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Liverpool, cincuenta años después

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(desde Liverpool)

PESE A QUE John Lennon, Paul McCartney y George Harrison comenzaron a conocerse como The Beatles alrededor de 1960, el 18 de agosto de 1962, con el ingreso de Ringo Starr, es considerada la fecha de nacimiento de la banda. El 4 de setiembre de ese año, en los estudios EMI

de Londres y bajo la atenta supervisión de George Martin, grabaron una segunda versión de la canción "Love Me Do" que se incluiría en el primer disco simple editado por el grupo. La anterior grabación de ese tema, registrada el 6 de junio, tuvo a Pete Best en la batería, y formó parte de las primeras sesiones que hicieron en EMI. El desempeño del baterista no convenció a Martin y se dice que ese fue uno de los motivos para que Best fuera despedido.

Existen otras versiones, más oscuras, sobre las razones de la expulsión, entre ellas los celos de McCartney por la popularidad que Best tenía entre las mujeres. Tampoco entusiasmó a Martin la forma de tocar de Ringo en esa segunda grabación y unos días más tarde, el 11 de setiembre, grabaron por tercera vez la canción, versión que finalmente se incluiría en su primer álbum Please, Please Me (1963). Starr fue relegado a la pandereta mientras el músico de sesión Andy White ocupaba su lugar en la batería.

Antes de que la canción saliera al mercado, la fama de los Beatles se circunscribía al condado metropolitano de Merseyside, lugar en el que se encuentra enclavada la ciudad de Liverpool. Ese tema "fue el que los hizo famosos en todo el mundo", según Efe Jerry Goldman, director del centro The Beatles Story de Liverpool, abierto hace más de veinte años.

Medio siglo después la ciudad que vio nacer a los cuatro músicos acepta gustosa ser el centro de la conmemoración. Desde que los Beatles se transformaron en íconos de la cultura, Liverpool ha sabido aprovechar su fama y transformar al turismo beatlemaníaco en una importante fuente de ingresos. Fundada en 1207 como villa, perteneciente al condado de Lancashire, adquirió el estatus de ciudad a partir de 1880. A su condición de puerto importante se le agregó, a partir de la década del sesenta del siglo pasado, ser el lugar donde nacieron los Beatles. A cualquier visitante que llegue a la ciudad le será imposible disociar ese hermoso lugar de los fab four.

Quien llega a Liverpool por avión, arribará al Aeropuerto John Lennon y experimentará una extraña sensación al encontrar el célebre autorretrato del músico como logo junto a una frase tomada de la canción "Imagine": "Above us only sky" (Sobre nosotros sólo el cielo). Si por el contrario se llega por tren, recalará en la Lime Street Station y ese nombre traerá los versos de una canción tradicional folk del siglo dieciocho donde se relata las andanzas de una prostituta de nombre Maggie Mae por esa calle, tema del que Los Beatles cantaron un extracto en su álbum Let It Be (1970). Cuando busque alojamiento, y en el caso de que su bolsillo lo permita, pagando algo más de trescientos dólares la noche podrá hospedarse en alguna de las habitaciones temáticas del Hard Days Night Hotel y sentirse custodiado por las estatuas de los cuatro músicos que decoran el edificio ubicado en pleno centro de la ciudad. Pero si decide ir a otro hotel algo más económico, es muy probable que encuentre cuadros, fotos, dibujos de John, Paul, George y Ringo como constantes e ineludibles referencias. Es que la propia Liverpool se ha transformado en una ciudad temática.

HIJOS DE LA GUERRA.

"De niño Liverpool era tranvías… había vestigios de la guerra por todos lados. Jugábamos mucho en los solares arrasados por las bombas…", recuerda McCartney. Durante la Segunda Guerra Mundial la ciudad fue un blanco preferido por los bombarderos nazis. Su puerto, el segundo en importancia en el Reino Unido, era una vía clave de comunicación e intercambio comercial y aún lo sigue siendo. Luego de la guerra la ciudad fue reconstruida mientras los niños nacidos en esos años, como los cuatro Beatles, se acostumbraban a las carencias de alimentos por problemas de abastecimiento. Nadie podía pensar, a mediados de los cuarenta, que otra industria le discutiría al puerto el primer lugar en la economía de esa ciudad que no llega al medio millón de habitantes. Mucho menos que esa industria sería fundada por esos cuatro niños.

