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Clásico que resurge en manos de Jorge Denevi

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Tensión en un gran drama psicológico americano. Foto: María Fernández Russomagno

La Alianza estrena “Viaje de un largo día hacia la noche”

El tragedia durará dos horas y 20 minutos y promete se un plato intenso para el público de teatro que gusta de los grandes textos dramáticos. Esta semana el director Jorge Denevi estrena Viaje de un largo día hacia la noche, de Eugene O´Neill, con elenco a cargo de Nidia Telles, Roberto Jones, Álvaro Armand Ugón y Sebastián Serantes y Camila Pozzo. El estreno por invitación en este miércoles en la sala mayor de la Alianza Uruguay-Estados Unidos (Paraguay 1217), donde queda en cartel miércoles y jueves a las 20.00. Entradas en Abitab, a $ 390.

Denevi ya había dirigido este título en aquella recordada versión que presentó el compañía La Gaviota, hacia 1996, con Júver Salcedo, Humberto de Vargas y Gustavo Gomensoro. "Pasaron muchos años y al volver a ella pensé que la quería hacer con otra visión. Porque cuando uno va a poner en escena una obra, lo que está reflejando en lo que le está pasando a uno en la vida. Si bien es una tragedia, para mí la esencia de la obra es el amor. Creo que hoy al personaje del padre, Tyrone, lo veo con un grado de humanidad y de tolerancia muchísimo mayor a cómo lo había visto antes. Y ese personaje, que es el eje dramático, cambia completamente toda la pieza", reflexionó el director junto a El País.

Uruguay conoció varias versiones de este texto fundamental de la dramaturgia norteamericana, entre ellas aquella que la Comedia Nacional hizo en 1961, dirigida por Orestes Caviglia, y protagonizada por Alberto Candeau. "Es una obra que me impactó siempre, desde que la vi con Candeau. Yo había leído en El País tres largas notas previas que sacó Emir Rodríguez Monegal, que hablaban de la importancia de esa obra en la dramaturgia del siglo XX. Recuerdo que la vi sentado en una de las primeras filas, de una platea llena. Aquella versión tenía una extensísima duración, porque se daba en la versión completa. Y fue tal el impacto que recibí, que me decidió en forma absoluta a dedicar mi vida al teatro", recuerda.

"Siempre fui un admirador de Candeau, y siempre iba a ver lo que hacía, así tuviera críticas malas, que muchas veces las tenía. Y en esa obra estaba fantástico. Recuerdo cada momento que yo vi, como algo magistral. Estaba también de coprotagonista Nelly Weissel. Recuerdo muy bien cómo eran las relaciones de los personajes, y ahora son completamente distintas. El tema de Candeau lo conozco muy bien: era un modernidad asombrosa. Era de una verosimilitud, lo que hacía eran tan absolutamente claro. No era nada ampuloso: en algún papel podrá haberlo estado".

Saltando en el tiempo hacia adelante, la versión que sube a escena ahora fue traducida por el propio Denevi, y cuenta con escenografía y vestuario de Nelson Mancebo, mientras que la iluminación la hicieron Rosina Daguerre y Eduardo Guerrero, y la música Alfredo Leirós. "Esta nueva versión es más austera, aunque aquella de La Gaviota también era un poco, aunque en aquel caso por necesidades, porque la sala era muy pequeña. En esta nueva puesta me di cuenta que quería prescindir al máximo de los elementos que pudiera, para centrarme exclusivamente en el trabajo actoral. No obstante hay una recreación de la época, en el vestuario y la escenografía, pero no es grandilocuente", cuenta Denevi.

Viaje de un largo día hacia la noche está considerada una de las grandes obras maestras del teatro norteamericano en el siglo XX, y su autor, ganador del Premio Nobel en 1936, reflejó en ella un día en la vida de la familia Tyrone, con muchísimos elementos autobiográficos. Comenzó a escribirla en 1939 con lágrimas y sangre, según sus palabras, y sobre ella tuvo un gran recelo. Al punto que al morir O´Neill, en 1953, dejó establecido que la pieza debería ser editada recién 25 años después, pero jamás llevada a escena". Ese deseo no fue escuchado por su viuda, y la obra fue estrenada mundialmente en el Royal Dramaten de Suecia en el año 1956. Desde entonces se ha hecho infinidad de versiones: la última puesta montevideana fue dos años atrás en el Teatro Circular, bajo dirección de María Varela y protagónicos de Cecilia Baranda y Juan Graña.

La cultura no es un florero.

"Se han retaceado mucho los apoyos a la cultura por parte del Estado. Para los gobernantes, la cultura es el florero de una sociedad: sirve para que uno se saque fotos con ellos, y para que los apoyen en la época de Elecciones. Hablan de educación, y se creen que educación es saber matemáticas. Lo que ha hecho la Intendencia de Montevideo con respecto al retaceo a la cultura es una de las cosas más vergonzosas que yo he vivido en mis años, incluyendo la dictadura. Es un ataque directo a la cultura, con inconsciencia, y más, por ineptitud, y por ignorancia", sintetiza Denevi sin disimular la bronca.

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