Desde que se supo que True Detective iba a contar con una segunda temporada, una cosa siempre estuvo clara: no sería el retorno de Rust Cohle y Marty Hart, los policías encarnados por Matthew McConaughey y Woody Harrelson en la primera temporada.

La idea del creador de la serie, Nic Pizzolatto, fue hacer de True Detective una marca en la forma de narrar y el tipo de historia a contar. No una serie en la que los mismos personajes enfrentaran cada año un caso diferente. Es así que resuelta la investigación del asesino de Louisiana y el misterio de lo ocurrido en la relación de los protagonistas de la historia, la acción se muda ahora a una ciudad ficticia de California en la que cuatro nuevos personajes serán claves para resolver un brutal asesinato.

La víctima será Ben Caspar, alcalde de una ciudad californiana cuya muerte desembocará en en una investigación mucho más grande y entreverada que lo que parece a simple vista. El centro del asunto será una conspiración que involucrará a altos cargo del gobierno, estafas, compras ilegales de terrenos y la construcción de un tren de alta velocidad para unir el norte y el sur del estado. El sello True Detective estará en que jugará con elementos de terror gótico y algo de cultos satánicos que ya estaban en la primera temporada, además de ser un relato con mucho de policial negro y una atmósfera tan pesada como intrigante.

La nueva temporada, que HBO estrena hoy a las 22.00 en simultáneo con Estados Unidos, seguirá a tres policías y un criminal.

En primer lugar, Ray Velcoro (Colin Farrell), detective comprometido cuya lealtad está dividida entre sus dos jefes: el Departamento de Policía corrupto y un mafioso al que le debe dinero. Ray viene de años agitados, tanto en el terreno personal como en el profesional. Es adicto a la cocaína y tiene problemas para controlar su temperamento.

Luego está Paul Woodrugh (Taylor Kitsch), un veterano de guerra y oficial de la Policía de Caminos de California, que huye de un pasado difícil y de un repentino escándalo que nunca sucedió. Toda la violencia y destrucción que le ha tocado presenciar han afectado su personalidad.

El trío policial concluye con Ani Bezzerides (Rachel McAdams): detective sheriff del condado de Ventura cuya ética inflexible la pone en desacuerdo con mucha gente. Tampoco la ha tenido fácil en su vida, en la que ha debido lidiar con el alcohol y el juego.

El criminal es Frank Semyon (Vince Vaughn), que corre peligro de perder su imperio cuando sus intenciones de entrar en un negocio legítimo se ven afectadas por el asesinato de su socio. Está casado con Jordan (Kelly Reilly), una exactriz que es socia en los negocios de su esposo y comparte sus mismas ambiciones.

La segunda temporada de True Detective será de ocho episodios que —a diferencia de la primera en la que todos fueron dirigidos por Cary Fukunaga— serán dirigidos por varios realizadores. Los dos primeros, por ejemplo, fueron dirigidos por Justin Lin.

El éxito del primer año, las actuaciones de McConaughey-Harrelson, las nominaciones al Globo de Oro y al Emmy (ganó el de dirección para Fukunaga y cuatro de rubros técnicos) y las muy buenas críticas, han creado una gran expectativa.

Y también mucha curiosidad en detalles como la elección de Vaughn para uno de los protagónicos. El actor está muy identificado con la comedia liviana, con títulos destacados pero también con otros para el olvido, por lo que fue una gran sorpresa que estuviera en el elenco de una serie que está muy lejos de lo que acostumbra hacer. Si Vaughn está allí es porque le insistió a Pizzolatto para ser parte de True Detective.

El guionista, que ya trabajó con Vauhgn en otros proyectos, terminó por escribir el personaje para él. Matthew McConaughey también se dio a conocer con comedias románticas o pasatistas y terminó destacando tanto en esta serie como en la película El club de los desahuciados, por la que ganó el Oscar a Mejor Actor. ¿Quién sabe? Vaughn pueda terminar igual.

Hoy comienza la nueva y segunda temporada de la serie True Detective por HBO