Redacción El País
A medida que suben las temperaturas y aumenta la afluencia de socios, los gimnasios se convierten en espacios donde los malos hábitos pueden destacar. Así como en otros ámbitos de la vida existen códigos implícitos, en los centros de entrenamiento también hay normas de conducta que facilitan la convivencia.
Entre las prácticas que suelen generar incomodidad se encuentran grabarse en vestuarios, acaparar máquinas, dar consejos sin ser profesional, entrenar sin remera o championes, no limpiar el equipo, usar música o audios en voz alta, llegar tarde a clases grupales o depender del entrenador como apoyo emocional más allá de lo técnico.
Aquí, 8 hábitos que te hacen quedar mal en el gimnasio:
1. Grabar fotos o videos sin permiso
Hacerlo puede distraer y molestar a quienes entrenan en serio. Solo los entrenadores que filman a sus clientes para corregir errores están exentos de esta regla.
2. Acaparar máquinas
Nadie es dueño de ningún equipo. Compartir el espacio y respetar los turnos demuestra consideración hacia los demás usuarios.
3. Dar consejos sin ser profesional
Solo se justifica si alguien corre riesgo. Los principiantes que aconsejan sin conocimientos pueden generar errores y confusión.
4. Entrenar sin remera o sin championes
Estas prácticas, comunes entre quienes buscan “figurar”, no solo están mal vistas, sino que también implican riesgos de lesiones.
5. Higiene y orden de los equipos
Limpiar máquinas, colchonetas y pesas después de usarlas demuestra respeto y mantiene el gimnasio seguro y organizado.
6. Música, audios o llamadas en voz alta
Escuchar música o enviar mensajes a alto volumen distrae a otros. Usar auriculares es la forma correcta de respetar el entorno.
7. Llegar tarde o retirarse antes de clases grupales
Interrumpe la dinámica de la clase y obliga al instructor a repetir ejercicios, afectando el progreso del grupo.
8. Confundir al entrenador con un terapeuta
Si bien muchos entrenadores motivan y escuchan a sus clientes, es importante mantener límites y no depender emocionalmente de ellos más allá de lo técnico.
Conocer y respetar estos hábitos ayuda a entrenar en un ambiente seguro y agradable, favorece la convivencia y potencia la experiencia de todos los asistentes al gimnasio.
En base a La Nación/GDA