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Al costado de la vía

Rico en patrimonio industrial y con carencias de servicios y conectividad, el barrio Peñarol sueña con revitalizarse. Planes y proyectos en una zona que creció, y se frenó, junto con el tren.

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Los proyectos de la Sociedad de Amigos de Peñarol insumirían unos cinco millones de dólares. Solo en Semana de Turismo hubo tres mil visitantes.

LEONEL GARCÍA

Pueblo primero y barrio después, si hay algo que caracteriza a Peñarol es su identidad. Ésta se nutrió y se nutre del ferrocarril, que le aportó su arquitectura funcional e industrial, sus calles con nombres ingleses, su sello. Tan fuerte es este vínculo, como el más indisoluble de los matrimonios, que el auge y declive del barrio estuvo de la mano con el apogeo y el ocaso del tren en Uruguay.

Una calma pueblerina marca el presente de Peñarol. Bien distinto que en las épocas en que el tren le marcaba el ritmo. Cuando 2.000 personas trabajaban en los 33.500 metros cuadrados de los talleres; cuando los silbatos de las 6.15, 6.30 y 14.00 horas anunciaban las mareas humanas por bulevar Aparicio Saravia; cuando a la hora del almuerzo el histórico bar "La Primavera", atrás de la estación, preparaba 500 milanesas o 200 cubiertos; cuando los ingleses del Central Uruguay Railway (CUR) primero -que se instaló ahí en 1890- y la Administración de Ferrocarriles del Estado (AFE) después le proveían trabajo, sustento e interacción social a esta zona obrera.

Luces y sombras de un barrio que parece mucho más lejano que los diez kilómetros que lo separan del centro de Montevideo, hacia el norte. Es un enclave riquísimo en patrimonio industrial. En menos de diez manzanas concentra el 10% de todos los padrones considerados Monumento Nacional en la ciudad.

Pero al mismo tiempo, sus 35 mil habitantes sufren una notoria carencia en materia de servicios y conectividad con el resto de la ciudad, reconoce Gastón Silva, alcalde del Municipio G, al que pertenece Peñarol. No hay sucursales bancarias ni estación de servicio. "Y más allá de líneas locales como la L29, que te acerca al Paso Molino, el 147, que es el ómnibus `típico` de acá, demora 55 minutos en llegar al Centro. Y tiene una frecuencia de 40 minutos. Te perdés uno y podés irte a tu casa a matear tranquilo", ironiza Silva.

sueños y planes. Hoy hay calma, pero también sueños y planes. En septiembre de 2010 se fundó la Sociedad de Amigos del Barrio Peñarol. Su objetivo es revitalizar el patrimonio industrial de la zona, darle nuevo uso a la estructura ociosa de AFE (dueño de los padrones), creando un "museo en el sitio" con un correspondiente recorrido turístico. De la mano, aseguran sus integrantes, eso redundará en una mejoría de los servicios públicos y la calidad de vida de los vecinos. El directivo Heraldo Yanuzzi sostiene que la estrategia de este grupo pasa por "coordinar" los esfuerzos de distintos actores (AFE, Intendencia, ministerios, privados, organismos extranjeros, etc.) para mejorar la infraestructura en Peñarol.

Hoy se está restaurando el Teatro y Cine Peñarol, el tercero más antiguo en el país, con 450 butacas. Pablo Buonomo, presidente de esta sociedad, señala que esta obra estaría pronta para fin de año, luego de una inversión de US$ 800 mil, aportados por la Intendencia de Montevideo (IM) y el Ayuntamiento de Gijón, en España.

Luego de lo del teatro, en segunda línea de factibilidad, se ubicaría la recuperacíón de la fachada de las viejas Casas de los Obreros. La desarbolada calle Rivarola, entre Carlyle y Aparicio Saravia, divide dos manzanas. Ahí siguen, casi sin que se note por fuera el paso del tiempo, 44 viviendas aún habitadas. En su momento fueron ejemplo de lo que se consideraba una "casa obrera" (tragaluz en la cocina, techos de bobedilla y pisos de madera, baño exterior ubicado en el patio-fondo) y del vínculo entre los trabajadores y su empresa: si un funcionario dejaba el empleo, o era cesado, debía mudarse.

Según Buonomo, la recuperación de las fachadas se realizaría entre el segundo semestre de este año y el primero del próximo, con una inversión estimada de 300 mil dólares. "Se trataría de una puesta a punto, revoques, arreglos de mampostería, uniformizar todo. Hay acuerdo con los actuales propietarios y la Comisión de Patrimonio lo ve con buenos ojos".

