Aprender después de los 70: un camino posible, enriquecedor y lleno de propósito

Incluso en la vejez, el cerebro conserva su capacidad de aprender. Estudiar a cualquier edad fortalece la mente, la autoestima y la calidad de vida.

Puzzle, abuelos
Adultos mayores y niña armando un rompecabezas.
Foto: Freepik.

Una persona de más de 70 años puede y debe seguir aprendiendo cosas nuevas. La creencia de que la capacidad de aprendizaje disminuye drásticamente a medida que avanza la edad es un mito.

Si bien es cierto que en muchos casos la memoria puede experimentar algunos cambios, el cerebro mantiene una notable capacidad de adaptación y reorganización, algo conocido como plasticidad cerebral, a lo largo de toda la vida.

A la hora de definir una materia de estudio, las opciones parecen ser infinitas. Prácticamente podemos aprender cualquier cosa, desde un nuevo idioma hasta la interpretación de un instrumento musical. También podemos tomar cursos sobre temas de nuestro interés (como por ejemplo historia, arte o ciencia, entre otros) y aprender nuevas habilidades tecnológicas (ya sea manejo de smartphones, computadoras, redes sociales, etc.).

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Hombre adulto mayor.
Foto: Freepik.

Muchas personas mayores practican nuevas aficiones (puede ser pintura, escritura, jardinería, cocina) y realizan distintas actividades físicas como yoga, taichi o pilates que, además de los beneficios físicos, requieren aprendizaje y concentración.

Un aprendizaje continuo.

El cerebro humano es capaz de formar nuevas conexiones neuronales y reorganizarse en respuesta a nuevas experiencias y aprendizajes. Esto significa que, incluso a edades avanzadas, se pueden establecer nuevos circuitos neuronales y mejorar las conexiones sinápticas. La adquisición de nuevo conocimiento y la estimulación cognitiva son potentes estímulos para la neuro plasticidad.

• La incorporación de nuevos aprendizajes estimula partes del cerebro, fortaleciendo conexiones neuronales y reduciendo el riesgo de desarrollar enfermedades como por ejemplo el Alzheimer y otros tipos de demencias.

• Al participar en actividades que desafían la mente, la memoria se mantiene más ágil y receptiva a nueva información.

• Las personas mayores que se mantienen mentalmente activas suelen sentirse más felices, con una mayor autoconfianza y autoestima, y menos propensas a la depresión. Sentir que uno es capaz de aprender y contribuir de manera significativa es muy gratificante.

• Muchas personas redescubren intereses y habilidades artísticas o creativas en los que alguna vez se ocuparon, lo que permite al cerebro seguir desarrollándose y expresarse de manera significativa.

• Mantener la mente activa contribuye con una mejor toma de decisiones, la capacidad de adaptarse a nuevas situaciones (como puede ser el uso de nuevas tecnologías) y mantener la independencia en la vida diaria.

• El aprendizaje continuo permite explorar nuevas áreas de interés, expandir horizontes intelectuales y participar en actividades sociales, combatiendo el aislamiento.

Consejos.

La edad es solamente un número cuando se trata de la capacidad de aprender. Mantener una actitud curiosa y activa mentalmente es un aspecto fundamental para un envejecimiento saludable y pleno. Sin embargo, debemos tener en cuenta algunos detalles:

• No hay que presionarse buscando obtener resultados inmediatos, recordemos que el progreso es gradual.

• Existen muchas oportunidades, desde cursos presenciales hasta plataformas que trabajan en línea.

• La constancia es un elemento clave.

• Contar con el apoyo de familiares o amigos, o unirse a grupos de estudio y talleres, puede ser de gran ayuda.

• Aceptar que puede haber dificultades y celebrar cada pequeño logro.

Fortaleza emocional.

Continuar estudiando y aprendiendo a los 70 años o más no solo es posible, sino que también es una fuente de gran enriquecimiento. Sin embargo, para mantener esa motivación y afrontar los desafíos que puedan surgir, es fundamental cultivar ciertas fortalezas emocionales.

Una genuina sed de conocimiento y el disfrute de la novedad son motores poderosos. Mantenerse entusiasmado con la posibilidad de descubrir cosas nuevas es crucial. Esto se une a la disposición a explorar ideas diferentes, a desafiar creencias preconcebidas y a aceptar que siempre hay algo más que aprender. Un buen ejemplo es la necesidad actual de no cerrarse a nuevas tecnologías, métodos o perspectivas.

Habrá momentos de frustración cuando el aprendizaje parezca lento, por eso, la determinación para seguir adelante a pesar de los obstáculos es vital. La capacidad de recuperarse de los contratiempos, de no desanimarse si algo resulta difícil de entender o si se cometen errores resulta muy importante. Hay que considerar que los errores son oportunidades de mejora, en lugar de fracasos.

Creer en la propia capacidad de aprender y adquirir nuevas habilidades, sin importar la edad significa no dejarse llevar por estereotipos negativos sobre el envejecimiento y el aprendizaje. La seguridad de que, con esfuerzo y dedicación, se pueden alcanzar los objetivos de aprendizaje, es la base del aprendizaje continuo.

Es esencial estar dispuesto a probar nuevas formas de aprender, a utilizar herramientas digitales o a ajustarse a diferentes ritmos de estudio. Sin embargo, también se debe reconocer que no todo será fácil y que la frustración es parte del proceso de aprendizaje, desarrollando estrategias para manejarla. El optimismo y una actitud positiva suele ser atributos de las personas de 70 años o más que continúan estudiando y aprendiendo.

Entender que el ritmo de aprendizaje puede ser diferente al de una persona más joven, y que eso está bien implica no precipitarse y permitirse el tiempo necesario para asimilar la información, disfrutando de cada etapa del camino. Para esto es menester tener una razón clara y personal para aprender, ya sea mantenerse activo, conectar con otros o realizar un sueño pendiente. El puro disfrute, y estudiar por el mero placer de aprender, no solo por una obligación externa, también es válido.

Las fortalezas emocionales.

Las fortalezas emocionales no solo permiten a las personas mayores continuar aprendiendo, sino que también contribuyen a un envejecimiento activo, saludable y con propósito. Y existen recursos para cultivarlas.

La reflexión y el autoconocimiento, por ejemplo, nos permiten identificar qué nos motiva, qué nos desafía y cómo reaccionamos emocionalmente al aprender. Pero también es importante rodearnos de apoyo, buscar grupos de estudio, amigos o familiares que compartan el interés por el aprendizaje y brinden un ambiente positivo.

Celebrar los pequeños logros y reconocer cada avance (por mínimo que sea), para mantener la motivación es muy importante. Como también lo es aceptar la ayuda o no dudar en pedir orientación o aclaraciones cuando sea necesario.

El autocuidado siempre es fundamental cuando se trata de lograr nuestros objetivos. No debemos olvidar que un buen descanso, alimentación y actividad física, influyen directamente en nuestro bienestar emocional y la capacidad cognitiva.

Desafíos para resolver y ponerte a prueba:

1. Descubre el título de una película animada:
A MANO

2. C – C – E – N – O – O – R – T
Utiliza estas letras para formar dos palabras de 8 letras.

3. Descubre las palabras que responden a las siguientes pistas. Todas comienzan con la combinación “ALM” y tienen 8 letras.
• Comida.
• Cojín.
• Crestería.
• Fruto seco.
• Semillero.

Respuestas:
1. Moana.
2. Concreto. Conector.
3. Almuerzo. Almohada. Almenaje. Almendra. Almácigo.

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