5 razones para incluir el melón en el desayuno y aprovechar todos sus beneficios para la salud

Dulce, fresco y bajo en calorías, el melón es una opción ideal para empezar el día. Aporta hidratación, vitaminas y fibra, favorece la digestión y ayuda a reforzar las defensas.

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Foto: Pxhere.

Redacción El País
En la búsqueda de desayunos más saludables, muchas veces se pasa por alto una fruta que combina sabor, frescura y beneficios nutricionales: el melón. Más allá de su costumbre de servirse en los meses cálidos, esta fruta resulta un excelente aliado para el desayuno durante todo el año. Es liviana, naturalmente dulce y rica en agua, vitaminas y antioxidantes, lo que la convierte en una elección perfecta para comenzar el día con energía y bienestar.

A continuación, cinco razones respaldadas por la ciencia y la nutrición —incluidas recomendaciones del Departamento de Nutrición de Harvard— para incorporar el melón a la primera comida del día.

1. Hidratación desde el primer bocado

El melón está compuesto en un 90% por agua, lo que lo vuelve ideal para rehidratar el cuerpo después de las horas de descanso. Consumirlo al despertar contribuye a recuperar líquidos y minerales perdidos durante la noche, favorece la función de los órganos y ayuda a mantener la piel hidratada y luminosa. Es, en definitiva, una forma sabrosa de darle al cuerpo su primer vaso de agua del día.

2. Aliado natural para controlar el peso

Con bajo aporte calórico y alto contenido de fibra, el melón puede ser un buen aliado si se busca mantener o reducir el peso. Su fibra genera saciedad, lo que ayuda a evitar picoteos entre comidas, mientras que su dulzor natural satisface el antojo de algo dulce sin necesidad de acudir a productos ultraprocesados. Por eso, incluirlo en el desayuno —solo o en ensaladas de frutas— puede ayudar a mantener el equilibrio alimentario de la jornada.

Melón
Mujer comiendo melón.
Foto: Freepik.

3. Piel más sana y luminosa

Rico en vitaminas A y C, el melón favorece la salud y la apariencia de la piel. La vitamina C estimula la producción de colágeno, proteína esencial para mantener la firmeza y elasticidad cutánea, mientras que la vitamina A, presente en forma de betacarotenos, protege frente al daño solar y ayuda a reparar los tejidos. Un desayuno con melón puede ser, en cierto modo, un ritual de belleza natural.

4. Digestión más ligera

Gracias a su contenido de agua y fibra, el melón actúa como un suave regulador del sistema digestivo. Facilita el tránsito intestinal y previene el estreñimiento, además de preparar el aparato digestivo para recibir los alimentos del día. Tomarlo en ayunas o como parte de un desayuno liviano es una forma eficaz de cuidar el equilibrio intestinal.

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Foto: Picryl.

5. Refuerzo para el sistema inmune

La vitamina C del melón también cumple un rol clave en el fortalecimiento del sistema inmunológico. Estimula la producción de glóbulos blancos, las células que defienden al organismo de virus y bacterias. Por eso, consumirlo con frecuencia —especialmente en los meses más fríos— puede ayudar a reducir el riesgo de resfríos y otras infecciones.

Una elección simple y saludable

Incorporar melón al desayuno no requiere grandes cambios: basta con cortar una porción fresca o sumarlo a un licuado con otras frutas. Es una forma sencilla, económica y natural de sumar agua, fibra y antioxidantes a la dieta diaria.

Fresco, liviano y versátil, el melón demuestra que los alimentos más simples pueden ser también los más beneficiosos.

En base a El Tiempo/GDA

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