Algunos de los suplementos más buscados entre quienes superan los 50 años de edad son el colágeno, el magnesio y el potasio. Parecen soluciones mágicas para los efectos del paso del tiempo, pero especialistas en nutrición insisten en que no funcionan igual para todos.
Según Daniela Bertelotti, médica especialista en nutrición del Hospital Universitario Austral, el aumento del cansancio y la pérdida de masa muscular luego de cierta edad son señales que indican la necesidad de modificar hábitos. “Lo ideal es incorporar entrenamiento de fuerza, actividad aeróbica y ajustar la alimentación. Ante estos cambios, el cuerpo necesita adaptación, no atajos”, advierte.
No obstante, reconoce que muchas personas buscan soluciones rápidas. “A veces sí sirven, en casos de enfermedades con mala absorción, dietas muy restrictivas o demandas especiales, como en deportistas. Pero no son para todos”, enfatiza.
Antes de iniciar cualquier suplementación, Bertelotti recomienda una revisión médica completa. “El marketing vende promesas, pero la salud real está en el movimiento, la constancia y las decisiones informadas. La salud no se toma en cucharadas: se construye con comida real y constancia en el movimiento”, asegura.
Insiste en que estos productos no son mágicos ni universales: “El problema es que el marketing los presenta como indispensables para cualquiera que haya pasado los 40 o 50 años. Los suplementos pueden ser útiles, sí, pero no reemplazan hábitos ni regeneran mágicamente lo que el tiempo transforma”.
Colágeno: ¿qué es y qué función cumple?
El colágeno es una proteína estructural clave. Según explica la médica nutricionista Mónica Cristina, del Hospital Italiano, está presente en tejidos como la piel, los huesos, los tendones, los ligamentos, los vasos sanguíneos y el tejido muscular.
“Aporta sostén, elasticidad y resistencia mecánica, lo que permite que nuestro cuerpo mantenga su estructura y funcionalidad a lo largo del tiempo”, señala. Aunque el cuerpo lo produce naturalmente, su síntesis disminuye con la edad y otros factores como el sol, el tabaco, el alcohol, el estrés y la falta de sueño.
Magnesio: más de 600 funciones en el cuerpo
Este mineral es esencial para el organismo. Cristina explica que interviene en cientos de procesos: contracción muscular, transmisión nerviosa, metabolismo de la glucosa, control de la presión arterial, salud ósea y cardiovascular.
“La deficiencia de este mineral puede notarse si hay cansancio, calambres musculares, entumecimiento y, en casos más graves, convulsiones o alteraciones del ritmo cardíaco”, indica. Las dosis recomendadas son 420 mg diarios en hombres y 320 mg en mujeres. Se encuentra en alimentos como verduras de hoja verde, semillas, frutos secos, cereales integrales, legumbres y pescados.
Potasio: clave para el corazón y los músculos
El potasio también es fundamental. Ayuda a regular el equilibrio de líquidos, favorece la función muscular y nerviosa, cuida los huesos y previene cálculos renales. Cristina señala que su carencia puede derivarse de vómitos prolongados, uso de diuréticos o enfermedades renales.
“Cuando falta potasio, los síntomas pueden incluir fatiga, debilidad muscular, estreñimiento y sensación general de malestar. En casos más graves, puede provocar parálisis, dificultad para respirar o arritmias cardíacas que pueden comprometer la vida”, afirma.
Las necesidades diarias son de 3400 mg para hombres y 2600 mg para mujeres, y se encuentra ampliamente distribuido en frutas, vegetales, legumbres, frutos secos, lácteos, carnes y huevos.
El riesgo de consumir sin indicación
Los expertos insisten en que cualquier suplemento debe estar respaldado por una evaluación médica. “El suplemento correcto, en la persona correcta, en el momento justo, puede ser útil. Pero fuera de ese contexto, puede ser inútil o incluso dañino”, resume Bertelotti.
El magnesio puede indicarse si hay calambres, fatiga, ansiedad leve o insomnio. El colágeno se considera en casos de desgaste articular o enfermedades del tejido conectivo. El potasio, por su parte, es vital para la salud muscular y cardíaca, pero puede causar efectos adversos si se consume en exceso.
Cristina advierte: “El magnesio puede causar hipermagnesemia, cuyos síntomas incluyen diarrea, somnolencia, náuseas, vómitos, disminución de los reflejos, hipotensión y alteraciones del sistema nervioso”.
Respecto al potasio, señala que “tomar suplementos de potasio sin supervisión médica, especialmente en personas con problemas renales o que toman ciertos medicamentos antihipertensivos o diuréticos, puede causar niveles elevados en sangre. Esto podría provocar debilidad, arritmias graves y complicaciones cardíacas. Lo mejor es cubrir las necesidades a través de una dieta variada y equilibrada”.
La Nación/GDA