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PABLO MELGAR

Los liceos de Montevideo abrieron ayer las puertas pero los alumnos no se presentaron. Fracasó un intento de negociación entre los sindicatos y el Codicen. Hoy los padres de los alumnos del liceo 70 ocupan.

Al fracasar ayer una acercamiento con el Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), la Coordinadora de Sindicatos de la Enseñanza (CSEU) pedirá al Ministerio de Trabajo (MTSS) que medie en el conflicto entre la Federación de Profesores (Fenapes) y el Consejo de Secundaria (CES).

"Están jugando para que vuelvan a ganar los otros", reprochó la vicepresidenta del Codicen, Nora Castro, a los dirigentes sindicales de la educación nucleados en la CSEU.

Con esa frase los ánimos se crisparon a tal extremo que no hubo acuerdo posible, según consignaron fuentes sindicales que estuvieron en la reunión que tuvo lugar ayer.

La idea de la ANEP era comenzar a negociar el convenio colectivo de cara a la Rendición de Cuentas y buscar una salida al conflicto de ADES Montevideo que ayer alcanzó el segundo día de paro.

Castro prefirió no hacer comentarios sobre la reunión y dijo que el presidente de Codicen, José Seoane, daría la versión oficial. Sin embargo, sus teléfonos permanecieron apagados hasta el cierre de esta edición.

En medio del segundo día de paro de los cuatro previstos por ADES Montevideo, los liceos permanecieron abiertos aunque no hubo clases. Los directores y algunos profesores se presentaron a trabajar. En varios liceos hubo asambleas de profesores para analizar la situación.

OCUPACIÓN. En este marco, la asamblea de padres del liceo 70 del Cerro resolvió ocupar el centro educativo a partir de las 7 de hoy. Los baños de ese liceo no alcanzan para sus cientos de usuarios. Cansados de la situación los padres de los alumnos ofrecieron poner mano de obra y materiales para hacerlos de cero. El Consejo de Secundaria rechazó el ofrecimiento por razones burocráticas. Anoche finalmente, después de haberse reunido con el director general de Secundaria, Juan Pedro Tinetto, los padres resolvieron ocupar.

Hace cuatro años que el liceo 70 funciona en el ala derecha de la escuela marítima de UTU, al borde del arroyo Pantanoso, a la espera que se construyera el edificio definitivo.

El liceo 70 recibe a 200 estudiantes de entre 12 y 15 años provenientes de algunos de los barrios más pobres de la ciudad: Cerro, La Teja, Paso de la Arena y Santa Catalina, entre otros. Según los docentes, el liceo tiene "muchos problemas", pero el más complejo es la falta de baños. El edificio fue pensado para una población masculina. Por eso en la planta baja tiene una batería de baños que usan únicamente los varones, mientras que las niñas tienen que hacer uso de un gabinete que tiene solo un water.

Los alumnos varones comparten el baño con los guardas y choferes de una empresa de ómnibus que tiene su parada frente al centro educativo.

Por su parte, las alumnas atraviesan todo el local escolar para llegar al baño y allí utilizan el servicio en menos de los cinco minutos que dura el recreo.

La convivencia se ve matizada con la presencia de pescadores extranjeros que realizan cursos en la escuela de UTU.

En tanto, los alumnos se quejan de los constantes robos que padecen en la zona, según dijo ayer a El País la directora del centro educativo. El liceo fue saqueado en varias ocasiones; hasta ahora lo único que se viene salvando son los libros de su biblioteca. Cuenta con servicio de guardia policial 222 algunos días de la semana.

CONTROL. Una arquitecta de Secundaria visitó ayer las instalaciones del liceo 62 del barrio Colón. Tras caminar por el centro educativo no encontró elementos que impidieran el normal comienzo de clases.

Entre otras cosas indagó sobre la situación de una sala que los docentes denuncian que no tiene ventilación. Al entrar al lugar se encontró que una de sus puertas estaba trancada. Preguntó a los docentes sobre las razones para no tenerla abierta y le respondieron que no tenían la llave, según consignaron a El País fuentes de Secundaria.

Los profesores consideran que el local tiene problemas en su red eléctrica, además entienden que un muro está a punto de caerse. En ese contexto detectaron que los tanques de agua están sucios. Desde el comienzo del año Secundaria sostiene que el liceo 62 está en condiciones. En cambio los profesores afirman lo contrario y reclaman que las soluciones lleguen antes de que los estudiantes vuelvan a las aulas.