Dormir con medias: qué dice la psicología sobre esta costumbre y por qué podría ser buena para tu salud

Dormir con medias es una práctica cotidiana para muchas personas, sobre todo en las noches frías. Pero según diversos especialistas en psicología y salud del sueño, esta costumbre no solo tiene que ver con la temperatura corporal: también puede revelar aspectos del carácter, el manejo del autocuidado y la forma en la que cada persona se prepara para descansar.

Los especialistas analizaron qué implicancias tiene dormir con medias. Ya que, aunque es común en invierno, cada vez más este gesto se extiende a otras estaciones.

Psicólogos conductuales y expertos en bienestar coinciden en que dormir con medias puede ser un reflejo de ciertas cualidades emocionales y de conducta. No se trata solo de un gesto práctico, sino de un ritual que, en algunos casos, funciona como un símbolo de protección y seguridad.

Algunas de las características de las personas son:

• Tendencia al orden y la organización: personas que valoran las rutinas y pequeños rituales diarios que les dan previsibilidad y control.
• Búsqueda de confort emocional: al cubrirse los pies, crean una especie de “zona segura” que contribuye a relajar el sistema nervioso.
• Sensibilidad al frío o al entorno: suelen ser personas que notan rápidamente las incomodidades y priorizan el cuidado del cuerpo.
• Pragmatismo: previenen molestias futuras, como los despertares nocturnos por tener los pies fríos, asegurando así un descanso más reparador.

Foto: Freepik.

Distintos estudios sobre higiene del sueño indican que usar medias al dormir puede ayudar a conciliar el sueño más rápido y a tener un descanso de mejor calidad. Esto se debe a que mantener los pies abrigados favorece la vasodilatación periférica, lo que facilita la regulación térmica del cuerpo y envía señales al cerebro para iniciar el proceso de descanso.

Además, sumar este tipo de gestos a la rutina nocturna funciona como una señal psicológica: al igual que tomar un té o escuchar música suave, ponerse medias puede convertirse en una práctica que ayuda a desacelerar la mente.

• Ayuda a quedarse dormido más rápido
• Disminuye los despertares nocturnos por frío
• Genera una sensación de abrigo emocional
• Fomenta el autocuidado y la atención al bienestar propio
• Optimiza la temperatura corporal durante la noche

Aunque suele ser más común en invierno, algunos expertos en sueño recomiendan evaluar esta práctica incluso en otras ocasiones, sobre todo si se trata de personas que buscan mejorar su descanso o que tienen tendencia a despertarse por incomodidades físicas.

La clave, según los psicólogos, está en identificar qué necesita cada uno para descansar mejor y permitirse incorporar pequeñas acciones que favorezcan el bienestar diario.

La Nación/GDA