Por algunos años, la administración de la ciudad no supo entender la importancia de ser la cuna del grupo más importante del rock & pop. Recién entre mediados de los noventa y principios del dos mil, las casas donde vivieron su infancia Lennon y McCartney fueron declaradas patrimonio histórico con prohibición de tocar su estructura. La de McCartney, ubicada en Forthlin Road, fue vendida por éste a fines en 1964 para que su padre y su hermano menor Mike se mudaran a una zona más tranquila, alejada de los fans. Los varios propietarios que tuvo sucesivamente la vivienda le hicieron diversas reformas hasta que en el año 1995 fue comprada por el grupo especializado en conservación del patrimonio cultural The National Trust. Para recuperar su fisonomía original fueron muy importantes las fotos que Mike McCartney, fotógrafo aficionado, había tomado en épocas en que ambos hermanos eran niños y adolescentes. Una de ellas puede verse en la portada del excelente álbum de McCartney Chaos and Creation in the Backyard (2005) con un muy joven Paul tocando su guitarra en el patio trasero de la vivienda.

The National Trust no mostró el mismo interés por adquirir la casa donde pasó su infancia Lennon. Ubicada en Menlove Avenue, la vieja casa de la Tía Mimi que, junto a su marido George Smith, crió al músico, y que es llamada en forma cariñosa Mendips, demuestra el estrato social más alto que ostentaba la familia de John con respecto a las de sus compañeros de banda. Al salir a la venta la propiedad, y viendo el desinterés apuntado, Yoko Ono la compró donándola posteriormente a The National Trust. La viuda de Lennon expresó que quería preservarla para la gente de Liverpool así como para los seguidores de John y de Los Beatles. También fue restaurada tal como lucía en la época en que el músico vivía ahí. Ambas viviendas se transformaron en museos y reciben constantes visitas de turistas.

Como si se quisiera mantener las diferencias que existieron en la banda, fuentes de The National Trust han declarado que no intentarán recuperar las casas donde Harrison y Starr vivieron sus primeros años. La del primero está ubicada en Arnold Grove, una pequeña calle de construcciones modestas donde los actuales propietarios mal soportan a los grupos de turistas que llegan día a día, ávidos por fotografiar la vivienda. Luego de algunos enojosos incidentes, los guías solicitan que las fotos se tomen desde la esquina a varios metros de distancia y que intenten hacer el menor ruido posible. La casa donde nació Ringo Starr, ubicada en Madryn Street, estuvo a punto de ser tirada abajo para construir viviendas modernas, económicas y más confortables. Hubo una gran protesta y finalmente la cuadra donde vivía el baterista será la única en que las casas permanecerán tal como eran. Fue la gente, y no el gobierno de la ciudad o The National Trust, quien detuvo ese atropello.

SUBURBANOS CIELOS AZULES.

Liverpool es, antes que nada, una ciudad amable y fácil de dominar por quien disponga de tiempo para visitarla. Los dos puntos de atracción son el centro y el Albert Dock. En el centro de la ciudad se encuentra la Mathew Street donde se ubican las réplicas del Cavern. En 1973 el Cavern Club original, donde los Beatles se hicieron conocidos a comienzo de los sesenta y que albergó en su escenario a músicos de la talla de los Rolling Stones, Elton John, The Kinks y Queen, cerró sus puertas y fue rellenado para la construcción de una línea de subte. En los ochenta, por iniciativa privada, se intentó recomponer ese error y el sitio fue reconstruido, con los mismos ladrillos que el original. Luego, frente de dicho club, se construyó otro local "hermano" del principal, que se llama "The Cavern Pub". Ambos lugares albergan a mucho público tarde a tarde.

A pocas cuadras del centro se encuentra el Albert Dock. Construido en 1846 supo albergar lugares para la fundición de hierro, grandes depósitos de sal y galpones hasta que fue convertido en una base para barcos de la flota británica en la Segunda Guerra Mundial. A partir de la década del ochenta, las autoridades de la ciudad quisieron recobrar ese lugar llamando a inversores privados y transformándolo en una suerte de Puerto Madero inglés. Ahí se encuentran restaurantes y bares, zonas de oficinas y lujosos apartamentos, el Museo Marítimo de Merseyside, el Museo Tate de Arte Moderno y, como no podía ser de otra manera, The Beatles Story, detallada muestra donde se cuenta la historia de la banda. En la muestra el visitante puede ver recreaciones del Casbah Club, perteneciente a Mona Best -madre de Pete-, primer lugar donde los Beatles tocaron en Liverpool, del Star Club de Hamburgo, ubicado en la zona roja de la ciudad alemana que sirvió a los músicos para ganar experiencia sobre los escenarios y perder el miedo a públicos hostiles, y del despacho del Mersey Beat, mítico periódico que difundió la carrera de la banda. También están los primeros instrumentos que tocaron, una recreación del Cavern, gigantografías de las tapas de sus álbumes y de sus películas junto a varios mojones de la historia de la banda y posteriores carreras individuales de sus integrantes. Es difícil contener la emoción al ver los anteojos anaranjados que Lennon utilizó durante la grabación del álbum Imagine (1971), color que, según el músico, le brindaba inspiración para componer las canciones del que fuera su mejor trabajo solista.

