Cómo influye la madurez de la banana en la digestión y en el alivio o empeoramiento del estreñimiento

Según expertos de Harvard y Cleveland Clinic, la banana puede aliviar o empeorar el estreñimiento según su madurez. Qué tener en cuenta para cuidar el intestino con esta fruta común.

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Redacción El País
La banana es una de las frutas más consumidas del mundo por su sabor, practicidad y aporte nutricional. Sin embargo, su efecto sobre la digestión genera dudas, especialmente en relación con el estreñimiento. ¿Ayuda o complica? La respuesta, según especialistas de instituciones como Harvard y Cleveland Clinic, no es tan tajante: todo depende de su grado de madurez y de cómo reacciona cada organismo.

Una banana mediana aporta en promedio 105 calorías, 3 gramos de fibra, potasio y vitamina B6. Estos componentes pueden resultar beneficiosos para el sistema digestivo, siempre que se integren a una alimentación equilibrada y se acompañen con suficiente agua.

Fibra, digestión y regularidad

La banana contiene tanto fibra soluble como insoluble. La primera actúa como una especie de gel dentro del intestino, ayudando a suavizar las heces. La segunda aporta volumen y estimula el movimiento intestinal. Esta combinación puede favorecer la regularidad y prevenir el estreñimiento leve, sobre todo en personas sanas y con buena hidratación.

En ese sentido, una dieta que incluya alimentos con fibra —como la banana— puede mejorar la función intestinal, siempre que se acompañe de otros hábitos saludables, como el consumo de agua y el movimiento físico.

El rol del almidón resistente en las bananas verdes

El punto de maduración es clave. Las bananas verdes contienen un tipo de carbohidrato conocido como almidón resistente, que no se digiere en el intestino delgado y llega intacto al colon. Allí, se transforma en alimento para la microbiota intestinal, es decir, las bacterias beneficiosas que habitan en nuestro sistema digestivo.

Este almidón actúa como un prebiótico natural: alimenta las bacterias buenas, mejora el entorno intestinal y puede aumentar la frecuencia de las deposiciones. Estudios recientes mostraron que este tipo de almidón, presente también en otros alimentos como las legumbres o la avena cruda, favorece el crecimiento de microorganismos beneficiosos como las bifidobacterias.

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Buena fruta para comerse todos los días, pero no más que dos.
Foto: Pexels.

Bananas maduras: ¿un riesgo para personas sensibles?

A diferencia de las bananas verdes, las maduras tienen menos almidón resistente y más azúcares simples. Estos azúcares, conocidos como FODMAP, pueden fermentar en el intestino y causar molestias digestivas como gases o hinchazón, especialmente en personas con síndrome de intestino irritable (SII) o sensibilidad intestinal.

En estos casos, se recomienda consumir bananas menos maduras y en porciones pequeñas, evaluando siempre cómo responde el cuerpo. No se trata de eliminarlas por completo, sino de observar y ajustar según la tolerancia individual.

Recomendaciones prácticas para mejorar el tránsito intestinal

Para la mayoría de las personas, incorporar una banana mediana al día puede ser parte de una dieta saludable. Puede comerse sola, o integrarse a licuados, yogures o cereales integrales. La clave está en no depender solo de esta fruta, sino acompañarla de otros alimentos ricos en fibra como frutas, verduras, legumbres y cereales integrales, y no descuidar el consumo de agua.

También es importante tener en cuenta que el efecto de la banana no es inmediato ni milagroso. Su incorporación sostenida, en el marco de una alimentación variada, puede contribuir al bienestar intestinal a lo largo del tiempo.

Cuándo consultar con un profesional

Si el estreñimiento se mantiene durante más de dos semanas o si aparecen otros síntomas como dolor abdominal fuerte, sangre en las heces o pérdida de peso, es importante consultar con un médico. Estos signos pueden estar indicando algo más serio que requiere atención profesional.

Las bananas no son ni enemigas ni salvadoras universales del intestino. Su efecto depende del punto de maduración, del tipo de fibra que aportan y de la respuesta del organismo. Integradas con criterio a una dieta balanceada y acompañadas de hidratación, pueden ser una aliada para mantener la regularidad intestinal.

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