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Alimentación emocional: qué es, qué impactos puede tener en la salud y cómo manejarla

Las personas recurren a la comida como una forma de enfrentar al estrés, la tristeza, la soledad.

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Qué comer heladera
La alimentación también es emocional.
Foto: Freepik.

El Tiempo/GDA
La alimentación emocional se refiere al acto de comeren respuesta a las emociones en lugar de a la verdadera hambre física. En este contexto, las personas recurren a la comida como una forma de hacer frente al estrés, la tristeza, la soledad u otras emociones, en lugar de alimentarse por necesidad nutricional.

Este comportamiento puede llevar a consumir alimentos poco saludables en exceso. Como resultado, puede tener impactos significativos en la salud de quienes lo experimentan.

Una de las principales consecuencias de la alimentación emocional es la obesidad. Las personas que recurren a este tipo de alimentación tienden a consumir alimentos ricos en calorías, grasas y azúcares, lo que puede provocar un aumento de peso no deseado y, eventualmente, problemas de obesidad.

Además, este hábito puede causar problemas digestivos, como malestar estomacal e indigestión, especialmente si se consumen alimentos poco saludables o se come en exceso.

Esto puede llegar a ser problemático puesto que, según explica en TopDoctors el endocrinólogo Juan Ybarra Muñoz, "la acumulación de grasa corporal no representa únicamente un problema de tipo estético, sino que se trata de un problema que tiene influencia directa con otras patologías, aumentando el riesgo de padecer distintas enfermedades y problemas de salud, como podrían ser las enfermedades arteriales y cardiacas, así como la diabetes".

De acuerdo con el experto, la obesidad se puede catalogar como una enfermedad de tipo crónica. "Se puede saber si una persona es obesa a través del Índice de Masa Corporal (IMC). Este calcula el peso de una persona entre la talla", explica.

Otro impacto importante es el desequilibrio nutricional. Al centrarse en comer para satisfacer necesidades emocionales en lugar de nutricionales, las personas pueden no obtener los nutrientes adecuados que necesitan para mantener una buena salud. Esto puede conducir a deficiencias nutricionales y otros problemas de salud a largo plazo.

Además de los efectos físicos, la alimentación emocional también puede tener consecuencias en la salud mental. Este comportamiento está frecuentemente vinculado a problemas como la depresión y la ansiedad. El uso de la comida como una forma de lidiar con estas emociones puede empeorar los síntomas y dificultar el manejo de la salud mental.

La psicóloga Eva Carbajo Álvarez, define la ansiedad como una alarma que avisa que la persona no está viviendo su vida como necesita. "Se tendrá que investigar y averiguar de qué manera se está enfocando la relación con uno mismo o con los demás, qué "no sienta bien" para poder modificarlo y darse libertad, sin estar condicionado por imposiciones, exigencia, sometimientos, etc", explicó para TopDoctors.

Especialistas aseguran que, para abordar la alimentación emocional y sus impactos en la salud, es fundamental desarrollar estrategias saludables para hacer frente al estrés y otras emociones. Esto puede incluir prácticas como la atención plena, el ejercicio regular, la búsqueda de apoyo social y el desarrollo de hábitos alimenticios equilibrados y conscientes.

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