Ejercicio en casa con una silla: una opción accesible y efectiva para moverse sin gimnasio

Redacción El País
Aunque la silla suele asociarse a inmovilidad, en los últimos años se transformó en un inesperado aliado del ejercicio en casa.

Lo que comenzó durante la pandemia con tutoriales en redes hoy se consolidó con retos de 14 o 28 días, rutinas de cardio, yoga, pilates y programas de entre 7 y 30 minutos. A diferencia de otras modas del fitness, el ejercicio en silla tiene evidencia científica que respalda sus beneficios.

“La silla da apoyo y estabilidad, lo que brinda seguridad a muchas personas y permite que más se animen a moverse”, explica Marzo Grigoletto, médico brasileño especialista en entrenamiento funcional neurocognitivo para adultos mayores.

Foto: Shutterstock.

Su uso es especialmente recomendable en adultos mayores, en procesos de rehabilitación, personas con discapacidad, obesidad, enfermedades neurológicas como Parkinson o Alzheimer, o incluso para quienes sufren kinesiofobia (miedo al movimiento).

Una revisión de la Universidad de Ulster (Reino Unido) concluyó que el ejercicio en silla mejora el equilibrio, la fuerza, la velocidad de marcha y la movilidad general en adultos mayores, confirmando que también la actividad de baja intensidad puede tener un fuerte impacto en la salud.

No todas las sillas sirven. Deben ser firmes, sin apoyabrazos, de cuatro patas y sin ruedas. El asiento ideal está entre 30 y 60 centímetros del suelo, sobre una superficie que no se deslice. Una colchoneta fina puede ayudar a evitar movimientos indeseados.

Aunque se popularizó entre mayores y principiantes, también es una herramienta útil para complementar otros deportes. “Con la silla reproduzco gran parte de mi rutina del gimnasio en casa”, cuenta Jorge Maldonado, empleado de 45 años. “Además, me permite ejercitarme en medio de la jornada de home office sin gastar de más”.

Para quienes buscan salir del sedentarismo, la silla ofrece una alternativa práctica y gratuita. Quizás no siempre cumpla con las promesas de “abdominales perfectos en 14 días”, pero sí permite algo más valioso: empezar a moverse.

En base a La Nación/GDA