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Hacer ejercicios en la piscina tiene múltiples beneficios para la salud y es mejor para tus articulaciones

Ejercitarte en el agua puede traerte beneficios similares al entrenamiento convencional, y te puede ahorrar lesiones y otras dolencias.

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Ejercicios pasados por agua
Foto: HDWallpaper.

The New York Times
Cuando Kelly descubrió el ejercicio acuático, no fue parecido a lo que esperaba. Tenía más de 30 años y era una aficionada al ejercicio que había corrido medias maratones en el Central Park de Nueva York.

Un día, en el gimnasio, se topó con un grupo de personas que utilizaban la piscina. Corrían en su sitio y giraban en el agua que les llegaba hasta el pecho, y el instructor parecía más un sargento que un profesor de aeróbic acuático. “Parecía que se estaban ejercitando muy bien”, dijo.

López empezó a tomar clases de ejercicios acuáticos y descubrió que correr en el agua profunda le ayudaba a desarrollar más fuerza en la parte superior del cuerpo que correr en tierra. Desde entonces, a sus 68 años, ha incorporado los ejercicios en la piscina a su rutina de ejercicios.

A menudo, los ejercicios en piscina se asocian con personas mayores o con quienes se recuperan de lesiones, pero también pueden ser una forma de entrenamiento a intervalos de alta intensidad (HIIT, por su sigla en inglés) diferente y de menor impacto que el que se hace en tierra. Por ejemplo, es más fácil mantener el equilibrio sobre un pie sin caerse o hacer saltos explosivos en los que las rodillas llegan hasta el pecho.

Además, “son 360 grados de resistencia en todas direcciones”, dijo Laurie Denomme, instructora de acondicionamiento físico de Bradenton, Florida, que durante 30 años ha impartido estas rutinas acuáticas. “Tanto si te mueves hacia arriba, hacia abajo, a la izquierda, a la derecha, en círculos, siempre estás trabajando contra la resistencia”.

¿Por qué hacer ejercicio en el agua?

El ejercicio acuático se refiere a cualquier tipo de entrenamiento que se haga en un cuerpo de agua que no consista en nadar. Por lo general, se realiza con agua a la altura del pecho, por lo que puedes empujarte con fuerza desde el fondo o trotar en el lugar mientras te beneficias de la resistencia que debe ejercer todo tu cuerpo.

Hacer ejercicio en el agua no hace que tu corazón lata tan rápido como cuando lo haces en tierra debido a la presión hidrostática del agua, que empuja la sangre de regreso al corazón. Aunque es posible que sientas que no estás haciendo un buen ejercicio, hay razones para creer que sí lo haces: algunos estudios han demostrado mejoras similares en el estado físico (tanto aeróbico como anaeróbico) entre los ejercicios acuáticos y los entrenamientos en cinta rodante en tierra.

El ejercicio acuático es especialmente beneficioso para quienes no pueden realizar actividades de alto impacto en tierra. En el agua, incluso las personas con rodillas reconstruidas pueden correr y realizar saltos.

“No te enfrentas al mismo tipo de fuerzas de reacción del suelo que en tierra”, dijo Elizabeth Nagle, profesora asociada de la Universidad de Pittsburgh que ha dedicado su carrera al estudio del ejercicio acuático. “Así que es mucho más suave con las articulaciones”.

Cómo empezar

Según Denomme, lo ideal es que la temperatura del agua oscile entre los 28 y 30 grados Celsius, porque es lo bastante cálida como para que el cuerpo no tenga que adaptarse, pero lo bastante fría como para evitar el sobrecalentamiento.

Sugiere empezar sin ningún tipo de equipo para aprender a utilizar la resistencia del agua y optimizar el entrenamiento. Moverse despacio por el agua, como cuando se trota en el mismo sitio o se hacen ejercicios de piernas, es bueno para la movilidad y el equilibrio. Los movimientos más rápidos, como los saltos de tijera, aportan fuerza y beneficios cardiovasculares, explicó Denomme.

Cuando el ejercicio sin equipo empiece a resultar fácil, Denomme recomienda utilizar un par de guantes palmeados porque aumentan la resistencia y ayudan a fortalecer la parte superior del cuerpo y el abdomen.

La mayoría de la gente se ejercita en la parte menos profunda de la piscina, aunque algunos acaban pasándose a la parte profunda, con un cinturón de flotación, para que la rutina sea aún más exigente en términos de equilibrio y estabilidad. Muchas piscinas comunitarias y gimnasios ofrecen clases de ejercicio acuático.

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