Una tarta de ricota y espinaca, rica en proteinas y fibra que se hace en menos de una hora

Redacción El País
Esta receta es natural hasta donde es posible. Evitamos comprar fondo o masa de tarta ya hecho, pero si no tenés mucho tiempo, puede ser una alternativa, claro está.

Para la base:

• 200 g. de harina integral (puedes mezclar con 50 g. de avena molida).
• 3 cdas. de aceite de oliva.
• 1 huevo.
• 1 pizca de sal.
• 4–5 cdas. de agua fría.

Foto: Commons.

Para el relleno:

• 400 g. de espinaca fresca (o congelada bien escurrida).
• 200 g. de ricota magra.
• 2 huevos.
• 1 cebolla pequeña picada.
• 1 cda. de aceite de oliva.
• Nuez moscada, pimienta negra y sal a gusto.
• (Opcional) 2 cdas. de queso rallado bajo en grasa para gratinar.

Foto: Unsplash.

Preparación

1. Base integral: mezclá la harina con la sal, el aceite y el huevo. Añadí el agua poco a poco hasta formar una masa suave. Estirala con un palote y forrá un molde para tarta. Reservá en la heladera mientras preparás el relleno.
   
2. Relleno: salteá la cebolla en aceite de oliva hasta que esté transparente. Agregale la espinaca y cocina unos minutos hasta que pierda el agua. Retirá del fuego.
   
3. En un bol, mezclá la espinaca cocida con la ricota, los huevos, sal, pimienta y nuez moscada.
   
4. Vertí la mezcla sobre la base integral. Si querés, poné un poco de queso rallado por encima.
   
5. Horneá a 180 °C durante 30–35 minutos, hasta que el relleno esté firme y la superficie dorada.

Foto: Pxhere.

Resultado: una tarta ligera, saciante que podés acompañar con una ensalada fresca y tenés un almuerzo o cena completo.

Desde el punto de vista nutritivo, esta tarta tiene grasas saludables, y un índice glucémico bajo-moderado. Si además de harina integral le agregás avena, se convierte en una buena fuente de fibra.