Existen muchas excursiones para visitar los lugares de la ciudad que se relacionan con los Beatles. The National Trust ofrece un viaje en mini bus que incluye las visitas al interior de las casas de Lennon y McCartney por unas veinte libras por persona. También pueden contratarse costosos tours privados o taxis con choferes guías especializados en el recorrido de los puntos clave de la historia de la banda y sus canciones. El más popular y económico es el Magical Mistery Tour, un viaje de algo más de dos horas en un ómnibus decorado al estilo del utilizado en la película del mismo nombre. Las casas donde los cuatro músicos pasaron su infancia están relativamente cerca entre sí lo que hace el recorrido ágil y es, además, una buena forma de conocer parte de los suburbios de Liverpool.

Lo que no es original, como el portón de Strawberry Field -amplio jardín del Ejército de Salvación donde Lennon solía jugar- se encuentra reconstruido a la perfección y si alguna crítica se le puede hacer al tour es la visión parcial que se obtiene desde el ómnibus de la St. Peters Church, lugar donde Paul conoció a John el 6 de julio de 1957 luego de una actuación de The Quarrymen. Aún así pueden verse las siluetas de las lápidas que se encuentran cerca de la Iglesia, cementerio donde está enterrada Eleanor Rigby.

Llama la atención lo descuidado que está el refugio ubicado en la rotonda central de Penny Lane, sitio donde los cuatro músicos solían matar el tiempo bajo el cielo azul de los suburbios; resulta divertido buscar los lugares que McCartney describió en la letra de la canción. El Banco es fácil de ubicar pero las peluquerías han proliferado en el lugar para aprovechar la publicidad gratuita que les brinda la canción. La original, que pertenecía al peluquero que mostraba fotografías "de cada cabeza que tuvo el gusto de conocer", es la de "Tony Slavin" donde, por unas siete libras y media, el visitante puede cortarse el cabello.

VIEJOS RECUERDOS.

"Yo pasé una infancia sana y feliz en Liverpool y me gusta. Por mucho que viaje o viva en otra parte sigue siendo mi ciudad natal", confesó alguna vez Lennon. Pese a su larga y conflictiva residencia en New York, el guitarrista nunca olvidó sus raíces. Luego de su muerte, Ono visitó Liverpool con su hijo Sean para mostrarle los lugares donde había tenido lugar esa infancia feliz de su padre. Una estatua de Lennon con su vestimenta de Teddy Boy, que reproduce una foto sacada en los tiempos de Hamburgo utilizada en la tapa de su disco Rock and Roll (1975), parece proteger la entrada del Cavern.

La ciudad también recuerda al otro beatle fallecido. En 2009 se llevó a cabo una exposición de la más grande colección de recuerdos de George Harrison, junto a un concierto que celebró la música del guitarrista. McCartney es una especie de hijo pródigo que siempre vuelve a su lugar. El bajista mantuvo en su patrimonio la segunda casa, ubicada al otro lado del Río Mersey, en la que vivió su padre hasta que murió. Es ahí donde se hospeda cada vez que visita su ciudad. Además compuso y grabó su primera obra de música clásica, Liverpool Oratorio (1991), conmemorando los 150 años de la Real Orquesta Filarmónica de Liverpool. Starr lideró el concierto inaugural de las actividades que tuvieron lugar en 2008 cuando Liverpool fue nombrada Capital Europea de la Cultura, tocando sobre el tejado del edificio del Saint George Hall. También McCartney brindó, en esos festejos, un multitudinario concierto en el Estadio del Club Liverpool. Ambos músicos siempre incluyen a su ciudad natal en las giras.

