Está comprobado que el consumo de alcohol es perjudicial para la salud, pero no deja de ser cierto que en cantidades moderadas y tomando las precauciones del caso (no conducir luego de beber, fundamentalmente), compartir una copa de alguna bebida fermentada, puede dar lugar a momentos gratificantes para el espíritu.
Más allá de los efectos concretos (y nocivos) para la salud de tomar alcohol, este forma parte de nuestra historia y cultura desde hace milenios, como sabe por ejemplo cualquier devoto del catolicismo, quien incorpora la "sangre de Cristo" cuando bebe un sorbo de vino durante la misa.
Desde una perspectiva filosófica, dentro del catolicismo se habla de consumo "virtuoso" de alcohol, en contraposición al vicioso. En el sitio web del Centro de Recursos de Educación Católica (www.catholiceducation.org), un artículo titulado justamente "Beber de manera virtuosa y viciosa" se explaya sobre este tema:
"Las preocupaciones sobre el 'consumo excesivo de alcohol', que se refiere al hábito de beber grandes cantidades de alcohol con la intención de emborracharse sin el beneficio de mejorar la conversación, han puesto en foco la gran diferencia entre beber de manera virtuosa y viciosa.
Nuestro legado puritano, que ve el placer como la puerta de entrada al vicio, hace que sea difícil para muchas personas entender esta diferencia. Si el alcohol provoca embriaguez, piensan, entonces la única pregunta moral concierne si deberías beberlo en absoluto, y si es así, cuánto.
Sin embargo, lo que dijo Aristóteles sobre la ira se aplica igualmente al beber. No es correcto evitar la ira absolutamente: debemos adquirir el hábito correcto, en otras palabras, educarnos para sentir la cantidad adecuada de ira hacia la persona adecuada, en la ocasión adecuada y durante el tiempo adecuado. Lo mismo ocurre con el beber. No es solo la cantidad adecuada lo que es importante, sino también el contexto adecuado, la compañía adecuada y la bebida adecuada.
Utilizado correctamente, el alcohol es un estímulo para la conversación, un solvente de la incomodidad y un recordatorio de que la vida es una bendición, al igual que otras personas. Hay una delgada línea entre este estado de ánimo benevolente e iluminador y la falsa sentimentalidad a la que el consumo imprudente de alcohol conduce fácilmente. Y el antiguo adagio 'In vino veritas' ('En el vino está la verdad') es tan falso en la embriaguez como verdadero en esos primeros pasos hacia ella. Las declaraciones ebrias de pasión están infectadas por una falsedad peligrosa y son el fruto del beber vicioso".
Receta
El artículo es de autoría del filósofo inglés Roger Scruton (de ahí la referencia al "legado puritano"), un pensador y escritor que publicó muchos libros durante su vida, entre ellos uno titulado, "Bebo, luego existo", de 2009, y que tenía una receta según él infalible para el consumo de alcohol virtuoso:
"Aquí está, entonces, mi receta para beber de manera virtuosa. Primero, rodéate de amigos. Luego sirve algo que sea intrínsecamente interesante (...) que invite a la discusión y exploración, y que desvíe la atención de tus propias sensaciones y la conceda en cambio al mundo. Comparte cada recuerdo, cada imagen y cada idea con la compañía; busca un afecto sincero y relajado; sobre todo, piensa en los demás y olvídate de ti mismo".
Catadores
A partir del jueves 7 de marzo, en la cava del restaurante Panini's (26 de Marzo 3586), se realizará el primero de varios encuentros en torno al whisky. De acuerdo al organizador Omar Ichuste, el primero de estos encuentros se centrará en la marca escocesa Glenfiddich, el "single malt" más comercializado en el mundo.
La cita es para un público acotado de 18 personas. Se apunta, dice Ichute, a una experiencia "premium", que incluye cena acompañada de este whisky, una charla que cuenta algo de la historia de esta destilería y, también, dos regalos: una botella de Glenfiddich y otro por ahora no revelado. El menú con el cual se maridará el whisky consta de:
—Pincho de langostinos a la plancha
—Salmón al vapor, puré de manzanas y papines
—Queso brie con pasas de frutas
—Peras al azafrán y mascarpone en crema
Glenfiddich
El costo de esta experiencia es $6.750, y quien guiará todo el encuentro es el experto argentino Juan Carlos Baucher, quien tiene más de dos décadas de experiencia dentro de la industria del whiksy.
Baucher contará sobre la destilería que fabrica Glenfiddich, una empresa que aún sigue siendo familiar y cuyo whisky es "single malt", a diferencia del más comercializado "blended". La diferencia entre una categoría y otro la da el nombre. Mientras que los whiskies de la categoría "blended" se hacen a partir de una variedad de maltas, los que son como la marca destacada en esta oportunidad están hechos partiendo de una única malta, lo cual le da otro sabor y carácter.
"El Glenfiddich es un whisky más lujoso por su artesanía, autenticidad, historia y tradición, que abarca a cinco generaciones de destiladores de la misma familia", cuenta.
De esta manera ,los 18 que acudan a la cita se acercarán al mundo del whisky en general y a la destilería que hace Glenfiddich, a la historia de Escocia y las particularidades de la zona en torno al río Spey, que tiene una larga y destacada presencia en torno a esta bebida espirituosa color dorado.