Banderas rojas y amarillas en las relaciones amorosas: aprendé a reconocerlas en tu potencial nueva pareja

Jancee Dunn - The New York Times
Últimamente he recibido un aluvión de mensajes de amistades que están saliendo con alguien, preguntándome si algo es o no una “bandera roja” o “red flag”. “Sigue viviendo con su exmarido. Bandera roja, ¿no?”, preguntó un amigo. Otro escribió: “La mayoría de sus mensajes son emojis. ¿Qué opinás?”.

El mundo de las citas está lleno de banderas. Las verdes —como la amabilidad y la empatía—, son una señal para seguir adelante. Las rojas, como mentir compulsivamente, pueden significar que hay que pisar el freno.

Las banderas amarillas, sin embargo, son más delicadas, según Todd Baratz, terapeuta y autor de "Amar sin perder la cabeza". Señalan precaución, pero “no son una alerta del 911″.

Una bandera amarilla no es motivo para que vos (ni tus amistades) hagan una investigación forense como “un detective que hace un trabajo psicoanalítico de citas”, en palabras de Baratz. En cambio, una bandera amarilla es una señal de que necesitás comunicarte con la otra persona.

Y aunque cada persona tiene una definición distinta de las banderas amarillas, le pedí a los expertos que compartieran algunas de las que más oyen, y por qué deberías registrarlas.

Si te dice que todos sus ex “han sido personas horribles, al borde de la locura”, eso es una bandera amarilla, dice Stephanie Manes, psicoterapeuta.

Es posible que esta persona haya tenido mala suerte en el amor, pero estos comentarios también podrían indicar dificultad para asumir responsabilidades en relaciones pasadas, añade.

Jeff Guenther, psicoterapeuta, recomienda preguntar: ¿Qué papel jugaste en el fracaso de tus últimas relaciones? También podés pedir que te explique la atracción que siente hacia los llamados "locos". Ambas opciones dan a la persona la oportunidad de asumir cierta responsabilidad.

Foto: Freepik.

Si las personas en las que confiás tienen reservas sobre tu nueva relación, probablemente deberías prestarles atención, aconseja Guenther. “Puede que vean algo que tú no ves si tenés algo de la típica ceguera cuando estás enamorado”, dijo. “Cuando tenés los lentes con cristales color de rosa, todas las banderas rojas parecen solo banderas”.

A veces, sin embargo, la desaprobación de tus amigos tiene poco que ver con tu nuevo pretendiente. Podrían resentir todo el tiempo que pasas con esa persona o pensar que nadie es lo bastante bueno para ti.

Intentpa hablar con franqueza con tus seres queridos y preguntales: “¿Concretamente, ¿qué te preocupa?”.

Después de que hayan compartido sus preocupaciones, respondé diciendo: “‘Gracias, puede que haya cosas que aún no pueda ver, y las vigilaré’”.

Foto: Freepik.

Le hiciste 50 preguntas, pero no hizo ninguna. Guenther llama a esto “una bandera amarilla bastante evidente”. Hacer preguntas para mostrar interés “parece como de Citas nivel 1″, añadió. “Incluso pedís pedirle a tu robot de IA que te proponga cinco preguntas interesantes para hacer en una primera cita”.

Pero es cierto que las citas pueden poner ansiosa y retraída a la gente. Así que tratá de ser más tolerante con la persona y señala la falta de reciprocidad. Decile algo como: “Te toca preguntar a vos”. Podés usarlo como coqueteo; no tiene por qué ser un ataque o una crítica.

Primero te envía mensajes sin parar, y luego desaparece. ¿Qué ocurre? Esta falta de fiabilidad nos hace sentir inseguros, pero en lugar de especular sobre qué hace o dónde está, dale a la persona la oportunidad de rellenar los espacios en blanco.

Podés iniciar la conversación diciendo algo como: "¿Sabés? Me pongo un poquito ansioso cuando no sé cuándo voy a tener noticias tuyas. ¿Podés darme expectativas realistas de cuándo podrás enviarme un mensaje?”.

A continuación, intentá elaborar un sistema. Quizá a la persona no le guste responder en horas de trabajo, dijo, y tendrás que adaptarte. Si la persona cumple el plan, es pura bandera verde.

Pero si no es capaz de cumplir las expectativas sobre el tiempo de respuesta, añadió Womble, entonces mejor despedirse ahora y no más adelante.