"El mundo nos usó como una excusa para poder volverse loco". La frase de Harrison, que luce en un rincón de The Beatles Story, es muy buena para describir lo que pasó en los sesenta con la beatlemanía y la profunda huella que dejaron los Beatles en la cultura popular. Esa huella perdura, más viva que nunca, a orillas del Río Mersey. No es exagerado decir que la mitad de las personas que caminan en estos días por las calles de Liverpool llevan algún distintivo de la banda. Remeras, carteras, camperas, buzos, llaveros y el resto del merchandising de la banda es adquirido en tiendas oficiales, negocios, disquerías o en el Aeropuerto John Lennon.

Los turistas invaden la ciudad a la búsqueda de cualquier rastro beatle con el oculto deseo de poder revivir la forma en que esa música marcó sus vidas. Aún queda tiempo para visitar Liverpool y participar de este acontecimiento. La conmemoración del medio siglo de los Beatles se extenderá por unos meses dado que, al decir del Alcalde Joe Anderson, la ciudad "no puede dejarlo pasar sin las celebraciones que se merece, que se pueden prolongar todo un año y que darán a nuestra economía local el impulso que tan urgentemente necesita". Una vez más los fab four acuden en ayuda de la ciudad para mitigar sus problemas económicos. Suena real, y sincera, la letra de la canción "Liverpool 8" de Ringo: "Liverpool te dejé, adiós a Madryn Street, siempre seguí a mi corazón, pero nunca perdí su ritmo, el destino llamaba, no pude quedarme ahí. Liverpool te dejé, pero nunca te abandoné".

La Caverna

EN LA DÉCADA del sesenta The Cavern se ubicaba bajo un depósito de fruta y verdura donde era casi imposible respirar a consecuencia de la mala ventilación y las dimensiones del lugar. Los jóvenes concurrían en masa aunque ahí no se vendieran bebidas alcohólicas. Los Beatles, antes de empezar su actuación, caminaban unos pasos para ir al pub The Grapes (Las Uvas), donde bebían unas pintas de cerveza para entonarse. El lugar aún permanece en pie en la Mathew Street. En aquellos años los músicos se ubicaban a beber cerca del baño de damas, cuya puerta no cerraba en forma perfecta y se divertían espiando el involuntario espectáculo que daban las chicas. Un rato después esas jóvenes se volverían locas al escuchar a esos irrespetuosos voyeurs tocar rock and roll.

Los dos Cavern que funcionan hoy en Mathew Street son el destino buscado por las bandas "tributo" que vienen de todos lados del mundo a cumplir el sueño de tocar en el lugar donde todo comenzó. El martes 28 de agosto la lista de músicos era larga y resaltaba un grupo de Liverpool llamado The Shakers. Este cronista no pudo averiguar si el nombre se relacionaba con la banda uruguaya o era tan solo una casualidad. Luego de escuchar las correctas versiones de las bandas Mersey Beat (argentinos) y Hocus Pocus (brasileños), un español que estaba a mi lado comentó: "Los latinoamericanos son los que mejor interpretan a los Beatles. Los japoneses son los peores. Por más que hagan el esfuerzo, y toquen todo perfecto, suenan como robots."

El turista accidental

MENDIPS ES EL nombre de la casa donde Lennon vivió gran parte de su infancia y juventud. Quien habita la casa es el Sr. Colin Hall, un profesor jubilado de Liverpool que cumple la función de casero y, entre los meses de febrero y noviembre de cada año, la de guía de los cuatro tours por día que se realizan. Se ha acostumbrado a convivir con los fantasmas del lugar. Utiliza el mismo baño donde Lennon componía sus canciones y prepara sus alimentos en la misma cocina donde Mimi le hacía a John su comida preferida: huevos fritos con papas fritas.

En mayo de 2009, Hall recibió al último de los grupos de ese día y notó que entre los fans había uno que resaltaba. El guía se tomó un respiro para mitigar su emoción al reconocer a Bob Dylan pero luego comenzó su discurso habitual: "Bienvenidos a Mendips, la casa donde John Lennon pasó su infancia…". Dylan se mantuvo callado y apenas hizo algún comentario a Hall acerca de cómo esa casa le recordaba su niñez en Minnesota. Cuando llegaron al pequeño dormitorio de Lennon, junto al decorado de fotos de Elvis y Brigitte Bardot sobre la pared, el cantante quedó fascinado con los libros que leía John. Luego continuó en silencio el resto de la visita, que terminó en forma rutinaria. La fascinación de los otros visitantes por Mendips hizo que ninguno de ellos notara la presencia de Dylan.

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