¿Sentís que siempre dependés de otros para tomar decisiones? El miedo a la libertad y cómo afecta la autonomía

Superar el miedo a lo nuevo requiere autoconocimiento, valentía y voluntad de cambio; cada paso fortalece la autonomía y acerca a una vida más auténtica y plena.

Compartir esta noticia
Confundida
Mujer confundida habla al teléfono.
Foto: Freepik.

Redacción El País
En 1941, el psicoanalista y psicólogo social alemán Erich Fromm publicó Miedo a la Libertad, un libro que plantea una paradoja profunda: la libertad, tan valorada y buscada, también puede convertirse en fuente de temor. Ese miedo —explica el especialista— se origina en la dependencia y la inseguridad que atraviesan la vida humana desde la infancia.

Fromm explica que gran parte del conformismo nace en la escuela, donde se enseña a los niños a reprimir la espontaneidad. Se les inculca a sonreír, a mostrarse siempre amables y a evitar la crítica, aunque esos gestos no respondan a sentimientos propios. La presión por ser percibidos como agradables acaba moldeando conductas artificiales y dependientes de la mirada ajena.

Aunque la juventud aparece como la etapa donde se persigue la libertad, esta se ve rápidamente condicionada por la dependencia económica y afectiva. Al comenzar a trabajar o enamorarse, muchos jóvenes se enfrentan al temor de decidir por sí mismos, después de años en los que otros —padres, profesores, figuras de autoridad— tomaron decisiones en su lugar.

Pensando.jpg
Hombre pensando.
Foto: Freepik.

Dos caminos frente al miedo

El miedo a la libertad puede llevarnos a aferrarnos a poderes externos que brindan seguridad momentánea —personas, instituciones o ideales—, pero que refuerzan la dependencia y no resuelven la inseguridad de fondo. La alternativa saludable, en cambio, consiste en asumir la libertad como una oportunidad para crear, ser autónomos y aceptar con responsabilidad las decisiones tomadas, aprendiendo de los errores y corrigiéndolos.

Desarrollar una verdadera autonomía implica un proceso gradual que abarca varias dimensiones:

  • Autoconocimiento: reflexionar sobre pensamientos, emociones y valores propios.
  • Habilidades de decisión: aprender a resolver problemas, comunicar con claridad y aceptar la posibilidad de equivocarse.
  • Independencia emocional: fortalecer la autoestima y la autorregulación para no depender en exceso de la validación externa.
  • Empoderamiento: sentir control sobre la propia vida y compromiso con el entorno.
  • Respeto a la individualidad: aceptar la diversidad y reconocer la unicidad de cada persona.
  • Desarrollo emocional: manejar sentimientos de manera sana y construir vínculos saludables.
  • Creatividad: fomentar la imaginación y el pensamiento divergente como vía de expresión libre.

La libertad humana, aunque limitada por la propia condición de existir, envejecer o morir, es también una oportunidad para elegir cómo vivir. Superar el miedo a lo nuevo requiere autoconocimiento, valentía y voluntad de cambio. Cada paso hacia la independencia, por pequeño que sea, fortalece la autonomía y acerca a una vida más auténtica y plena.

Felicidad.
Personas saltando felices.
Foto: Pixabay.

En base a El Comercio/GDA

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar