¿Cucharita o espalda con espalda? Qué tomar en cuenta para asegurar un sueño de calidad al dormir en pareja

A pesar de las interpretaciones emocionales que se asocian a cada postura, los expertos coinciden en que la prioridad debe ser la comodidad; mirá qué recomiendan.

Dormir en pareja
Pareja durmiendo abrazados.
Foto: Freepik.

Dormir acompañado puede ser sinónimo de cercanía emocional, pero también plantea desafíos para el descanso. Según especialistas en sueño, la mejor postura para dormir en pareja depende de una combinación de factores fisiológicos, espaciales y emocionales. Aunque algunas posiciones reflejan vínculos afectivos, no todas favorecen un descanso óptimo.

Durante la noche, el cuerpo humano se mueve entre 20 y 40 veces, según explicó el divulgador Juan Nattex en un video en redes sociales. “Tenemos que ajustar la almohada, cambiamos de postura, incluso algunos dan una patada sin darse cuenta. Estos movimientos son necesarios y naturales, aunque no los recordemos”, afirmó.

Nattex sostiene que la costumbre de dormir en pareja tiene raíces históricas, cuando las familias compartían estancias por razones de espacio y temperatura. Sin embargo, desde el punto de vista del descanso, sugiere dos opciones principales: “Dormir en camas separadas, y si es posible, en habitaciones distintas, permite que cada uno descanse a su ritmo y sin interrupciones”.

En su caso, recomienda optar por una cama lo más amplia posible y con un colchón de independencia de lechos, para evitar que los movimientos de un miembro de la pareja afecten al otro.

Dormir en pareja
Pareja durmiendo de espaldas.
Foto: Freepik.

Por su parte, la doctora Diana Gall enfatiza que la posición al dormir puede influir en la calidad del sueño, la salud física e incluso la dinámica de la relación. Dormir de lado, por ejemplo, es considerado uno de los estilos más saludables, ya que facilita la respiración y reduce molestias musculares. No obstante, algunas posturas comúnmente adoptadas por parejas tienen ventajas y desventajas específicas:

  • Cucharita: una persona envuelve a la otra en un abrazo lateral. Es vista como una postura protectora, pero solo el 20 por ciento de las parejas duerme así, debido a la limitación de espacio y posibles incomodidades.
  • Espalda contra espalda: con o sin contacto, esta posición puede reflejar cercanía o necesidad de espacio, y suele ofrecer mayor libertad de movimiento.
  • Nido: uno reposa sobre el pecho del otro. Aunque representa afecto, puede generar entumecimiento o molestias físicas.
  • Estrella de mar: una persona se expande por la cama, lo que puede beneficiar su salud física, pero sugiere una distribución desigual del espacio compartido.

A pesar de las interpretaciones emocionales que se asocian a cada postura, los expertos coinciden en que la prioridad debe ser la comodidad. Escuchar los beneficios para la salud y los inconvenientes es lo más importante.

Recomendaciones generales para dormir en pareja

  • Optar por un colchón con independencia de lechos para minimizar interrupciones.
  • Elegir una cama amplia que permita libertad de movimiento.
  • Evaluar el descanso individual como un factor prioritario sobre el contacto físico constante.
  • Comunicar expectativas y necesidades en la rutina de sueño como parte del bienestar en pareja.

Sofía Arias Martínez, El Tiempo/GDA

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