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La empresa que prescinde de los jefes

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De fiesta. Parte del equipo de Vincit celebra tras ser reconocida como la mejor empresa para trabajar de toda Europa.

La finlandesa Vincit revoluciona la gestión de RR.HH. eliminando roles ejecutivos de su estructura

En 2016, Vincit —con una facturación de 26 millones de euros en 2015 y un valor de mercado de 70 millones— ha sido galardonada como la mejor compañía en toda Europa para trabajar, según un estudio que el Instituto Great Place to Work elaboró entre 2.250 compañías del Viejo Continente.

«Nadie me dice cómo debo hacer mi trabajo ni cuándo tengo que hacer mis horas diarias», explicó Mikael Lepistö, trabajador de la empresa. Uno de los secretos de Vincit (en latín, conquistar o ganar) es poner «del revés» la estructura organizativa y de gestión de los trabajadores, asegura Mikko Kuitunen, CEO de la firma.

En esta empresa integrada por poco más de 300 personas y que tiene su sede en Helsinki no existen jefes «a menos que lo pidan los empleados», afirma su fundador.

Kuitunen, con formación universitaria en negocios y finanzas, ha revolucionado el sector empresarial y, sobre todo, el de recursos humanos en su oficina en la capital finesa y también en la de Palo Alto (EE.UU.). Citando un estudio de la Universidad de Harvard, asegura que las empresas en EE.UU. gastan anualmente US$ 3.000 millones en la gestión de personal, en la organización de los equipos y departamentos, en velar por los derechos de los trabajadores y en hacer cumplir sus deberes. Lo encuentra «estúpido» ya que cree que nadie quiere ni necesita estas directrices. «Así que en Vincit quitamos de en medio los obstáculos de la gestión y nos centramos más en la persona», sostiene.

Todo esto debe ir acompañado de cierta responsabilidad que el propio sistema finés, por su libertad, ofrece. «Cuanto más libre se vea un trabajador, más responsable se siente y por tanto, mejor trabaja», afirma Kuitunen que ahora ocupa el puesto de desarrollador.

El modelo funciona. En tan solo 10 años de vida como compañía, las personas que se han ido voluntariamente no suman la decena. No ha habido despidos, aunque la dirección sí ha mantenido «ciertas conversaciones», dice Kuitunen, con «docenas» de empleados en lo que se conoce comúnmente como un toque de atención.

Vincit superó hace tiempo el eterno debate de saber conciliar la vida laboral con la vida personal. «No debe haber división. Nos centramos en todo el círculo vital del trabajador», afirma el fundador de la compañía. Y eso, en esencia, es buscar su tranquilidad y felicidad.

Alineado con esa prédica, la empresa, incluso, ha puesto a servicio de los trabajadores tutores para el sueño en caso de que el hijo de un empleado tenga problemas de insomnio y le cueste descansar.

En Vincit no existe la obligatoriedad de acudir 35 o 40 horas de lunes a viernes a la oficina. Solo existe el compromiso de unos trabajadores contentos con una empresa que es más que un empleo; se integra y complementa sus vidas.

Ayuda para el que quiere «despegar»

Vincit tiene como política que, si un trabajador quiere dejar su empleo pero no encuentra adónde irse, la empresa le seguirá pagando un salario hasta que encuentre el puesto deseado. Cuando un empleado decide irse dentro de los cuatro primeros meses de contrato la empresa, con ayuda del gobierno, le ofrece 5.000 euros para que pueda «despegar sola», cuenta Mikko Kuitunen, el fundador de la empresa. Así, no es extraño que la empresa, sin ofrecer puestos de trabajo, reciba al año una media de 1.000 solicitudes de empleo de personas de todo el mundo.

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MUNDOEl País de Madrid

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