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La “Caja” Militar

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La relación del FA con las FF.AA. es bifronte.

La relación del FA con las FF.AA. es bifronte.

El famoso libro de Urruzola deja claro que va desde el colaboracionismo y complicidad de tupamaros con los militares golpistas (y comunistas también con los comunicados 4 y 7) hasta quienes niegan esa institución. La pretendida reforma de la llamada Caja Militar es parte de ese juego de dos polos. Los que la impulsan responden a ese sector que habla para la tribuna más tradicional, que sigue el discurso fácil de subirse al carro de las teorías que dicen que países como el nuestro no necesitan FF.AA., apenas un buen teléfono para llamar a los amigos fuertes que nos ayuden y una guardia policial que se encargue de los delitos y los conflictos menores. En eso coinciden con el odiado imperialismo.

Todo lo que vista uniforme es despreciable, excepto para levantar la basura que deja Adeom, cuidar que un preso no salte el cerco de la cárcel, o hundirse en el agua rescatando inundados. Estas tareas, muy importantes y baratas de ejecutar, se arreglan con $ 2.900 por mes que es lo que cuesta darle de comer, unas cebaduras de mate y mantener equipado al soldado y es lo que defienden estos negacionistas.

El sueldo de un soldado es aproximadamente $ 15.000. Un capitán gana $ 40.000. Una fortuna como se ve. Los generales (son 25) cobran $ 100.000 en el bolsillo, son la jerarquía superior. Tres cuartas partes de las jubilaciones no superan los $ 30.000. Que hay algunas importantes, sí claro, donde se incluye militares destituidos por razones políticas. Como también hay entre las civiles compensaciones económicas para exintegrantes de la guerrilla y otros que reciben un buen dinero. A ese carro se subieron muchos que aducían persecución y en verdad la miraban por televisión. Estas jubilaciones políticas son subsidiadas por Rentas Generales a partir de leyes especiales. Son también deficitarias, obviamente porque no aportaron, pero que la sociedad a través del Parlamento entendió del caso compensar los años duros.

De los soldados activos (27.000) 22.000 cobran menos de $ 18.000. Eso son los números cristalinos. Gustarán más o menos pero son. Nadie se enriquece de milico, para decirlo claro. Si se cuela un deshonesto no será más censurable que un político o empresario corrupto. Las instituciones no se miden por los malos sino por la mayoría.

Los partidos políticos jubilamos a 17.000 soldados desde 1985 a la fecha. Coincidimos en achicar a las FF.AA. Nadie planteó exiliarlos ni lanzarlos a los tiburones. El que se va que cobre su jubilación y punto. Como los sueldos son los más bajos de la administración, los aportes obviamente también. La mal llamada Caja Militar ni recibe como el BPS un porcentaje de IVA, ni planta árboles ni invierte en edificios como hace el resto. Cobra y paga.

Se debe reformar el servicio de retiros, sí. Hoy la esperanza de vida no es la de 30 años atrás. Pero hay una sola forma de que no sea en verdad un atajo político para expresar rencores ideológicos: entender la carrera militar como un todo que abarca actividad y retiro. No vale hablar de la jubilación y no del salario. Si no queremos que la jubilación busque compensar los peores salarios públicos, paguemos mejor en actividad. De lo contrario aparece el cangrejo debajo de la mentada reforma que es hacer creer que al Estado le falta plata por los soldados, y no por Ancap, el Fondes o Pluna. Y ahí sí, varios se la llevaron.

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Javier García

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