Cómo hacer un baño relajante: paso a paso para un ritual de autocuidado, calma y descanso

Dedicar al menos 20 minutos a la semana para hacer un baño relajante es un regalo hermoso que uno puede hacerse a sí mismo para relajar la mente y dormir mejor.

Baño relajante
Mujer en una bañera toma un baño relajante.
Foto: Freepik.

Después de un día largo, nada se compara con el placer de sumergirse en un baño caliente que disuelva el estrés, calme la mente y reconecte cuerpo y alma. Un baño relajante es mucho más que agua tibia; es un ritual de autocuidado que puede mejorar el estado de ánimo y ayudar a dormir mejor.

A continuación figuran algunos consejos para saber cómo hacer baños relajantes, desde la temperatura ideal hasta qué ingredientes usar para crear un oasis personal.

Cómo preparar el ambiente para un baño relajante

El entorno es clave, por eso un baño relajante empieza mucho antes de abrir la canilla. Convertir el baño en un mini spa es muy simple siguiendo algunos detalles sencillos:

  • Limpieza previa: asegurarse de que la bañera esté limpia. No hay nada menos relajante que restos de jabón o polvo.
  • Luz suave: bajá la intensidad de las luces o apagalas por completo y encendé velas. La luz tenue ayuda a relajar el sistema nervioso.
  • Aromas: encender un sahumerio, usar un difusor con aceites esenciales o rociar un spray aromático con lavanda, eucalipto o manzanilla.
  • Música tranquila: preparar una playlist suave. Sonidos de naturaleza, música instrumental o cuencos tibetanos pueden crear una atmósfera envolvente.

Elegir la temperatura ideal

La temperatura del agua es fundamental para que el baño resulte verdaderamente relajante. El agua debe estar caliente, pero no tanto como para incomodar o irritar la piel. Lo ideal es una temperatura entre 36°C y 38°C, que es similar a la de nuestro cuerpo. Si no tenés un termómetro, podés guiarte por el tacto: debe sentirse cálida y envolvente, pero no quemar.

Además, es aconsejable evitar baños muy calientes si se tiene la piel sensible, presión baja o si se cursa un embarazo. En esos casos, consultar con un profesional de salud.

Baño relajante
Hombre en una bañera toma un baño relajante.
Foto: Freepik.

Sumar ingredientes que potencien el relax

Existen muchos ingredientes naturales que pueden agregarse al agua para que el baño sea aún más terapéutico.

Algunos de los más populares son:

  • Sales de epsom: son ricas en magnesio, un mineral que ayuda a relajar los músculos y aliviar tensiones. También contribuyen a desintoxicar el cuerpo y solo hay que agregar una o dos tazas al agua.
  • Aceites esenciales: lavanda, ylang ylang, manzanilla y eucalipto o menta son aliados poderosos del bienestar.
  • Espumas y bombas de baño: no solo hacen que el baño sea visualmente atractivo, sino que también pueden tener propiedades hidratantes o aromaterapéuticas. Es aconsejable elegir productos con ingredientes naturales y sin sulfatos, en el caso de las pieles sensibles.
  • Hierbas naturales o flores secas: pétalos de rosa, flores de lavanda, manzanilla o caléndula pueden sumarse en una bolsita de muselina o gasa (como si fuera una infusión gigante) para darle al agua un toque botánico.

Una vez que este todo listo, meterse en la bañera y dejar que el agua envuelva el cuerpo. Es aconsejable tratar de estar al menos 20 minutos, respirando profundo y conectando con el momento. Luego, se puede cerrar los ojos, meditar, leer algo liviano o simplemente entregarse al silencio. Si se desea potenciar el efecto, sumar una mascarilla facial o capilar y hacer de este momento un tratamiento completo.

Baño relajante
Mujer en una bañera toma un baño relajante mientras lee un libro.
Foto: Freepik.

Beneficios de los baños relajantes

  • Alivian la tensión muscular y el dolor
  • Mejoran la circulación
  • Ayudan a dormir mejor
  • Reducen el estrés y la ansiedad
  • Regalan un momento de conexión con uno mismo

La Nación/GDA

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