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Comisión Administradora del Fideicomiso está lista

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La lechería continúa creciendo pese a los problemas que enfrenta.
BLOOMBERG NEWS - NZ CURRENT AACCOUNT WRAP - A - I - Dairy cows are herded through a lane for milking on a farm in Mangatangi, New Zealand, on Wednesday, Sept. 19, 2007. New Zealand's annual current account deficit is shrinking as rising prices buoy returns from exports of butter and milk, while record-high interest rates are slowing demand for imports. Photographer: Brendon O'Hagan/Bloomberg News NZ CURRENT AACCOUNT WRAP - MANGATANGI - NEW ZEALAND - BRENDON O'HAGAN - EC. GANADO HOLANDO, LECHERO, VACAS LECHERAS, PRODUCCION LECHERA
BRENDON O'HAGAN - BLOOMBERG NEWS/BLOOMBERG NEWS

La Comisión Administradora del fideicomiso lechero III ya está conformada y lista para empezar a trabajar, sus integrantes fueron citados ayer por el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Tabaré Aguerre y comenzará a reunirse una vez a la semana.

Estará integrada, en representación de las gremiales, por Juan Antonio Rodriguez Blanco (ANPL) y Álvaro Ferreira (IPL), Felipe Bertamini (por Ministerio de Industria, Energía y Minería), Jorge Nemer (por Ministerio de Economía y Finanzas), Daniel Ventura (Cámara de Industrias Lácteas del Uruguay) y Ricardo de Izaguirre (por Instituto Nacional de la Leche). Será presidida por Adrián Tambler (por Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca).

El trabajo de la Comisión Administradora, será determinar con qué institución financiera se hace el fideicomiso III, en cuántas partidas se pagará —muy posiblemente se haga en una sola— y ver el grado de afectación de leche que tendrá el repago de la herramienta.

En el fideicomiso lechero III hay algunas diferencias grandes con el Fondo de Financiamiento de la Actividad Lechera II (FFAL II), donde se le destinaron al sector US$ 42,5 millones, monto que al precio de la leche del momento representó unos 160 millones de litros, cuando ahora se destinarán US$ 85 millones (prácticamente el doble).

Pero, la gran diferencia es que en la edición anterior, el fideicomiso afectó en el eje de 1,4% de toda la leche y ahora estaría muy cerca del tope admitido por la ley de 3,5%.

A eso hay que sumarle que la situación del mercado mundial cuando se puso en marcha el FFAL II era muy diferente a la actual y el fideicomiso se pagó en siete años de los ocho que estaban planteados.

El repago del FFAL II se hizo más fluido, porque durante el repago de la asistencia, el precio del dólar se mantuvo e incluso bajó a mediados de 2007, luego la leche subió de precio, aunque hubo una baja a finales de 2008/09, pero posteriormente siempre estuvo con un valor más alto que cuando los productores tomaron el dinero.

A la vez, en esos años, en la lechería uruguaya hubo un incremento sensible de la producción de leche respecto a los 1.300 o 1.400 millones de litros que se producían cuando se distribuyó el fideicomiso. De la mano de una mejora en la dieta de las vacas, con la misma cantidad de vientres en ordeñe, el crecimiento fue muy rápido.

"El fideicomiso se armó para que el sector pueda pagarlo en seis años y medio", explicó días atrás a El País el presidente del Inale, Ricardo de Izaguirre, reconociendo que fue armado así para que "el repago no se junte con otra crisis".

Fondo de tierras.

Mirando más en el largo plazo, otra buena noticia para el sector es que el ministro Aguerre firmó ayer con la Federación Uruguaya de Centros Regionales de Experimentación (Fucrea) el Fondo de Tierras, una herramienta pedida por las gremiales que busca asegurarles las tierras para producir a los productores, buscando protegerlos de la variabilidad que tienen los precios de las rentas.

Según confirmó anoche a El País De Izaguirre —presidente del Instituto Nacional de la Leche (Inale)—, Fucrea será la institución encargada de seleccionar el negocio.

Cualquier campo que salga a venta puede ser presentado al fideicomiso por un productor lechero para que lo compre, se fijará un precio de la tierra y el productor lo arrendará por un lapso de 15 años, pagando un precio de renta atado a ese valor fijado en el negocio.

La herramienta apunta a darle estabilidad a los productores lecheros en la tierra para que continúen produciendo, evitando ser desplazados de la tierra como en otros momentos lo padecieron con el auge de la agricultura, cuando los precios de los granos estaban altos y se plantaba en tierras de menor potencial de rendimiento.

La lechería uruguaya, aún perdiendo tierras de alto potencial, mantuvo su senda de crecimiento en los últimos años. Con la misma cantidad de vacas en ordene —entre 400.000 y 450.000 vientres— se mantuvo un crecimiento anual alto. Aún en estos momentos de crisis sigue creciendo.

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