Redacción El País
Cortar, cocinar demasiado o emplear temperatura inadecuada puede endurecer la carne y dejarla seca.
Sin embargo, hay técnicas simples y reales que permiten recuperarla y devolverle jugosidad, usadas tanto en cocinas domésticas como profesionales.
1. Recalentar a baja temperatura
Una cocción lenta y suave ayuda a que las fibras musculares se relajen y parte del colágeno se ablande.
Puede hacerse en horno moderado o en olla tapada a fuego bajo, añadiendo un poco de líquido para mantener humedad.
Paciencia y calor uniforme son clave para no resecar la superficie.
2. El truco de la cuchara metálica
Dejar una cuchara de metal dentro de la olla o sartén mientras se recalienta ayuda a distribuir el calor de forma uniforme, favoreciendo que las fibras se relajen.
Es un método tradicional y económico que muchas cocinas adoptan.
3. Marinar en leche u otros lácteos
Sumergir la carne cocida en leche durante varias horas o toda la noche permite que la acidez y las enzimas ablanden las fibras superficiales.
Tras el remojo, se recomienda escurrir y recalentar suavemente para mantener la humedad.
4. Ablandamiento físico: pinchar o golpear
Golpear suavemente con un mazo o pinchar con un tenedor rompe las fibras largas, haciendo la carne más masticable.
Es un recurso directo, pero requiere cuidado para no deshacer la pieza.
5. Olla a presión: ablandamiento rápido
Para una solución más rápida, pasar la carne a la olla a presión con algo de líquido durante unos minutos acelera la rotura de fibras y colágeno, recuperando ternura en menos tiempo que la cocción lenta convencional.
Con estos cinco trucos, incluso la carne más dura puede transformarse en un plato jugoso y agradable al paladar, sin necesidad de inventar métodos complicados ni sofisticados.
En base a El Tiempo/GDA