Es una de las carreteras más utilizadas por los argentinos que cruzan el país con rumbo a las playas brasileñas; cada año mueren varios turistas.
¿Quién se va a hacer cargo de los argentinos muertos en la ruta 26 en la temporada que viene?". La pregunta es de Hugo Castro, un comerciante que desde hace varias décadas recorre el país vendiendo balanzas para el sector agropecuario. Tiene su base de operaciones en Paysandú. Cada vez que tiene que salir rumbo a Tacuarembó vive un calvario al tener que atravesar esa carretera.
"Yo ando en una camioneta grande y conozco muy bien la ruta, me lleva una hora y media hacer 70 kilómetros", explicó el empresario sanducero.
Es una ruta que va desde un empalme con la ruta 3, a pocos kilómetros de Paysandú, hasta la ciudad de Río Branco, en Cerro Largo. Tiene unos 520 kilómetros de largo, pasa por muchas villas y pueblos, y atraviesa ciudades capitales como Tacuarembó y Melo.
Es la carretera que utilizan miles de veraneantes argentinos que cruzan Uruguay de este a oeste para llegar a las playas de Rio Grande do Sul, Brasil. Toman ruta 26 hasta Tacuarembó y desde allí van hasta la ciudad de Rivera por la ruta 5. Luego cruzan la frontera.
"Las estadísticas son claras, siempre hay tres o cuatro argentinos muertos por temporada; eso aumenta cuando la ruta está destrozada, como ahora", dijo Castro.
Para los veraneantes que no conocen la ruta, recomienda "no tocar la quinta". "Hay que ir en tercera o cuarta para que el auto vaya bien traccionado, el riesgo de volcar o despistar es muy grande", advirtió.
El empresario observó que los argentinos llegan al país tras cubrir distancias muy largas en "rutas que son como autopistas, cruzan la frontera, hacen unos pocos kilómetros hasta encontrarse sorpresivamente con la 26".
Castro señaló que los turistas argentinos optan por esa carretera porque "es más segura, ahí no los roban". También la eligen porque "ya saben que cruzar por Artigas es imposible, la ruta 30 está destrozada, parece un camino vecinal", afirmó.
El deterioro que ha alcanzado esta ruta es tan significativo que algunos vehículos pesados han dejado de utilizarla. Además, las ambulancias que llevan pacientes desde Paysandú hacia el Hospital de Tacuarembó, el centro médico de referencia para el norte del país, deben utilizar rutas alternativas, entre ellas la que pasa por las ciudades de Trinidad (Flores) y Durazno por lo que deben hacer 140 kilómetros más.
"Fíjese que en el tramo Paysandú - Tacuarembó, la parte más usada por los argentinos, ya no pasan ni camiones cargados con madera. Es normal encontrarse con ocho o nueve ambulancias hacia Tacuarembó", aseveró Castro.
Promesa.
En mayo del año 2015, el ministro de Transporte y Obras Públicas, Víctor Rossi, hizo dos anuncios sobre los planes del gobierno para recuperar la infraestructura nacional. Allí dijo que se aplicaría el sistema de Participación Público Privado (PPP) para la reconstrucción de una docena de carreteras.
El pasado 22 de febrero, en ocasión de la reunión del Consejo de Ministros desarrollado en la localidad de Piedras Coloradas (Paysandú), Rossi anunció que "el 17 de marzo se inicia el trámite de licitación para la rehabilitación para la ruta 26 entre la Ruta 3 y Tacuarembó". En aquella jornada el ministro se llevó todos los aplausos del auditorio.
Como es tradicional, el gabinete recibió a distintos actores de la vida económica y social del norte del país. Allí los empresarios de distintas gremiales insistieron ante el secretario de Estado por la situación de la ruta.
El ministro se comprometió ante la Asociación Rural de Paysandú (ARP), el Centro Comercial sanducero y las asociaciones de productores lecheros de la zona a realizar una obra "desde los cimientos" durante el año 2017.
Mientras tanto, una empresa privada se encargaría de hacer "arreglos" en la carretera, lo que se está realizando.
"Está todo deshecho, nunca la arreglaron. Arreglan 100 metros, aran otro tanto y dejan lo otro como está", indicó Castro.
