El nutriente "silencioso" que podría ser el verdadero culpable del cansancio crónico y las fallas de memoria

Energía y descanso: qué alimentos tienen esta vitamina esencial, cuáles son sus beneficios, qué dosis se recomienda por edad y cómo detectar si tenés un déficit.

Cansada bostezando
Mujer cansada en el trabajo.
Foto: Freepik.

Redacción El País
El cansancio persistente, las dificultades para dormir o los problemas de memoria no siempre se explican por el estrés o la falta de descanso. Para los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH), uno de los grandes responsables silenciosos de muchos de estos síntomas es la deficiencia de vitamina B12, un nutriente esencial para el equilibrio físico, neurológico y emocional.

Lejos de ser un simple suplemento, la vitamina B12 cumple funciones vitales: participa en la formación del ADN, sostiene la salud de las neuronas y contribuye a la producción normal de glóbulos rojos. Uno de sus roles más decisivos es la prevención de la anemia megaloblástica, un trastorno que provoca fatiga extrema y debilidad persistente, muchas veces confundido con agotamiento crónico, insomnio o estrés acumulado.

Cuánta vitamina B12 necesita el cuerpo

Las cantidades diarias de B12 varían según la etapa de la vida. En adultos, la recomendación es de 2,4 microgramos por día. Durante el embarazo, el requerimiento sube a 2,6 microgramos, y en la lactancia, a 2,8 microgramos.

En la infancia, las necesidades son progresivas: los bebés requieren entre 0,4 y 0,5 microgramos; los niños, entre 0,9 y 1,8 microgramos; y los adolescentes alcanzan nuevamente los 2,4 microgramos diarios. Esta evolución refleja la profunda relación entre la B12, el desarrollo neurológico y el funcionamiento general del organismo.

Aunque estas cifras parecen mínimas, su impacto es enorme. El cuerpo almacena grandes cantidades de este nutriente, por lo que los síntomas de la deficiencia suelen aparecer de forma lenta y silenciosa, incluso años después de que los niveles comienzan a descender.

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Suplementos vitamínicos.
Foto: Commons.

De dónde obtener la vitamina de la energía

El organismo no puede fabricar vitamina B12 por sí mismo, por lo que depende por completo de la alimentación o de los suplementos. Según los NIH, se encuentra naturalmente en:

  • Pescado, carne, aves, huevos y productos lácteos
  • Almejas, ostras e hígado de res, entre las fuentes más ricas
  • Alimentos fortificados, como algunos cereales y levaduras nutricionales

Este punto es clave para quienes siguen dietas vegetarianas o veganas, ya que presentan mayor riesgo de deficiencia. En esos casos, se recomienda revisar etiquetas nutricionales y optar por productos con B12 añadida.

Además, la vitamina está disponible en múltiples suplementos: multivitamínicos, complejos B y presentaciones exclusivas de B12, como la cianocobalamina o la metilcobalamina. También existen versiones sublinguales y, bajo prescripción médica, inyectables o en gel nasal.

La absorción de la vitamina B12 es un proceso complejo que requiere ácido clorhídrico y una proteína llamada “factor intrínseco”. Cuando alguno de estos elementos falla, incluso una dieta rica en B12 puede no ser suficiente.

Esto ocurre con mayor frecuencia en adultos mayores, personas con anemia perniciosa, quienes padecen gastritis atrófica o quienes han pasado por cirugías gastrointestinales. En estos casos, el déficit puede avanzar sin dar señales claras durante mucho tiempo.

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Hombre cansado bosteza.
Foto: Pexels.

Las señales que pueden advertir una deficiencia

Los NIH alertan que la falta de vitamina B12 puede afectar de manera directa la energía, el sueño y el bienestar mental. Entre los síntomas más frecuentes se encuentran:

  • Cansancio persistente
  • Debilidad
  • Palidez en la piel
  • Pérdida de apetito o de peso
  • Hormigueo en manos y pies
  • Problemas de equilibrio
  • Depresión, confusión y fallas de memoria
  • Daño en el sistema nervioso, incluso sin anemia

La relación entre fatiga, sueño y B12 se explica porque este nutriente es clave para la producción de glóbulos rojos, encargados de transportar oxígeno, y para la salud neuronal. Cuando estos sistemas fallan, el cuerpo entero lo siente.

Lo que la B12 puede y no puede hacer

Aunque la vitamina B12 suele promocionarse como un refuerzo energético, los NIH aclaran que solo produce ese efecto cuando existe una deficiencia real. En personas con niveles normales, los suplementos no aumentan la energía ni mejoran el rendimiento físico.

En cuanto a su relación con enfermedades como cáncer, infartos, accidentes cerebrovasculares o demencia, los especialistas señalan que la evidencia científica todavía es contradictoria o insuficiente para sacar conclusiones firmes.

Si bien no se ha demostrado que la B12 sea peligrosa incluso en dosis altas, sí puede interactuar con ciertos medicamentos, como los inhibidores de ácido gástrico y la metformina, utilizada para la prediabetes y la diabetes.

Por ese motivo, los NIH recomiendan consultar siempre con profesionales de la salud antes de iniciar el consumo de suplementos, especialmente si existen enfermedades previas o tratamientos en curso.

En base a El Tiempo/GDA

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