Redacción El País
Durante esta fase, muchos jóvenes dejan atrás la adolescencia y comienzan a definir su identidad adulta, enfrentando desafíos ligados a la independencia, la responsabilidad y el equilibrio emocional.
La doctora en psicología Deborah J. Cohan comparte siete consejos prácticos para afrontar el paso de la adolescencia a la adultez de forma saludable, consciente y funcional.
1. Desarrollar la organización personal
Aprender a mantener el orden es una habilidad clave para la vida adulta. Guardar los objetos después de usarlos y establecer rutinas ayuda a reducir el caos, mejorar la concentración y fortalecer la responsabilidad personal. Este hábito impacta positivamente tanto en el rendimiento laboral como en el bienestar emocional.
2. Cuidar el espacio personal
Un espacio limpio y ordenado influye directamente en el estado de ánimo. La organización del entorno mejora la productividad, favorece el descanso y ayuda a mantener la estabilidad emocional. Pequeños gestos como ventilar la habitación o mantener la cama tendida aportan claridad mental.
3. Mantener la higiene doméstica
Lavar la ropa, cambiar las sábanas y toallas con frecuencia son acciones esenciales para la salud física y mental. Según la psicóloga, estas tareas refuerzan la autonomía y previenen la acumulación de bacterias y suciedad, al tiempo que fortalecen la disciplina personal.
4. Alimentarse bien
Una alimentación saludable es una forma de autocuidado. Cocinar en casa, lavar los utensilios y mantener la cocina limpia promueve la autodisciplina y un mejor control sobre la nutrición. Comer equilibradamente mejora la energía, la concentración y el bienestar integral.
5. Permitirse pequeños caprichos
Disfrutar de pequeños placeres mantiene la motivación y mejora el vínculo con el propio entorno. La especialista sugiere incorporar detalles agradables como una vela aromática, una planta o una manta suave que aporten bienestar emocional y refuercen el deseo de cuidar el espacio personal.
6. Priorizar el descanso
Dormir bien es tan importante como ser productivo. El descanso adecuado favorece la regulación emocional, la toma de decisiones y la salud mental. Incorporar siestas breves o pausas durante el día puede marcar una gran diferencia en el rendimiento general.
7. Reservar tiempo para la recreación
La recreación y el ocio son fundamentales para mantener el equilibrio. Dedicar momentos a actividades que aporten placer —como leer, practicar deporte o compartir con amigos— ayuda a reducir el estrés y fortalecer los vínculos sociales.
La adultez emergente y sus desafíos
Durante la adultez emergente, las personas suelen experimentar dudas sobre su identidad y su rol en la sociedad. Factores como el matrimonio, la independencia económica, la crianza de hijos o la obtención de documentos oficiales suelen funcionar como marcadores simbólicos de la madurez.
Comprender esta etapa y desarrollar hábitos saludables puede facilitar la transición hacia una vida adulta plena, estable y equilibrada.
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