Ómnibus.
Por su parte, el presidente de la empresa transportista Copay, Álvaro del Pino, aseguró que transitar por la ruta 26 es algo "caótico" por el estado en que se encuentra. La compañía tiene bajo su responsabilidad la línea Paysandú - Tacuarembó - Rivera. También hace un tramo hacia la localidad de Cerro Chato, a 30 kilómetros de la 26, donde la situación es dramática. "No se puede andar", dijo.
Con respecto a la 26, dijo que "está cada vez peor, están haciendo reparaciones pero levantan el bitumen y queda la piedra al aire libre, ya hubo varios accidentes y hemos tenido muchas roturas de cubiertas y amortiguadores, cuando nuestra flota es del 2015 y 2016", expresó.
Por otro lado, lamentó que "algunos pasajeros se han quejado porque llegan tarde para realizar sus combinaciones debido a las demoras que tienen los ómnibus".
El empresario narró que dos médicos de Tacuarembó denunciaron a la compañía ante el Ministerio de Transporte (MTOP). "Venían a un congreso de pediatras en Paysandú, hubo un accidente, el ómnibus reventó dos cubiertas en el viaje. Y nos hicieron una denuncia por llegar tarde, querían que les devolviéramos la plata del pasaje. Son cosas que escapan a nuestra responsabilidad", aseveró del Pino.
Las malas condiciones de la carretera provocan una demora de entre 40 y 50 minutos por viaje entre Paysandú y Tacuarembó, según el movimiento que tenga la carretera, explicó el empresario.
El número de siniestros de tránsito en las ruta 26 sorprende a los usuarios de la carretera. "Todas las semanas tenemos dos o tres accidentes", contó. Como un servicio extra, los funcionarios del peaje advierten a los conductores sobre las malas condiciones de la ruta.
Hasta Lucas sugo se queja del estado de la carretera.
El pasado 25 de mayo el cantante, Lucas Sugo, que vive en Tacuarembó abandonó por unos minutos la música y publicó en su muro de Facebook tres fotografías que muestran una sucesión de pozos en la ruta 26.
El artista tomó las imágenes desde el ómnibus que usa habitualmente para sus trasladados por el país. "No soy de hacer este tipo de publicaciones pero realmente me preocupa y entristece ver el estado de algunas rutas de mi país. Más allá de un problema para los que manejan y sus vehículos sin dudas son un peligro para los que por ellas transitan", escribió.
EL PELIGRO DE CIRCULAR POR LAS RUTAS NACIONALES.
La peor: ruta 30 - Atraviesa Salto, Artigas y Rivera.
Los usuarios que la conocen prefieren tomar una carretera brasileña (BR 292) para evitarla. Tiene tramos intransitables y otros con pozos profundos. Los traslados sanitarios de urgencia se deben realizar por vía aérea. Las ambulancias utilizan la ruta brasileña arriesgando un trastorno burocrático de gran importancia.
La 21 del oeste - Une Mercedes con Colonia del Sacramento.
Es una ruta nacional que soporta el movimiento de tránsito pesado por las características productivas de la zona. Tiene serias dificultades, pero los vecinos entienden que no es la peor. En ese puesto no se definen con precisión entre la 12, 54 y 55, rutas afectadas por el tránsito intensivo de camiones. Están en reparación.
El deterioro de la 26 - Nace cerca de Paysandú y llega a Melo.
Se trata de una sucesión de pozos, tramos destrozados o arados para ser reparados más adelante. Es una carretera estratégica por su trazado que cruza gran parte del país y tiene un alto nivel de desgaste. La utiliza con frecuencia el transporte de madera, leche y el turismo argentino que se traslada hacia las playas de Brasil.
Ruta 105, la granelera - Cruza Soriano, entre Palmitas y Dolores.
Hace cinco años era una de las carreteras en peores condiciones de todo el país. Ahora el primer lugar lo tienen otras rutas pero sigue estando difícil. Es una zona sojera y triguera que mueve miles de toneladas de producción. Fue construida entre 1977 y 1978. Se están realizando arreglos en la entrada de Dolores.

EL RIESGO HUMANO Y EL DESARROLLO DE LA INFRAESTRUCTURAPABLO MELGAR