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La ECO-Arquitectura llega a uruguay

| Edificar sin dañar el medioambiente y reducir la demanda de energía proveniente del petróleo son algunas de las premisas de la Arquitectura Sostenible. Si el 20% de los hogares y 400 grandes consumidores se abastecieran con energía solar, se ahorrarían 110 Megawatts; equivalente a una central térmica. Es apenas un ejemplo de las diferencias que se logran con esta visión.

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El País

CATERINA NOTARGIOVANNI

La mutualista Camec instaló 150 metros cuadrados de paneles solares y en un mes ahorró el 90% de lo que gastaba en fuel oil. Para muestra basta un botón.

Los habitantes de Ciudad Masdar (Emiratos Árabes) no se transportarán en autos sino en cabinas que se moverán sobre cintas magnéticas, obtendrán el 100% de la energía del sol, se refrigerarán gracias a torres eólicas que recogerán las brisas del desierto y expulsarán el aire caliente, y las aguas residuales serán filtradas para su reuso en el riego. Para cuando se terminen las obras, Masdar se convertirá en la primera ciudad sostenible del mundo (curiosamente, uno de los mayores productores de petróleo invertirá US$ 22.000 millones para independizarse de él).

Este es un ejemplo extremo, casi de ciencia ficción, de una forma de concebir la construcción que gana terreno en el mundo y, lentamente, en Uruguay: la arquitectura sostenible. Lejos de la teoría, la sostenibilidad ya es requisito en concursos nacionales e internacionales, y son varios los proyectos próximos a construirse que incluyen algunos de sus principios. Uno de ellos obtuvo la primera certificación internacional de sostenibilidad de la historia de la arquitectura nacional. Paralelamente, la Intendencia de Montevideo (IMM) apronta normas más exigentes para la construcción de obras nuevas con destino residencial.

Aunque con matices, hay consenso entre los involucrados: la sostenibilidad representa el futuro de la arquitectura.

¿Qué es? La sostenibilidad aplicada a la arquitectura es un modo de construcción que minimiza el impacto sobre el ambiente, tanto durante las obras como en el posterior uso de la vivienda o edificio. Esto significa que para que una construcción sea sostenible debe cumplir con una serie de recomendaciones, tales como priorizar la utilización de materiales de la zona, los que hayan sido producidos sin dañar el entorno, los reciclados y los de segunda mano.

También debe reducir al mínimo la demanda energética para calefacción, refrigeración e iluminación; utilizando fuentes renovables como la energía solar o eólica y poniendo especial cuidado en la aislación térmica. (Este punto no es menor para Uruguay, que no sólo destina el 50% de la energía a hogares e industrias, sino que sufre uno de los peores déficits hídricos de su historia).

Otro requisito de sostenibilidad es controlar la contaminación acústica y visual, la construcción de áreas verdes (por tratarse de reguladores naturales) y el uso más eficiente del agua. Esto último se logra, por ejemplo, colocando tanques que colecten agua de lluvia para reutilizarla en el circuito doméstico o dándole un segundo uso a las aguas del lavatorio, el bidet o la ducha. "Mediante un pequeño filtrado pueden volver al uso en la cisterna, por ejemplo", ilustra el arquitecto Duilio Amándola, profesor grado 5 y director ejecutivo del Instituto de la Construcción de Facultad de Arquitectura. También se puede filtrar el agua de la grasera y el inodoro para reutilizarla en el riego, en lugar de enviarla directamente al saneamiento, agrega.

En esta línea, la firma Cagnoli Arquitectos tiene proyectada la construcción de un edificio de oficinas (ART Carrasco Business) que utilizará agua de lluvia para el riego, entre otras cualidades ambientales. Este proyecto, que tendrá una inversión de US$ 10 millones, es el primero de Uruguay en recibir una precertificación LEED (sigla inglesa para Directivas en Energía y Diseño Ambiental), protocolo estadounidense para la estandarización de construcciones sostenibles (ver servicio).

La llamada "azotea verde" es otra de las soluciones sugeridas para aumentar las áreas de absorción de agua. Esto es importante porque es la lluvia la que debe permear la tierra para alimentar los acuíferos, "pero a medida que seguimos metiendo hormigón las superficies de permeabilidad disminuyen", explica Amándola. Los techos verdes tienen las ventajas adicionales de que mejoran las condiciones de aislación térmica hacia el interior de la vivienda y de que aportan oxígeno a la atmósfera. Los mismos utilizan un principio muy similar al que se usa para construir las canchas de fútbol, señala el arquitecto.

