Solía ser una regla inexorable que cuando los deportistas pasaban los 30 años se empezaba a hablar de su retiro de las canchas (en Uruguay, la definición de “deporte” es un poco más acotada que en el resto del mundo y equivale a “fútbol”). Habría alguna que otra excepción a esta regla —por ejemplo, los arqueros— pero estas no hacían sino reforzar dicho axioma.
Con avances tanto en medicina como en disciplinas como nutricionismo, esta regla ha comenzado a resqubrajarse paulatinamente (ver recuadro). Actualmente y al menos para algunos segmentos de la población, no solo se vive más años, sino que también empieza a vislumbrarse una vejez más prolongada y saludable.
Un ejemplo de esta tendencia es el caso de Adrián Silva, que acaba de firmar para jugar en la división C del fútbol uruguayo, para el equipo Parque del Plata. ¿Su edad? 54 años. El jugador, que lleva un apellido y un physique du rôle muy “futbolero” en el medio uruguayo, está más cerca de lo que hubiera sido la edad jubilación antes de los cambios legislativos, que de continuar en las canchas.
Pero él sigue al firme. No por nada su apodo es “Vitamina”, lo que ya da a entender de que Silva parece el conejito de Duracell: es muy difícil que se quede sin batería.
“En lo que hace a la AUF, soy el jugador en actividad más longevo, al menos en este momento”, cuenta Silva recién salido de la sede de la institución que regula al fútbol uruguayo tras firmar para el equipo Parque del Plata.
El derrotero de Silva —casi que demás está decirlo—, ha sido largo y sinuoso.
Nacido en 1971 en el barrio de la Aduana, el primer deporte que practicó fue el básquetbol, pero cuando entró en la segunda parte de su adolescencia, el fútbol lo atrapó y desde entonces no soltó.
Silva es tan apasionado del balompié que no solo juega al fútbol convencional, sino también al de playa. Si se trata de patear una pelota hacia adelante, los costados o atrás, él está.
En total, ha vestido la casaca de 20 clubes, tanto en Montevideo como en otros departamentos. Antes de ser fichado para Parque del Plata, jugó para Montevideo Boca Juniors, pero también para equipos como Montevideo City Torque, poco antes de que subiera a primera división.
Como para tantos otros, el fútbol para Silva ha sido una fuente de alegrías, pero también de momentos de estrés. Hubo períodos en los que pudo sustentarse gracias a la pelota y también de los otros, porque como él mismo dice, “Algunos clubes pagan. Otros no”.
Por eso ha tenido que recurrir a otros trabajos además del fútbol durante períodos de su vida. En la charla con El País cuenta que su trabajo extra fútbol es limpiavidrios en las alturas, lo cual le impone disciplinarse para poder mantener su actividad como futbolista, o sea entrenar y jugar.
¿A qué atribuye su excepcional racha temporal como jugador de fútbol? Silva responde: “A que nunca perdí mi agilidad. Hago lo mismo a esta edad que lo hacía cuando tenía bastante menos. Me han dicho que soy un privilegiado, y es verdad”, relata.
—¿Cómo te alimentás?
—Pastas es algo que como, por ejemplo. Pero no le pongo sal a las comidas, y tampoco las acompaño con pan. Además, bebo mucha agua. Es lo primero que hago cuando me levanto: tomar agua. Eso me activa.
—¿Azúcar?
—No. Nada que engorde. Pero también como mucha proteína, huevos, cosas así. Más allá de eso, consumo muchas frutas y ensaladas.
A lo largo de su camino como deportista, ha aprendido qué tipo de alimentos le conviene consumir, además de que es consciente de la importancia de la hidratación para la salud, más allá de la sed puntual.
Pero la dieta es una de las partes de la ecuación de Silva para mantenerse saludable y activo. La otra es el ejercicio físico: “Tengo un gimnasio en casa. Me levanto, hago ejercicios y luego sigo con lo que tengo que hacer. En total, entre bicicleta fija y pesas, hago más o menos una hora de ejercicios. Luego me ducho y me voy a trabajar”.
—¿Qué sensaciones te produce el hecho de que con 54 años sigas jugando al fútbol de manera competitiva?
—El fútbol me ha dado muchas satisfacciones. Por ejemplo, que rompí la barrera del tiempo, y demostré que a este deporte no se juega con la cédula. Yo encaro al fútbol con esa actitud. Ha habido gente que me dice que ya no puedo seguir en actividad, pero de repente me ven y los sorprendo. A algunos podrá parecerle que no es posible seguir jugando a mi edad, pero he demostrado que sí, y he salido adelante.
Cumplir año tras año con salud y actividad física
Aunque es un fenómeno circunscrito a ciertos países (y dentro de esos países, a ciertas partes de la población), empieza a estar dentro de lo posible no solo vivir más años, sino con mayor calidad de vida durante esa última etapa vital. Lograr envejecer así es posible en parte gracias a avances científicos y médicos, políticas públicas de coberturas de salud integrales e inclusivas, pero no solo. También se ha constatado que factores importantes tienen que ver con salud mental, social y emocional. Este año, la Universidad de Harvard presentó un estudio que daba cuenta de la importancia de un matrimonio (o relación) estable, estar físicamente activo y mantener amistades duraderas. En ese sentido, deportes colectivos como el fútbol no solo benefician lo físico, sino también lo social y emocional.
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