Grupos de Ayuda Mutua: apoyo, confianza y comunidad para personas con tartamudez en Uruguay

Cada 22 de octubre se conmemora el Día Internacional de Concientización sobre la Tartamudez, una fecha que desde 1998 busca sensibilizar, informar y reducir la discriminación hacia quienes viven con esta condición. En Uruguay, la Asociación Uruguaya de Tartamudez (AUDET) se suma a la jornada ofreciendo información y acompañamiento a través de Grupos de Ayuda Mutua (GAM), dirigidos a adultos y sin costo.

La tartamudez es un trastorno del habla complejo, multicausal y con componentes hereditarios y socioambientales. Afecta a más de 35.000 personas en Uruguay y a unos 70 millones en el mundo. Se caracteriza por repeticiones, prolongaciones o bloqueos involuntarios de sonidos, lo que genera dificultad para comunicarse con fluidez. Puede presentarse de manera leve o con un impacto severo en la calidad de vida, y su manifestación varía de un día a otro según las situaciones que enfrenta la persona y sus expectativas.

Entre los síntomas más frecuentes, sobre todo en la infancia, se encuentran repeticiones de sílabas o palabras, esfuerzo visible al hablar, cambios de tono de voz, movimientos de manos o cabeza, cierre de ojos o fruncimiento de cejas, y manifestaciones de incomodidad.

Aproximadamente el 5% de los niños atraviesan un período de tartamudez, y de ellos un 1% a 1,5% persiste en la adultez. La recuperación puede ser espontánea o mediante intervención fonoaudiológica o apoyo especializado.

Además del impacto en la comunicación, la tartamudez enfrenta a quienes la tienen a un fuerte estigma social. La condición suele generar percepciones erróneas sobre la inteligencia o la capacidad emocional de la persona. Muchos adultos aprenden a ocultar su forma de hablar, invirtiendo gran energía en estrategias para disimular bloqueos y repeticiones, lo que genera agotamiento y ansiedad. Evitan situaciones sociales o laborales por temor a tartamudear, lo que afecta su participación y oportunidades.

En este contexto, los Grupos de Ayuda Mutua se presentan como espacios esenciales. Son reuniones quincenales, presenciales o virtuales, donde personas con tartamudez comparten experiencias, aprendizajes y emociones en un ambiente seguro y sin juicio. “Conocer a otras personas con la misma condición puede sacarnos de una mala situación emocional. Suele ser el primer, y a veces más difícil, paso para aliviar el peso de la tartamudez”, explica Andrés Scheck, moderador del GAM de AUDET.

Los GAM no son terapias ni simples reuniones sociales. Buscan crear un espacio de confianza, empatía y apoyo mutuo. Cada encuentro sigue un plan: inicio, desarrollo de un tema, intercambio de opiniones y cierre, asegurando que los participantes puedan hablar libremente sin presión. “El mayor desafío es mantener un espacio de confianza donde todos puedan expresarse. También buscamos que en cada encuentro se trate un tema nuevo, para que las reuniones no se vuelvan repetitivas y todos tengan ganas de participar”, agrega Scheck.

El intercambio permite desmitificar conceptos sobre la tartamudez, conocer tratamientos existentes y compartir logros personales. Además, los GAM fortalecen la autoestima y la sensación de pertenencia, al evidenciar que no se está solo frente a la condición. La confidencialidad es fundamental: lo que se habla en el grupo permanece allí, garantizando seguridad para abrirse y expresar vivencias.

Para integrarse a un GAM, los interesados deben contactarse con AUDET (tartamudez.uy en Instagram, Asociación Uruguaya de Tartamudez en Facebook y casilla de correo asoc.urutartamudez@gmail.com). La participación es libre y voluntaria, y no es obligatorio hablar en las reuniones. Los grupos permiten a las personas aceptar su condición, empoderarse ante ella y construir una relación más saludable con su forma de hablar. Estos espacios fomentan la inclusión, reducen el aislamiento y promueven que la tartamudez se perciba con naturalidad, sin culpa ni vergüenza.

Con la organización de estos grupos, AUDET busca ofrecer una alternativa complementaria para adultos con tartamudez, al tiempo que sensibiliza a la sociedad sobre la condición y la necesidad de eliminar estigmas. El contacto con personas que atraviesan experiencias similares constituye un recurso poderoso para afrontar el desafío diario de comunicarse y para recuperar confianza en uno mismo.