Chau petróleo. Una de las aristas más visibles de este enfoque arquitectónico apunta a la eficiencia energética, especialmente los colectores solares. Instalando estos sistemas se logran ahorros importantes y se reduce considerablemente la dependencia del petróleo. La mutualista Camec (Colonia) es un claro ejemplo de los efectos que se obtienen: en un mes ahorró el 89,50% del fuel oil que utilizaba antes de instalar los 150 metros cuadrados de colectores solares térmicos.

Resultados parecidos procurarán obtener los profesionales de Estudio Cinco Arquitectos en los dos edificios que proyectan construir bajo algunos de estos parámetros. En uno de ellos (Onix) -que estará ubicado en la rambla de Punta Carretas y constará de 24 apartamentos de 300 metros cuadrados- los paneles solares producirán el 80% del agua caliente que se consuma, mientras que el 20% restante se calentará a través de calderetas de gas. En el invierno esos valores se revertirán: el sol aportará el 20% de la energía y las mismas calderetas el 80%.

El segundo proyecto (Alexander) se levantará en Punta del Este e incorporará además energía eólica. Con ella se abastecerán todos los servicios generales del edificio, como ascensores, iluminación de palier, de escalera, de hall, de los garajes y hasta el corrimiento de los toldos eléctricos de la planta baja, según explica uno de los directores de la firma, el arquitecto Iván Arcos. En este caso no habrá gas de cañería, por tanto la alternativa para los días en que el sol no calienta lo suficiente será el calor que generan las unidades de aire acondicionado que normalmente se tiran al exterior. Este proceso se llama heat recovery.

Pero la eficiencia energética no se logra únicamente con estos sistemas; una correcta aislación térmica es igual de importante. Se calcula en un 40% el ahorro de energía por acondicionamiento térmico de techo y paredes en una vivienda estándar de 60 metros cuadrados construidos, según la IMM.

Por eso, la comuna va a incorporar nuevos requisitos para las próximas edificaciones destinadas a viviendas. En la nueva reglamentación se exige por primera vez un mínimo de aislamiento que deben tener los techos, las paredes y los cerramientos vidriados.

También se requerirá la instalación de vidrios dobles en las paredes orientadas al sur, zona por donde se pierde más calor en nuestras latitudes. Hacia el resto de las orientaciones se exigirá la protección solar con cortinas de enrollar, celosías, etc. "Curiosamente, la investigación que hizo Facultad de Arquitectura detectó que la mayor ineficiencia se da en el verano, cuando el exceso de energía solar entrante y el calentamiento de la vivienda despegan el consumo de energía", señala el arquitecto José Luis Uriano, director de la Unidad de Normas Técnicas de la IMM. El costo de inversión para cumplir con esta normativa se estima entre el 1% y el 1,5% del total. "Que se amortiza con lo que no gastás en calefaccionar", agrega.

La idea de los técnicos es ampliar los requisitos a viviendas ya construidas, reformas, regularizaciones, industrias y oficinas. Mientras, la IMM continúa trabajando con el Ministerio de Industria y Energía en definir protocolos para la construcción de edificios energéticamente eficientes y promover criterios de sustentabilidad ambiental.

Los dos edificios proyectados por Estudio Cinco Arquitectos incluirán algunos detalles que van en sintonía con lo anterior: "Tenemos vidrios dobles, cortinas de enrollar de aluminio con aislación térmica electrificada, la calefacción y la iluminación se centralizan en un solo panel desde donde se controla todo el departamento. Tiene terrazas hacia el norte que quedan protegidas naturalmente del sol del verano y aprovechan el sol del invierno. El patio principal hacia donde da el salón de fiestas, la piscina interior y la piscina exterior, tiene mucha vegetación, deck de madera natural; de manera de crear espacios que no solamente sean especiales desde el punto de vista de su ambientación, sino que también tengan ese diálogo con la naturaleza que hace que los edificios se los designe amigables con el medioambiente. Es todo como un concepto", señala el arquitecto Arcos.