No son los únicos planes de esta sociedad. Para más adelante, piensan en (o sueñan con) reformar el Centro Artesano (histórico núcleo de actividad social del barrio), transformar la vieja sede de la Unión Ferroviaria en un local de UTU, impulsar la creación de viviendas en un predio cercano de 19 hectáreas conocido como las "canchas del ferrocarril" y hasta transfomar en museo una parte de los talleres (ver nota aparte). En total, incluyendo lo iniciado, lo planificado y lo soñado, ameritaría una inversión de unos cinco millones de dólares, según Buonomo.

movidas. Hay más movida en lo tendiente a recuperar el barrio. Una resolución de la IM del 4 de abril establece la creación de la Comisión Especial Permanente del Casco Histórico-Ferroviario de Peñarol. En 2010, ese enclave industrial fue presentado ante la Unesco para ser declarado Patrimonio Industrial.

A fines de 2009, fue reinaugurada -luego de una inverstión de US$ 550 mil- la Estación Peñarol, instalándole un pequeño museo (recreando una sala de espera de 1920 con el agregado moderno de un TV plasma que pasa imágenes de época) y creando una plazoleta contigua con fuente, juegos infantiles y bancos, donde antes había suciedad y dejadez. Esta superficie alcanza los 6.000 metros cuadrados. En 2010, ese museo tuvo 7.000 visitantes. De ellos, 2.500 llegaron solo durante los días del patrimonio.

Manuel Esmoris, coordinador del Proyecto Barrio Peñarol Patrimonio Industrial, asegura que esta zona es hoy "la Colonia del Sacramento de hace 40 años, donde nadie le daba valor al barrio histórico". Esmoris incluso se anima a imaginar una evolución aún mejor que la coloniense. "Este es un patrimonio vivo: el tren sigue pasando, la fábrica sigue funcionando, hay historia y contemporaneidad".

En la última Semana de Turismo, además, se vivió una experiencia inédita. A través de un acuerdo entre AFE y la Asociación de Amigos del Riel, se realizaron paseos diarios a Peñarol y sus atractivos en un tren impulsado por la centenaria locomotora 120, una máquina a vapor que llevó 3.000 visitantes al barrio. "Esto significa que la idea turística para la zona tiene sustento empírico", señala un entusiasmado Esmoris.

Por separado, muchos impulsores del barrio hacen hincapié en la gran potencialidad de la zona, pero también y no sin cierta amargura, reconocen que solo en fechas especiales, como Patrimonio, el grueso de la gente parece acordarse de Peñarol. Y no solo refieren al público. Buonomo reconoce como posible freno a los impulsos por revitalizar la zona que "falta quizás en la cabeza de muchos `decisores` la importancia y el impacto que esto puede llegar a tener".

Hoy en los viejos y casi incambiados talleres solo hay 150 trabajadores. Peñarol pasó de ser un pueblo fabril, febril y pujante a un barrio que más parece una isla anclada en el tiempo, bien en el medio de Montevideo. Añorando el glorioso pasado y soñando con un futuro vigorizado, Peñarol pelea por salir de la vía.

AFE apoya pero no impulsa

El vicepresidente de AFE, Juan Silveira, sostiene que el ente apoya "sin lugar a dudas" los proyectos de rehabilitación de Peñarol con miras a transformarlo en un enclave histórico-patrimonial. "Pero -aclara- no lo impulsa".

"Nosotros hemos tenido como política incursionar en lo que necesitamos; y en lo que no, lo volcamos a la comunidad para cualquier elemento de desarrollo". Como ejemplos en ese barrio, el jerarca señala que varias de las viejas "Casas de los Jefes", pegadas a la estación, han sido otorgadas para escuelas, policlínicas, merenderos, radios e incluso viviendas particulares. Asimismo, destaca el Centro Artesano fue dado en comodato a la Intendencia.

"Pero aclaro un tema: nosotros apoyamos este tipo de situaciones, pero no pretendemos desdibujar el rol del ferrocarril ni que éste pierda su patrimonio. Señalo esto porque muchas veces se apunta a lo folclórico y a lo histórico, ¡pero hoy el ferrocarril existe! De repente con otras maneras, otras características, pero existe. Y tiene que preservar su patrimonio porque es uno de los entes con más riqueza en el país, ¡pero a la hora de los recursos no sabe de donde sacarlos! ¡Es insólito!", enfatiza Silveira.

El presidente de AFE, Alejandro Orellano, señala que el ente también tiene planes para revitalizar a Peñarol. Eso incluiría el traslado de alguna de las oficinas a ese barrio y la realización periódica de reuniones del Directorio en el inmueble conocido como "la casona", donde en los buenos tiempos vivía el personal de máxima jerarquía.

Silveira destaca que AFE piensa invertir US$ 80 millones en locomotoras, vagones y tecnología. Eso obligará a un gasto en los talleres de Peñarol, adonde se destinarán diez millones de dólares.

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