Salir de la zona de confort puede ser tan sencillo como cambiar de mano en tareas básicas, y eso beneficia al cerebro

El cerebro es un organismo "vago", que prefiere la rutina para no gastar energía, pero eso atenta contra el aprendizaje y la neuroplasticidad.

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Algo tan simple como usar el control remoto con la mano que no nos resulta "natural" ayuda a prevenir el deterioro del cerebro.
Foto: Unsplash.

Redacción El País
El cerebro prefiere las rutinas porque consumen menos energía. Sin embargo, esta eficiencia tiene un costo: cada día hace menos esfuerzo por aprender y asimilar información nueva.

La clave para revertir esto es la neuroplasticidad (o plasticidad cerebral), que es la capacidad del cerebro de renovarse y crear nuevas conexiones neuronales. Este proceso es fundamental para mejorar el funcionamiento del cerebro y prevenir el deterioro cognitivo.

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Representación de conexiones neuronales.
Foto: Unsplash.

El ejercicio recomendado: "Cambiar de mano"

La neurología recomienda un gesto simple pero transformador: desafiar tu rutina usando tu mano no dominante. ¿Cómo?

· Lavarte los dientes o las manos con la mano opuesta.

· Usar el ratón del ordenador o el teléfono móvil con la otra mano.

· Cambiar la ruta para ir al trabajo.

· Sentarte en un lugar diferente a la hora de comer.

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Desarrollar la neuroplasticidad puede salvarnos de la demencia senil.
Imagen: Commons.

¿Cómo funciona este método?

Aunque parezcan acciones diminutas, estas novedades fuerzan al cerebro a salir del "piloto automático". Este pequeño esfuerzo activa una serie de ajustes internos y libera dopamina, un neurotransmisor clave para la motivación y la toma de decisiones.

No necesitás cambiar tu vida por completo. Solo un poco de curiosidad y estar abierto al cambio para mantener tu cerebro activo, despierto y saludable.

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