Redacción El País
Dormir bien no es solo una cuestión de comodidad: un descanso de mala calidad afecta la memoria, el estado de ánimo, la creatividad y la capacidad para tomar decisiones. En un contexto donde cada vez más personas lidian con el insomnio o el sueño interrumpido, el psiquiatra Alejandro Martínez compartió en redes sociales un método que, según él, ha cambiado la vida de muchos de sus pacientes.
Lo presentó como “el truco más loco que aprendí”, pero también como el más efectivo: una técnica tan sencilla que, asegura, la mayoría de las personas no logra repetirla más de dos veces sin quedarse dormidas. ¿En qué consiste? En una secuencia de movimientos oculares con los ojos cerrados, que, al parecer, logra desconectar el foco mental del insomnio y activar el sistema nervioso parasimpático, clave para inducir el sueño.
El truco que nadie repite más de dos veces
Martínez explica que el ejercicio parte de cerrar los ojos y dirigir la mirada –sin abrirlos– hacia arriba, hacia abajo y hacia ambos lados. Luego, completar círculos oculares en el sentido de las agujas del reloj y luego al revés. “Es muy probable que no puedas hacer más de dos o tres circuitos sin dormirte”, afirma con seguridad.
El secreto está en que este movimiento cambia el foco de atención: de los pensamientos obsesivos como “tengo que dormirme ya” a una sensación física concreta, lo que calma la mente y aleja la ansiedad nocturna. Además, incorpora un componente utilizado en técnicas de reprocesamiento emocional como el EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por Movimiento Ocular), que activa simultáneamente ambos hemisferios cerebrales.
Sin necesidad de pastillas ni tés
Muchas personas buscan soluciones para dormir en la medicación o en infusiones relajantes, pero esta técnica no requiere nada más que unos minutos de práctica. Según el psiquiatra, es segura, no tiene efectos secundarios y se puede aplicar cada noche como parte de una rutina de higiene del sueño.
Martínez remarca que mirar el reloj en medio del insomnio solo empeora las cosas. En cambio, recomienda cerrar los ojos y comenzar con este ejercicio. Lo ha probado personalmente y lo comparte habitualmente con sus pacientes y personas cercanas.
Dormir mejor es posible
La técnica se apoya en conceptos de neurociencia, pero lo que más sorprende es su simplicidad. No hay que realizar grandes cambios ni recurrir a tratamientos costosos: solo animarse a intentarlo, idealmente en un ambiente tranquilo, sin luces brillantes ni pantallas que estimulen el cerebro.
En tiempos en los que el sueño se ha vuelto un bien escaso, soluciones como esta demuestran que lo más efectivo muchas veces es también lo más simple. Para quienes sufren de insomnio, probar con un recurso diferente puede ser el primer paso hacia un descanso más profundo y reparador.
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