Redacción El País
Ya sea para un maratón, para el gimnasio después del trabajo o antes de disputar un partido de fútbol profesional, el calentamiento previo al ejercicio cumple un rol casi tan determinante como el entrenamiento o la competencia deportiva en sí.
Una nueva investigación científica de la Universidad Edith Cowan (ECU) analizó cómo las rutinas de calentamiento influyen en el rendimiento físico y concluyó que una mayor temperatura muscular mejora significativamente la velocidad y la fuerza de las contracciones musculares.
Este efecto fue especialmente evidente en movimientos rápidos y de alta potencia, clave en muchos deportes.
Según explicó el investigador principal, Cody Wilson, “por cada aumento de 1 °C en la temperatura muscular, el rendimiento mejora aproximadamente un 3,5 %, con mayores beneficios en capacidades dependientes de la velocidad y la potencia, aunque no en la fuerza máxima”.
Calentamiento activo vs. pasivo
El estudio comparó distintos tipos de calentamiento para evaluar su impacto en el rendimiento muscular. El calentamiento pasivo se basó en fuentes de calor externas, como almohadillas térmicas o duchas calientes, que elevan la temperatura muscular sin movimiento.
En cambio, el calentamiento activo incluyó actividad física ligera, como diez minutos de bicicleta estática o versiones suaves del ejercicio que luego se iba a ejecutar.
Contra lo esperado, los investigadores no detectaron diferencias significativas entre ambos enfoques. Una posible explicación es que muchos estudios aplicaron calentamientos activos poco específicos, es decir, que no se parecían lo suficiente al ejercicio principal evaluado.
La importancia de un calentamiento específico para cada ejercicio
Los calentamientos relacionados con el entrenamiento principal suelen generar mejores resultados de rendimiento deportivo.
Cualquier tipo de calentamiento es beneficioso —desde caminar hasta el gimnasio hasta pedalear unos minutos—, pero existen indicios de que los calentamientos que no se parecen al ejercicio que se va a realizar tienen un impacto menor que simplemente “practicar” el movimiento específico, explicó Wilson.
Cómo saber cuándo el cuerpo está listo para entrenar
A la hora de decidir el momento adecuado para pasar del calentamiento al entrenamiento completo, el profesor de Biomecánica Tony Blazevich, aclaró que no existe una regla única.
"A medida que el cuerpo se calienta, los movimientos se vuelven más fáciles, precisos y coordinados. Incluso puede aparecer un sudor leve, lo que suele indicar que la temperatura corporal ya es suficiente para comenzar el entrenamiento".
Lo fundamental, concluyó Blazevich, es empezar a moverse: ya sea con una caminata ligera, subiendo escaleras o realizando ejercicios suaves. A partir de ahí, el cuerpo estará preparado para avanzar hacia un entrenamiento más intenso, donde un calentamiento adecuado alcanza su mayor efecto.
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