El cardiólogo Jorge Tartaglione compartió recomendaciones para lograr un descanso reparador y mejorar la calidad del sueño. La conversación giró en torno a hábitos cotidianos que, al modificarse levemente, pueden marcar una gran diferencia en la salud.
Uno de los temas que abordó fue el sueño posalmuerzo. “¿Quién no tiene un poco de sueño después de almorzar?”, preguntó, apelando a una sensación compartida por muchas personas. En este contexto, señaló que “la siesta ideal no debe superar la media hora”.
Tartaglione hizo énfasis en la importancia de adoptar una postura adecuada durante el sueño. Según explicó, elegir cómo dormir influye directamente en la calidad del descanso. “Está comprobado que dormir de costado es muchísimo mejor que hacerlo boca arriba o boca abajo”, afirmó el especialista.
Una de las ventajas más destacadas por el cardiólogo fue la disminución de los ronquidos. “Si dormimos de costado mejoramos nuestra apnea de sueño, es decir, dejamos de roncar”, sostuvo. Y explicó: “Durmiendo de costado, la parte trasera de la lengua gira y el espacio queda libre“.
El dolor lumbar, frecuente entre quienes adoptan malas posturas al dormir, también puede mitigarse con este simple cambio. Tartaglione fue claro: “Si dormís boca arriba o boca abajo, al no tener la curvatura correcta, el dolor de espalda está garantizado”.

Otro beneficio menos evidente, pero igual de relevante, está relacionado con el sistema digestivo. Al dormir de costado, se logra una disposición corporal que evita el ascenso de los jugos gástricos.
Más allá de la postura, Tartaglione recomendó otros dos ajustes en la rutina nocturna para alcanzar un sueño profundo. El primero tiene que ver con los horarios de las comidas: es ideal cenar a las ocho de la noche. El segundo, con el entorno: la habitación debe permanecer en completa oscuridad durante toda la noche.
La Nación/GDA