que nace con un problema de las conexiones del uréter, problemas de próstata que provocan obstrucción o piedras en el riñón.

“La hipertensión arterial es un tema curioso porque se la acusa de causar problema renal, pero a veces es al revés, es la enfermedad renal oculta que tiene como primer síntoma la hipertensión”, comentó el cirujano.

El test que mejor detecta la insuficiencia renal es el análisis de sangre que mide la creatinina en el suero.

De todas formas aclaró que los síntomas son mínimos, recién se manifiestan en mayor medida cuando la función renal ya está muy deteriorada. Entonces aparece retención de líquido, los tobillos se hinchan, hay dificultad respiratoria, se pierde el apetito, la persona está más cansada o falta de energía, la cantidad de orina disminuye.

Si bien es una enfermedad que predomina en la tercera edad, puede aparecer en cualquier momento.

“Formas de evitar el daño de la función renal hay relativamente pocas, pero se puede ayudar a prevenir la enfermedad llevando una vida sana”, destacó Prieto. Y si la enfermedad es inevitable, insitió en “fomentar la cultura de que la insuficiencia renal debe tratarse con el trasplante de riñón preventivo cuando sea posible y mejor usando un donante vivo”.

En casa

En Uruguay se hacen los dos tipos de trasplante

En Uruguay, el primer trasplante renal se llevó a cabo en 1969 y desde ese momento el número de trasplantes ha crecido en forma sostenida. Las cifras actuales ubican a nuestro país en el primer lugar de incidencia de trasplante renal (junto con Argentina) entre los países de América Latina y en el puesto 24 a nivel mundial. De un total de 2.939 trasplantes realizados al 31 de diciembre de 2021, 282 (9,6%) fueron con donante vivo.

“En Uruguay, el programa de trasplante renal anticipado (trasplante preventivo) funciona hace muchos años, pero se hace poco porque la mayoría de los pacientes no tiene indicación porque son añosos o tienen cáncer”, explicó el doctor Alejandro Ferreiro.

También ocurre que no dan los tiempos para que ingresen a la lista de espera.

Son tres los lugares donde se trasplanta: el Hospital Evangélico, la Sociedad Médica Universal (antes Hospital Italiano) y el Hospital de Clínicas.

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