Redacción El Päís
Salir a correr para ponerse en forma y mejorar el estado de salud —realizar regularmente ejercicios aeróbicos como correr disminuyen los riesgos de una serie de enfermedades, entre ellas las cardiovasculares— no siempre es posible. Sea porque el estado de las articulaciones o la capacidad pulmonar no están en condiciones óptimas, no todos pueden calzarse las zapatillas deportivas para salir a trotar.
Y alternativas como la bicicleta (que no castigan en absoluto a las articulaciones como el cemento) o la natación tampoco están al alcance de todos. En esos casos, el power walking es una opción a contemplar.
¿Pero qué es exactamente? Para empezar no es solo caminar. Hay que imprimirle intensidad a la caminata. Veamos.
Este ejercicio consiste en andar a paso ligero, como si uno estuviera a punto de empezar a correr, pero sin llegar a hacerlo. De esa manera se obtienen ventajas similares a los entrenamientos corriendo, pero con una intensidad moderada apta para todos los públicos.
De hecho, es una de las modalidades favoritas para poder seguir practicando deporte durante los meses más calurosos en los que las altas temperaturas no dan tregua, por lo que se postula como una alternativa al 'running' muy efectiva.
Así, el 'power walking' potencia el trabajo del sistema cardiovascular para mejorar la salud del corazón al tiempo que activa los músculos de todo el cuerpo. Los del tren inferior (glúteos, cuádriceps y gemelos) son los más beneficiados en esta disciplina, pero también intervienen el abdomen y los brazos, por lo que se trata de un ejercicio muy completo que casi todo el mundo puede llevar a cabo.
A todo ello hay que sumar una velocidad concreta para conseguir resultados efectivos. Pero determinar el ritmo de lo que es "andar rápido" no es sencillo, puesto que depende del estado de forma y de la capacidad de cada individuo.
Sin embargo, el ritmo ligero beneficioso para la salud establecido por varios estudios es con el que somos capaces de hacer unos 4,3 kilómetros por hora, lo que se traduce en 100 zancadas por minutos, es decir, casi dos por segundo. Este ritmo debe resultar cómoda para la mayoría de personas.