Caer, tocar fondo y volver a levantarse no es un camino sencillo, pero para muchas personas el dolor también puede convertirse en una fuente inesperada de transformación. Eso fue lo que expresó Shakira en una entrevista con Marley en el programa Por el mundo, por Telefé, donde habló con honestidad sobre cómo atravesó uno de los momentos más difíciles de su vida personal y cómo logró resignificarlo a través de la música.
“Fue una transmutación. La frustración, la rabia y el dolor; utilizar todo eso y transformarlo en arte, creatividad e inspiración. Eso me ayudó a sanar y en el proceso creo que mucha gente sanó conmigo. Me sentí acompañada, eso fue lo más bonito. Descubrir los amigos verdaderos que tengo”, dijo la artista colombiana, al referirse al proceso emocional que atravesó tras su separación y los conflictos públicos que vivió en los últimos años.
Sus palabras no solo describen una experiencia íntima, sino que también ilustran un mecanismo psicológico profundo: la capacidad de transformar el sufrimiento en algo con sentido, productivo y reparador.
Cuando el dolor no se niega, se transforma
Desde la psicología, este proceso se conoce como resignificación emocional. No implica negar lo que duele ni “pensar en positivo” de manera superficial, sino permitir que la emoción exista, comprenderla y darle un nuevo valor. La rabia, la tristeza o la frustración no desaparecen por arte de magia: se canalizan.
En el caso de Shakira, ese canal fue el arte. La música funcionó como un espacio de descarga, pero también como un puente hacia otros. “Mucha gente sanó conmigo”, dijo, dejando en claro que el proceso no fue solo individual. La identificación emocional es una de las herramientas más potentes que tiene el ser humano para atravesar el dolor: saber que no se está solo en lo que duele alivia, contiene y fortalece.
Otro punto clave que destacó la artista fue el valor de los vínculos verdaderos. En los momentos de crisis, los lazos afectivos cumplen una función vital: sostienen cuando la identidad se tambalea, cuando el proyecto de vida se quiebra o cuando la autoestima queda herida.
Según especialistas, las crisis suelen funcionar como un filtro emocional. Muchas relaciones cambian, se debilitan o incluso se rompen, pero otras se fortalecen. Detectar quiénes están cuando no hay éxito, aplausos ni euforia también es parte del proceso de reconstrucción.
Levantarse después de caer: qué dice la psicología
Lejos de ser un rasgo reservado a unos pocos, la capacidad de levantarse después de una caída se conoce como resiliencia. No es una cualidad fija, sino una habilidad que se construye con el tiempo, las experiencias y el acompañamiento adecuado. Implica atravesar el dolor sin quedar detenido en él.
Transformar una experiencia dolorosa en crecimiento no significa que el proceso sea rápido o suave. Hay duelo, enojo, miedo y tristeza. Pero cuando esas emociones encuentran una vía de expresión —como el arte, la escritura, el deporte, la terapia o los vínculos— dejan de quedar atrapadas en el cuerpo y la mente.
En ese sentido, la experiencia de Shakira conecta con millones de personas que también atravesaron separaciones, pérdidas, traiciones o cambios bruscos. Su mensaje no pasa por el éxito, sino por la honestidad emocional: aceptar que dolió y, aun así, seguir.
El arte como puente de sanación colectiva
Una de las ideas más potentes que dejó la artista es que su sanación no fue solo personal, sino también colectiva. Cuando una canción nace desde una emoción real, quienes la escuchan suelen encontrar un espejo de su propia historia. Esa identificación no resuelve los problemas, pero ayuda a transitarlos con menos soledad.
Desde la psicología se sostiene que compartir el dolor —de forma simbólica o real— reduce su peso. Lo vuelve más humano. Permite sentir que la herida no es una excepción, sino parte de la experiencia de vivir.
Transformar el dolor no significa romantizar el sufrimiento, sino elegir qué hacer con aquello que irrumpe, duele y desestabiliza. A veces, esa transformación llega en forma de una canción, un proyecto, una decisión valiente o una nueva etapa vital. Otras veces, simplemente en la capacidad de seguir adelante, aun con cicatrices.
Las palabras de Shakira resumen esa posibilidad: no la de evitar las caídas, sino la de convertirlas en impulso. En tiempos donde la fragilidad emocional se comparte cada vez más, su testimonio funciona como un recordatorio de que incluso lo que más duele puede convertirse, con el tiempo, en una fuente de fuerza, creatividad y crecimiento.