Redacción El País
Llegar a los 50 no significa —al menos no siempre— renunciar a una melena. Aunque la textura, el volumen y el crecimiento del cabello cambian, con la estrategia correcta puedes lograr un cabello saludable, fuerte y brillante.
Lo que se sabe hasta ahora sobre la restauración capilar sirve como guía para adoptar ciertos cuidados con el objetivo de lucir un cabello radiante a cualquier edad.
Priorizá la salud de tu cuero cabelludo
La base de un cabello fuerte es un cuero cabelludo sano. Con la edad, la acumulación de células muertas y residuos puede obstruir los folículos pilosos. Estas son algunas de las cosas que podés hacer:
- Exfoliación semanal: Es un poco como "resetear" el cabello con una exfoliante capilar. Este puede ser comprado en algún comercio especializado o ser casero. Entre otras cosas, sirve para estimular la circulación sanguínea. Más sobre exfoliantes capilares acá.
- Ingredientes clave: Busca champús que contengan ketoconazol, que calman la piel del cuero cabelludo.
- Aceite de romero: Este remedio natural ha demostrado científicamente ser tan efectivo como el minoxidil tópico para mejorar el crecimiento capilar y la salud del cuero cabelludo cuando se usa consistentemente.
Tratamientos para la caída y debilitamiento del cabello
La pérdida de cabello a los 50 no es irreversible. Existen opciones que pueden ser efectivas.
- Una de ellas es el Minoxidil oral en dosis bajas: Actúa de manera sistémica, es efectivo para el adelgazamiento capilar y evita los residuos de las versiones que se aplican directamente sobre el pelo.
También hay tratamientos profesionales:
- Microneedling: Estimula la regeneración.
- Plasma rico en plaquetas (PRP): Reactiva folículos inactivos usando tu propio plasma.
- Terapia con exosomas: Una opción innovadora para mejorar la densidad y la textura del cabello.
Como ves, existen algunos caminos para explorar antes de tirar la toalla y resignarse a la calvicie o a un cabello demasiado fino y débil.
Pero recordá que siempre es mejor consultar con un especialista cuando empieces a notar cambios significativos en su pelo, como que la raya es más ancha o tenés menos volumen en la coronilla. Un diagnóstico temprano es clave.