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Luego de que muchos fans de Taylor Swift contaran que no recordaban qué era lo que habían experimentado cuando fueron a ver a la cantante y compositora estadounidense en vivo, expertos llevaron a cabo un estudio con un universo de unos 2.000 jóvenes, en el rango etario que va de los 14 a los 25 años. La principal conclusión de esa investigación es que los conciertos de la artista pueden —literalmente— afectar la salud mental de las personas. Este es apenas uno de los varios estudios que se han llevado a cabo sobre cómo puede repercutir ser seguidor de Swift en distintos aspectos de la vida.

Pero empecemos por algunas de las razones por las fuerte identificación que existe entre los seguidores de Swift y la artista. La terapeuta y experta en salud mental Alli Spotts-De Lazzer participó en un grupo de discusión en la Universidad de Kansas, que ofrece un curso llamado "La sociología de Taylor Swift".

Según esta experta, parte de la magia detrás de la música de Taylor es que hay un “sentido de pertenencia”, que los fans de la blonda estrella hacen propio. La experta también afirma que otra razón detrás de esta felicidad genuina que muchas personas sienten está relacionada con lazos intergeneracionales: muchas mujeres han crecido escuchando a Swift y ahora sus hijas escuchan a la cantante. Lo cual explicaría que no sean únicamente teens y muy jóvenes los que van a ver sus conciertos, sino también familias.

Esto último amerita un comentario aparte: el primer álbum de Swift —titulado con su nombre— es de hace 17 años. Haciendo números, la aseveración de Spotts-De Lazzer daría a entender que muchos fans de la artista fueron padres casi precoces. Sigamos. Otro factor de identificación son las letras de las canciones que hablan sobre determinación, poder femenino y superación, entre otros temas que pueden conectar emocionalmente a los fans. Taylor Swift no tiene miedo de hablar sobre sus sentimientos, y es conocida por abordar relaciones pasadas en su música.

Según la investigación ya mencionada, alrededor del 80% de los jóvenes creen que la música y los eventos en vivo tienen un impacto positivo en el estado de ánimo y el bienestar general. Cuando se les preguntó a los participantes qué artistas tienen el efecto más positivo en su salud mental, Taylor Swift ocupó el primer lugar, con un 32%, seguida de Ed Sheeran (28%).

También se mencionaron los grupos virtuales de fans como factores positivos. Casi el 61% de los jóvenes están de acuerdo en que estos grupos virtuales de fans tienen un impacto positivo en su estado de ánimo o bienestar.

Al considerar la cantidad de efectos pirotécnicos utilizados en las grandes presentaciones, además de los cambios de vestuario y las extensas listas de canciones, los conciertos brindan mucha —probablemente demasiada— información para que una persona la procese en poco tiempo.

Un profesor de Psicología Cognitiva en la Universidad Estatal de Río de Janeiro, Carlos Eduardo Norte, señaló que esta sobrecarga sensorial dificulta la creación de nuevos recuerdos. Dado que la atención humana es selectiva y tiene una capacidad máxima, el cerebro no puede manejar tantos estímulos al mismo tiempo.

“El primer paso en este viaje hacia la formación de la memoria comienza en el sentido de la percepción. La información llega a nuestros sentidos a través de la vista, el oído, y a partir de ahí está nuestra capacidad de atención, donde asignamos atención al estímulo. Si la información se filtra, lo que proviene de la memoria almacenada es lo que viene después de ese filtro. En la memoria hablamos de la memoria a corto plazo, la que mantiene eso durante unos minutos, si la información es muy importante, dura, pero si no lo es, se pierde”, explicó en una reciente entrevista.

El fenómeno no se limita solo a los conciertos. Momentos que requieren una carga emocional para el cerebro, como bodas, graduaciones o el nacimiento de los hijos, tienden a activar el sistema de memorización. Sin embargo, debido a la sobrecarga sensorial, puede haber una sensación de “mente en blanco” durante el momento y, eventualmente, pérdida de memoria.

Los expertos dicen que la principal explicación de este fenómeno radica en la exacerbación de los sentimientos. “En estas situaciones, observamos una hiperactivación emocional. Debido a esta alta valencia emocional, la forma en que codificará la emoción y la guardará será diferente”, comentó Eduardo Norte.

Además, con la liberación de adrenalina causada por el estrés de la ansiedad, la persona entra en un estado de alerta. El cerebro, extremadamente estimulado, no puede convertir esta información en memorias a largo plazo.