Redacción El País
Elaborar mantequilla clarificada o ghee en casa a partir de un litro de leche es una práctica sencilla, económica y saludable. Más allá de su sabor suave y su aroma a nuez, este producto de origen tradicional se destaca por su estabilidad al calor, su buena digestibilidad y su aporte de grasas beneficiosas.
Según un estudio publicado en la revista Dairy, el ghee elaborado con crema dulce presenta un perfil equilibrado de ácidos grasos y una excelente resistencia térmica, lo que lo convierte en una opción ideal para cocinar sin que se degrade fácilmente. Prepararlo en casa permite además conservar las propiedades naturales de la leche y evitar aditivos o conservantes industriales.
Qué es el ghee y por qué elegirlo
El ghee es una mantequilla clarificada que se obtiene al calentar lentamente la mantequilla común para separar el agua y los sólidos lácteos. El resultado es una grasa pura, dorada y aromática, que puede conservarse durante semanas sin necesidad de refrigeración.
A diferencia de la mantequilla tradicional —que contiene entre un 15 % y 20 % de agua—, el ghee es completamente libre de humedad, lo que le otorga mayor durabilidad y un punto de humo más alto. También se diferencia de la margarina, que suele elaborarse con aceites vegetales refinados o hidrogenados y puede contener grasas trans si no está bien formulada.
Además de su estabilidad, el ghee tiene mejor digestibilidad y contiene compuestos beneficiosos como el ácido butírico, vinculado con la salud intestinal y la función metabólica.
Beneficios de incorporar ghee en la cocina
Su versatilidad lo hace ideal tanto para saltear vegetales como para untar panes o preparar masas y postres. Al tener una estructura más estable que la mantequilla, resiste mejor las altas temperaturas sin oxidarse ni quemarse.
En pequeñas cantidades, el ghee puede contribuir a una mejor absorción de vitaminas liposolubles (A, D, E y K) y favorecer una alimentación equilibrada. En cocinas tradicionales como la india o la ayurvédica, se considera un alimento “sagrado” por sus propiedades energéticas y digestivas.
Cómo preparar ghee casero con un litro de leche
Ingredientes:
- 1 litro de leche fresca (preferiblemente entera y de buena calidad)
- Agua fría (opcional, si se elabora primero mantequilla)
Paso a paso:
- Separar la grasa: hervir la leche a fuego suave y remover para que se desprenda la capa superior, que es la crema.
- Batir la crema: una vez fría, batir la crema hasta que se separe el suero del sólido graso.
- Filtrar: pasar la mezcla por un lienzo o colador fino para obtener la grasa pura.
- Lavar (opcional): enjuagar con agua fría para eliminar restos de suero o lactosa.
- Fundir: colocar la grasa en una olla y calentarla a fuego muy bajo, sin dejar que se queme. Los sólidos lácteos se irán depositando o formando espuma.
- Decantar: retirar con cuidado la espuma y filtrar el líquido dorado.
- Enfriar: dejar reposar y luego enfriar para lograr la textura deseada: más líquida o cremosa, según el gusto.
Con este método se obtiene un ghee puro y aromático, o una versión más suave si se detiene antes el proceso de clarificación. Su sabor delicado, su durabilidad y sus propiedades nutricionales lo convierten en una alternativa excelente para quienes buscan una cocina más natural, equilibrada y consciente.
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