¿Se te olvidan cosas seguido? Algunas señales de alerta y hábitos para cuidar la memoria desde joven

Olvidos frecuentes pueden ser normales, pero también indicar deterioro cognitivo. Expertos destacan señales de alerta y prácticas para proteger la memoria día a día.

Olvidarse
Mujer nerviosa porque se olvidó de algo.
Foto: Freepik.

Redacción El País
Olvidar detalles cotidianos forma parte del día a día. Pero la pregunta que surge es: ¿cuándo un despiste se convierte en algo más serio? La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que más de 55 millones de personas viven con demencia, y los casos podrían triplicarse para 2050. Por eso, los especialistas subrayan la importancia de distinguir entre lapsus normales y señales que requieren atención clínica.

María Rocío Acosta Barreto, docente de la Maestría en Neuropsicología Clínica en Bogotá, explica que olvidar información irrelevante es un mecanismo natural del cerebro. El problema aparece cuando los descuidos afectan la seguridad personal, la autonomía o las relaciones sociales.

Entre los olvidos habituales se encuentran perder objetos de uso diario, dejar las llaves o el celular en lugares poco comunes, o quedarse en blanco ante situaciones de presión, como exposiciones o exámenes. La mayoría de estos lapsus se relaciona con distracción, estrés o falta de organización, no con deterioro neurológico.

Señales que no se deben ignorar

Detectar signos tempranos de deterioro cognitivo es clave. Los expertos aconsejan consultar a un profesional si se presentan comportamientos como:

  • Olvidar nombres de familiares o amigos cercanos de manera reiterada.
  • Perder conocimientos previamente adquiridos en lo académico, laboral o cultural.
  • Borrar de la memoria hechos significativos de la vida personal, como viajes o celebraciones.
  • Confundir recuerdos con situaciones irreales.
  • Desorientarse en lugares conocidos o olvidar rutas habituales.
  • Exponerse a riesgos cotidianos, como dejar la estufa encendida o dar información sensible a extraños.

Estos indicios pueden ser signos de un deterioro cognitivo progresivo y ameritan evaluación profesional para descartar enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer u otras demencias.

deterioro cognitivo

Hábitos que fortalecen la memoria

Proteger la memoria no es un asunto exclusivo de la vejez. Adoptar hábitos saludables desde joven puede marcar la diferencia en la calidad de vida futura. Entre las prácticas recomendadas se encuentran:

  • Ejercicio físico frecuente: caminar, nadar o andar en bicicleta al menos 150 minutos por semana puede reducir hasta un 35 % el riesgo de deterioro cognitivo.
  • Estimular la mente: leer, aprender idiomas o tocar instrumentos fortalece la neuroplasticidad y genera “reserva cognitiva”.
  • Dieta balanceada: priorizar frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, pescado, aceite de oliva y frutos secos; reducir azúcares y ultraprocesados.
  • Sueño reparador: dormir menos de seis horas incrementa el riesgo de Alzheimer; el descanso consolida recuerdos y limpia toxinas cerebrales.
  • Manejo de emociones: estrés, ansiedad o depresión afectan el hipocampo; técnicas de meditación o mindfulness ayudan a proteger la memoria.
  • Vida social activa: interactuar y participar en grupos funciona como un gimnasio cognitivo que disminuye el aislamiento.
  • Hobbies constantes: bailar, pintar o hacer jardinería refuerza motivación, coordinación y memoria procedimental.

Cuidar la memoria es un ejercicio cotidiano. La neuropsicología advierte que los hábitos que adoptemos hoy influirán directamente en nuestra capacidad cognitiva en las próximas décadas, haciendo la prevención tan importante como la detección temprana.

En base a El Tiempo/GDA

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