La academia. En la Facultad de Arquitectura las opiniones no son unánimes y no son pocos los académicos que observan esta corriente con desconfianza o como asunto de "hippies ecologistas". En la currícula la sostenibilidad no existe como materia, aunque el año pasado, por primera vez, se incorporó como opción en la Maestría en Construcción.

Para el arquitecto Gustavo Sheps, director del Taller Sheps, materia que atraviesa la currícula de primero a sexto, la sostenibilidad "queda indeleblemente incorporada al pensamiento arquitectónico en la medida que se lo reconoce como problemática, lo cual no quiere decir el único eje, ni siquiera el principal". A la vez, el profesional cuestiona la visión "rígida" de lo que hay que hacer para ser sustentable y el hecho de que los protocolos de certificación tengan vigencia universal cuando "los problemas medioambientales son absolutamente diversos". En su opinión, hay que tener cuidado con la banalización del concepto y terminar creyendo que poniendo un ventilador o un sistema de fotocélulas se es amigable con el medioambiente.

"Uno se pregunta ¿dónde empieza la cuenta? Muy bien, yo instalo un artefacto que me permita un uso eficiente de alguna forma de energía, pero ¿cuánto costó energéticamente construir ese artefacto? ¿Cuánto costó traerlo? En definitiva, cuando uno pasa raya a ese gran balance, ¿no hubo antes un daño mayor, por ejemplo? Yo no lo sé, esa es una de las tantas puntas que abre este tema que es apasionante", explica.

En junio se realizarán las dos primeras jornadas sobre Arquitectura Sostenible del Uruguay. Será una buena ocasión para discutir todas estas variables.

Es evidente que aún es temprano para que en Uruguay la arquitectura sostenible se convierta en norma, para que el agua de lluvia no se desperdicie y para que el sol no sea sólo sinónimo de bronceado. Pero también es evidente que hacia allí se dirige la humanidad, y Uruguay no va a quedar ausente. Será cuestión de esperar que la ola termine de llegar a nuestras costas.

Oficinas amigables con el medioambiente

Con una inversión de US$ 10 millones, este año se comenzará a levantar ART Carrasco Business, el primer edificio de Uruguay que cuenta con precertificación LEED, protocolo de estandarización de construcciones ecológicas avalado por el US Green Building Council (Consejo del Edificio Verde de Estados Unidos). El mismo establece una serie de normas y pautas mínimas que garantizan la sostenibilidad de las construcciones. Se trata de un edificio de 42 oficinas pensado como espacio de máximo confort para los futuros usuarios.

Allí se cuidará el uso del agua utilizando, por ejemplo, el agua de lluvia para el riego. "Con eso no se consume el agua de OSE ni se construyen pozos para sacar de las napas", explica su arquitecto, Santiago Cagnoli.

Los equipos de aire acondicionado serán de bajo consumo y tendrán un sistema de ventilación que reutiliza el propio calor. A su vez los vidrios, sin ser espejados, tendrán aislación térmica para mejorar la eficiencia del aire acondicionado. En total se ahorrará un 14% de energía en las instalaciones mecánicas, pero esa cifra aumentará porque al ser un edificio transparente, se encenderá menos la luz. Los espacios verdes fueron diseñados por el ingeniero Carlos Brussa, director del Jardín Botánico. Además de belleza, el verde que crecerá en los aleros aportará sombra a los pisos inferiores. Como lo exige la norma LEED, el proyecto redunda en bienestar del entorno barrial, generando espacios de parques y jardines. Los cielorrasos se harán con materiales reciclables, no contaminantes y con componentes reutilizables.

Ofrecer ambientes de trabajo de primer nivel, cuidando el medioambiente, favoreciendo el entorno y la circulación barrial son algunas de las motivaciones de los inversores. "Es un hecho que, frente a la gran demanda de los últimos años por oficinas en Carrasco, el casco histórico del barrio se vio desbordado por la cantidad de gente y vehículos... esto genera un movimiento y alteración en la vida del barrio que afecta seriamente a todos los vecinos", ilustra el abogado Alejandro Arechavaleta Pombo, socio fundador del Estudio Arechavaleta & Asociados y Promotor de Proyectos de Inversión.

Sobre la sostenibilidad

Bernardo Martín

arquitecto, docente de facultad de arquitectura.

