Una fuente de vitaminas del complejo B12, minerales, proteínas y grasas saludables, siempre que lo cocines adecuadamente

El calamar es un fruto de mar que tiene tantos beneficios nutritivos que califica para el rótulo "superalimento"; en esta nota te contamos más.

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Foto: Unsplash.

Redacción El País
Lo hemos publicado muchas veces ya: consumir pescados y frutos del mar es un hábito saludable que conviene incorporar. Los uruguayos somos más afectos a las carnes rojas, y todo bien: no hay por qué excluirlas de nuestra dieta.

Pero en vez de recurrir a las carnes rojas un día sí y otro también, quienes entienden de salud y nutrición recomiendan elegir uno o dos días de la semana para consumir carnes más magras y nutritivas, como en este caso de calamar. Veamos por qué:

  • Es una notable fuente de proteínas magras
  • Es una carne baja en grasas (alrededor de 1-2 gramos por cada 100 g, lo que la convierte en una opción ideal para dietas de control de peso)
  • Es rica en ácidos grasos omega-3 (ácidos grasos esenciales conocidos por sus beneficios para la salud cardiovascular, cerebral y antiinflamatoria).
  • Rica en vitaminas y minerales esenciales (Vitamina B12, selenio, cobre, fósforo y zinc:)
  • Baja en calorías

Cómo prepararlos

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Foto: Freerange.

Pero hay que tener en cuenta que la manera en la los cocinamos puede disminuir los beneficios nutritivos del calamar. Si vamos a una de las tantas pescaderías en la rambla montevideana y pedimos los clásicos aritos de calamar fritos, le estaremos haciendo un flaco favor a nuestro cuerpo.

Lo mejor es evitar rebozarlo y freírlo. Eso solo añade una gran cantidad de calorías, grasas poco saludables y harinas refinadas. En vez, comelos a la plancha, al vapor, hervidos (ideal para guisos o para añadir a ensaladas), salteados con muy poco aceite, o a la parrilla. De esa manera, no solo vas a disfrutar de su sabor y textura, sino que tu cuerpo va a beneficiarse.

Rico en colesterol "dietético"

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Foto: Unsplash.

Parece un contrasentido recomendar una carne rica en "colesterol", como también parece un contrasentido hablar de colesterol dietético. Para agregar aún más a la confusión, el colesterol dietético no tiene que ver con la habitual clasificación de colesterol "bueno" (HDL) y "malo" (LDL). Aclaremos los tantos:

El colesterol dietético es el colesterol que proviene directamente de los alimentos que consumimos (principalmente de productos de origen animal como huevos, carne, mariscos, lácteos enteros y vísceras).

A diferencia del colesterol endógeno (el que produce nuestro propio hígado), el colesterol dietético es externo y llega al organismo a través de la dieta.

Durante mucho tiempo se pensó que este tipo de colesterol era el principal responsable de elevar los niveles de colesterol en sangre. Sin embargo, hoy se sabe que su impacto es menor de lo que se creía, ya que la mayor parte del colesterol sanguíneo depende de la producción interna del cuerpo y de factores como el tipo de grasas consumidas (saturadas y trans) más que del colesterol de los alimentos en sí.

Por eso muchas guías de nutrición actuales ya no fijan un límite estricto para el colesterol dietético, aunque siguen recomendando moderación y priorizar una alimentación rica en frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y grasas saludables (aceite de oliva, palta, frutos secos, pescado azul) para cuidar la salud cardiovascular.

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Foto: Needpix

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