A l fin terminaste de mudarte a tu primer apartamento. Ya armaste todos los muebles, te deshiciste de las cajas y pusiste todos los platos y vasos donde tienen que ir. Costó, pero valió la pena. Hasta colgaste los cuadros y posters con los que siempre quisiste decorar tu primer hogar.
Pero aunque hasta las alfombras contribuyen a dar la impresión de ser un lugar acogedor, sentís que falta algo, un je ne sais quois. Claro, las plantas. Esas plantas que le daban a la casa de tus padres la cuota de naturaleza y verde que terminaba de redondear una idea de idilio familiar.
Pero ¿por dónde empezar? No todos tienen dedos verdes, y aunque algunas plantas como la begonia se lucirían con sus furiosos colores, eso requiere cierta expertise que por ahora está fuera de tu alcance.
Más allá de las recomendaciones específicas, vale mencionar que las plantas tienen múltiples beneficios para la vida hogareña. De acuerdo a varios estudios, estas contribuyen a una mejor calidad del aire que se respira dentro de las cuatro paredes. Durante la noche, expulsan dióxido de carbono, pero durante el día aportan oxígeno fresco. También pueden absorber gases contaminantes y así contribuir a una mayor purificación del aire. Si además vivís en un lugar que tiene problemas de humedad, hay algunas que eliminan las esporas de moho, como el espatifilo o lirio de la paz. Es relativamente fácil de mantener y hasta puede prosperar en lugares con comparativamente menos luz que otros.
Además de eventuales beneficios para la calidad del aire que se respira, las plantas también pueden contribuir a algo que los ingleses llaman peace of mind, o sea algo así como serenidad interior, calma de espíritu.
Una investigación de 2015 realizada por cuatro psicólogos coreanos para el Jornal de Psicología Antropológica concluyó que “interactuar con las plantas puede disminuir el estrés psicológico (...) algo que se logra incidiendo sobre el sistema nervioso simpático”, o sea aquella parte del sistema nervioso central que “aumenta la frecuencia cardíaca, presión arterial, frecuencia respiratoria y tamaño de las pupilas”, de acuerdo a una definición del Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos. El estudio de los investigadores coreanos, además, afirmaba que ese resultado se debía entre otras cosas a que la interacción con las plantas (o sea, cuidarlas) “promovía el surgimiento de sensaciones tranquilizantes y naturales”.
Si además uno llegara a ser un as en el cuidado de las plantas y lograra -por ejemplo- incursiona con aceptable destreza en una disciplina como el bonsai, los efectos reportados es un aumento en la capacidad de concentración.
Ahora que el teletrabajo es una realidad que parece camino a instalarse definitivamente como otra opción del mercado laboral, las plantas de entrecasa también podrían hacer un aporte en ese sentido. Otro estudio científico de 2014 titulado Los relativos beneficios de espacios verdes en la oficina disponible en la web de la National Library Of Medicine, comparó lugares de trabajo con y sin plantas, y halló que aquellos en los que existían plantas eran percibidos por los trabajadores como lugares con mayor calidad del aire, estimulaban la concentración y otorgaban una mayor sensación de satisfacción a quienes se desempeñaban ahí, en comparación con aquellos oficinas en las que no había plantas. Este estudio solo tenía en cuenta lugares de trabajo convencionales, fuera de casa, de la época prepandemia. Pero no suena disparatado pensar que esas ventajas podrían darse, también, en un hogar que además sirve como lugar de trabajo.
Abajo, cinco recomendaciones de plantas hogareñas para principiantes. La lista fue proporcionada por el experto Pablo Machado, colaborador de eme. Machado tiene más de 25 años de experiencia con su Jardín Urbano y dicta regularmente cursos para neófitos en esta materia, tanto de manera presencial como via zoom. Puede consultarse su web -www.jardinurbano.com.uy- para más detalles sobre cómo empezar en esto de adquirir dedos verdes.
Cinco para cultivar adentro
Potus
Planta trepadora que purifica el aire y necesita mucha luz indirecta. Una señal de que está recibiendo la cantidad adecuada de iluminación es que tiene puntitos amarillos en sus hojas. Si no los tiene, hay que cambiarlas de lugar para que estén más expuestos a la luz natural. No necesitan mucho riego y algunos resumen el riego del potus como “mejor quedarse corto que pasarse”. Fertilizar con humus de lombriz cada dos semanas es otra recomendación.
Anturio
Otra a la que hay que cuidarla de la luz directa del sol. Esta planta, al ser originaria del bosque tropical, no se halla en un ambiente en el cual la temperatura oscila radicalmente. Una temperatura que vaya de 20 a 25 grados es apropiada y hay que ingeniárselas para mantenerla ahí todo el año. O sea, no dejarla en un lugar donde haya corriente porque cuando llega el invierno y entran esos aires bien fríos, esto la puede perjudicar.
Espatifilo
También conocida como lirio de la paz o cuna de Moisés. Da flores blancas y tiene efectos positivos sobre el ambiente ya que contribuye a purificar el aire de la casa. También a esta hay que cuidarla de una iluminación directa del sol. Se recomienda regarla frecuentemente (chequear con los dedos de mantener la tierra húmeda constantemente), además de proporcionarle abono una vez al mes. Banca bastante bien las temperaturas bajas.
Orquídea phalaenopsis
Esta requiere un poco más de cuidado y trabajo para que desarrolle su potencial. Hay que regarla moderadamente, porque es sensible a los excesos de agua. Uno de los tantos tips que hay sobre esta planta es dejar que se seque un poco la tierra antes de volver a regarla. También en este caso hay que ubicarla fuera de la luz directa del sol. Otro pique: plantarlas en una maceta transparente porque poder ver las raíces es importante para saber cómo está.
Dieffenbachia
Puede estar a la sombra, pero mejor seguir la misma recomendación que para las otras en esta nota: luz indirecta. Como en el caso del anturio, no se lleva nada bien con los bruscos cambios de temperatura. Mantener la tierra de la maceta húmeda, pero hay que evitar regarla tanto que se formen charquitos. Rociar las hojas también es una acción recomendada, como limpiarlas y quitarles el exceso de polvo que puedan tener una vez cada dos semanas.
Para combatir bichitos
Todo bien con la forma y lo estético, pero a veces también hay que tener en cuenta la funcionalidad de una planta. Así como el espatifilo ayuda a morigerar en algo los efectos de humedad excesiva en un ambiente eliminando esporas de moho (algo que también pueden hacer el clavel del aire y la hiedra), así también hay otras que pueden ser aliadas en la lucha contra algunos de los fenómenos menos placenteros de un hogar. ¿Esas mosquitas tan molestas que andan siempre en torno a restos de comida o cerca del tacho de la basura? La primera medida es quitarles los “llamadores”: platos sucios en la pileta, restos de comida en la mesada, tachos de basura sin tapar y frutas que ya empezaron a descomponerse. Pero una macetita con albahaca y otra con menta pueden ser unas excelentes aliadas en tu cruzada contra esas mosquitas. Igual, convengamos que esas no son gran cosa en comparación con los mosquitos, bichos molestos si los hay. Más allá de repelentes, hay plantas que contribuyen a espantarlos. De acuerdo al experto Pablo Machado, estas seis plantas son antimosquitos: lavanda común, romero, menta, albahaca, geranios y citronella.