"Lo interesante es cómo la sostenibilidad ha ingresado en el mercado ya que es un elemento asociado a la manera en la que se mercantilizan productos, al modo en que se construyen marcas y eso también tiene que ver con la forma en la que se produce arquitectura, asociada muchas veces no estrictamente a lo que se ofrece como producto, sino a una ilusión de producto relacionada. Digamos que la sustentabilidad es una estrategia de marca. Eso no es ni bueno ni malo en la medida de que todo lo que consumimos está asociado a esa lógica de mercado. Pero digamos que es un factor interesante de ver en ese conjunto de variables que inciden sobre las ideas que todos nos vamos formando en la cabeza".

Mariano Arana

Arquitecto, ex intendente de montevideo.

"Creo que hay que apoyarla y generar normativas uruguayas por lo menos tan severas como en algunos de los estados de Estados Unidos. Por ejemplo, controles de las dobles ventanas para no gastar calefacción inútilmente en invierno, burletes, tratar de disminuir el uso abusivo del aire acondicionado, tratar de terminar con las bombillas incandescentes y cambiarla por las de bajo consumo. Porque no nos olvidemos que todo esto incide de forma muy grande en la economía global. Además incide tremendamente en la contaminación a nivel atmosférico, sobre todo cuando hay que recurrir a las energías provenientes de combustibles fósiles".

William Rey Ashfield

Arquitecto, ex presidente de la comisión de patrimonio

"La nueva arquitectura deberá entenderse, necesariamente, bajo los parámetros de la sostenibilidad, promoviendo nuevos ejes reflexivos como ser: 1) Plantearse de forma sistemática ciertas preguntas previas a la materialización del proyecto: ¿estamos agotando las soluciones para reducir el gasto en energía? ¿hemos integrado correctamente fuentes alternativas, o bien hemos sabido complementar otras? ¿cómo hemos incorporado biomasa al edificio? 2) Investigar y trabajar en forma interdisciplinaria para lograr nuevos resultados constructivo-materiales. 3) Definir un marco normativo aggiornado a la realidad físico-ambiental de cada lugar".

Las cifras

0,3 Metros cuadrados de paneles solares instalados en Uruguay, cada 1000 habitantes. En Brasil son 17; Alemania, 104 e Israel 770.

110 Megawatts que se ahorrarían si el 20% de los hogares y 400 grandes consumidores usaran energía solar. Equivale a una central térmica.

17% Del agua que se consume en el mundo va para construir industrias y edificios; así como 17% de la madera y el 40% de la energía.

Mayor inversión, más ahorro

Hay consenso entre los consultados: levantar una casa o edificio bajo estos parámetros es más caro, pero la inversión inicial se amortiza con el ahorro posterior en mantenimiento. "Una de las cosas que incorpora esta visión, que es muy removedora, es el concepto de ciclo de vida. O sea, una construcción va desde el momento que se concibe hasta el tiempo que se elimina. Entonces, si evalúo el costo total -el de producirlo, el de uso, el de mantenimiento y el de eliminación-, te diría que es infinitamente menor", señala Duilio Amándola, profesor grado 5 y director ejecutivo del Instituto de la Construcción.

En opinión de Bernardo Martín, docente de la Facultad de Arquitectura, si el inversor quiere certificar la propiedad como sostenible, los costos son más altos, aunque "en realidad implica una inversión inicial mayor que de alguna manera, se supone, se va amortizando con el tiempo".

Gustavo Sheps, arquitecto director del Taller Sheps de la misma facultad, señala que los costos dependerán de los recursos utilizados. "Puede ser desde la aplicación de la tecnología más sofisticada, como captores solares que se incorporan a los vidrios (que no pierden su transparencia) pero que son foto- células que convierten eso en energía eléctrica, que son muy caros; a sistemas sencillos, como es arrojar la sombras donde hay que arrojarlas, generar las corrientes de aire donde hay que generarlas, evitar el desperdicio de las aguas de lluvias... esos no son recursos sumamente elevados y permiten escalas intermedias", afirma.

Los arquitectos Cagnoli y Arcos confirman que la inversión inicial es más alta, pero coinciden en que el ahorro posterior en uso y mantenimiento termina amortizando esos costos.

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